Qué pasará después del 28...

Mucho optimismo es lo que se respira en los ámbitos de congregación masiva o de cobertura mediática, tanto del PSUV como de la MUD. Afuera, en la calle, hay un algo que llamaría pesimismo expectante, en el cual la desesperanza convive con la preocupación que apuesta a que la situación mejore, bien a favor del gobierno o a favor de las aspiraciones de la oposición, según el cristal político con que se vea. O bien, en términos generales sin ningún sesgo, en beneficio de toda la Patria. Asimismo afuera, se siente un pesimismo escatológico, el de "esto se lo llevó quien lo trajo".

Tales actitudes están condicionadas por la situación objetiva que vivimos como nación: a) Un sector político que adquirió beligerancia institucional al ganar en diciembre pasado la Asamblea Nacional, y desde ese foro comenzó a actuar entorno a diferentes matrices para direccionar el descontento de la población con el objetivo de posesionarse como alternativa creíble para defenestrar al gobierno, hacerse del mismo y "sacar a la nación del ostracismo y castro-comunismo en el que se encuentra", según indican. b) La beligerancia institucional que engolosinó a la nueva Asamblea Nacional llevándola a desacatar decisiones del TSJ, el que en reciprocidad ha dictado sentencias que cierran el camino a los propósitos de la dirigencia de la AN y en consecuencia de la oposición. c) En el marco electoral, las decisiones del CNE no han respondido tampoco a los intereses de la oposición, por lo que han amenazado con la ejecución de planes de desestabilización y con la solicitud nuevamente de la aplicación de la Carta Interamericana…d) A toda esta complejidad se le suma la situación de desabastecimiento que el gobierno pretende subsanarla con la medida complementaria de importación de productos cuyos costos para el consumidor están a la altura de los llamados precios internacionales, que en algunos casos sobrepasan los bachaqueados e igualmente hace mella el salario de los de abajo, atizando el descontento.

Como algunos practican la política metiendo todo en un solo saco para obtener un mejor beneficio, el optimismo del que arriba hable, en los días venideros luego del 28, crecerá exponencialmente para la dirigencia de la MUD. Toda la realidad antes descrita más la impotencia por la imposibilidad de realizarse el referendo este año, serán los estandartes para anunciar un "paro nacional indefinido", movilizaciones diarias con marchas semanales, cacerolazos programados y tal vez otra Plaza Altamira, además de acciones que mantienen en "muy buen resguardo", en "discrecionalidad" los líderes de la oposición.

Con la convicción de que todo eso puede pasar, sería muy lamentable que luego de las manifestaciones cargadas de violencia, los dirigentes se vayan y dejen a sus seguidores enfrentándose con la Guardia Nacional, o esquivando alguna bala de un francotirador, o lo peor, que se reedite el "Punte Llaguno".

Ese sombrío panorama próximo, de casi inevitable consumación, pero que puede fracasar como estrategia para conseguir el propósito medular, debe llevar al gobierno a blandir banderas fundamentales más allá del discurso. Desde ya empezar a poner en práctica el golpe de timón dado por Chávez aquel 20 de octubre de 2012, empezando por aceptar la crítica y rectificando con hechos concretos y sencillos para que el hombre y la mujer de a pie entienda y sienta. Comenzando el 2017, el inicio de la ejecución del presupuesto, debe evidenciarse en anuncios y acciones concretas para atender sectores y áreas básicas que atañen al pueblo de cerca: alimentación, salud, educación, pensionados, jubilados…A la par de la ejecución presupuestaria, mirar y atender el hecho formativo del ciudadano y ciudadana entendidos como el sustrato que va a mantener la República. No basta con dar la sensación de que hay dinero e invertirlo efectivamente… Hay que promover al ciudadano y ciudadana conscientes de cómo llegó allí el dinero para su beneficio, cuando costó a la nación cada bolívar que se invierte, y sobre todo, como debe retribuirse, pues esto no se ha enseñado razón por la que vemos tantos Consejos Comunales a los que se les habilitó recursos y dejaron las obras de sus comunidades a medio andar o sin iniciarlas; o patios productivos en los que ya no hay nada; esto sin mencionar la cadena de mando que conduce a los ministerios donde habría que señalar a algunos siempre encamionetados que usufructúan las bondades del Estado, que afortunadamente son pocos, pero…

Es tiempo de alertar respecto a que cualquier abundancia que pudiera venir, que nunca será como las anteriores, no puede seguir siendo devorada por aquellos indolentes que están en sus cargos como reyezuelos, sin faltarles nada.

Todo esto, que es metido en el mismo saco del juego político que vivimos, son razones directas o indirectas de lo que pudiera pasar después del 28, que nunca será escatológico o apocalíptico. Sin embargo, el desenlace de esta película que está en pleno desarrollo, como dice Walter Martínez, no dependerá del optimismo desmesurado (que por cierto cegó a quienes dirigieron la propuesta por el sí en el plebiscito colombiano) de la oposición, sino de lo que a bien se deba hacer en favor del pueblo, quien en definitiva guiará siempre su marcha.

 



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Aquileo Narvaez Martínez


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