“Estos dos puntos fundamentales: la formación de una voluntad colectiva nacional-popular de la cual el moderno príncipe es al mismo tiempo el organizador y la expresión activa y operante; y la reforma intelectual y moral, deberían constituir la estructura del trabajo”. Antonio Gramsci.
Si definimos al nuevo Estado Revolucionario como un Estado Emancipador, entendemos una institución política que democratiza las capacidades, desconcentra y descentraliza el poder. Podemos decir, una institución política que se desinstitucionaliza. En el marco del surgimiento de los partidos políticos modernos en Venezuela, la dinámica social se daba entre un Estado, las Comunidades y el Mercado, siendo el partido el mediador entre las comunidades y el estado y constituyendo los sindicatos los mediadores entre los trabajadores y los patronos. En el marco de la imposición del Neoliberalismo, del proceso de mercantilización de todos los aspectos de la vida, tanto los sindicatos como los partidos fueron formando cada vez más, parte del Estado, que ha su vez se fue supeditando cada vez más a los intereses de poderosos grupos económicos.
En un contexto revolucionario, donde los partidos políticos tradicionales han perdido toda capacidad de representación y mediación y tienen tendencia a desaparecer, donde van cobrando cada vez más importancia los movimientos sociales, las comunidades organizadas, empoderadas, establecen una relación directa con el Estado, que se extiende hasta ellas haciéndolas formar parte de los procesos de definición y articulación de las metas colectivas de manera de lograr la emancipación y el bienestar.
En este proceso de organización, el futuro PSUV, se tendría que convertir en el instrumento político por excelencia al servicio de todos los agentes del cambio, contándose entre estos, los ciudadanos y ciudadanas, organizaciones y movimientos sociales, y todos los sectores que como dice Fernando Claudín, “se encuentren en una situación objetiva de necesitar y comprender el Socialismo”.
En un marco donde se hace necesaria la invención política, podemos decir que, el nuevo PSUV, no podría ser un partido de masas ni un partido de cuadros, en este sentido, la conciliación de estas dos posturas hace que traigamos a colación a Gramsci y su concepto de Hegemonía. El Bloque Histórico de la cuarta república está fracturado desde hace tiempo, esto significa que el proceso se transición en el que nos encontramos podemos entenderlo como proceso Contra-Hegemónico, una coyuntura en la que desde la sociedad política se impulsa la transformación de la superestructura cultural, donde se impulsa el desborde, o superación, de los reductos de la sociedad civil, reductos de la época que está muriendo y no termina de morir. La nueva organización política debe orientarse a impulsar el surgimiento de esa época que nace y no termina de nacer, parto que se hará más largo en la medida en que no se elaboren las nuevas palabras para nombrar al inédito proceso que estamos viviendo.
En este sentido, el nuevo partido (hay que pensar en otro nombre para la organización unificada) sería, siguiendo a Gramsci, el instrumento de la hegemonía, con la diferencia de que no la seria del proletariado como en el caso analizado por el Italiano, sino que seria del bloque sociopolítico formado por todos los nuevos, complejos, diversos y dinámicos, agentes sociales del cambio. Esto implica considerar al PSUV como una organización que asume la complejidad como una característica fundamental de nuestra sociedad, por lo que se constituiría en un bloque sociopolítico multisectorial donde se encontrarán los casos como el del camarada Roldan Silva, enlace del CTU de la parroquia Carapita, miembro del Consejo Comunal de su localidad, propulsor del PSUV, y estudiante de un diplomado en la UCV. ¿Como plantear la relación entre el PSUV y los Consejos Comunales? ¿Habría que hacerse ésta pregunta? ¿Si soy aspirante a militante del PSUV y estudiante de la UNEFA y pertenezco al Consejo Comunal de mi comunidad, cual sería mi papel en estos dos últimos siendo ya militante del nuevo partido?
La nueva organización política, como instrumento de la hegemonía puede plantearse:
a) Los miembros de la nueva organización, vinculados a otras formas del poder popular, asumen su multisectorialidad como necesidad ente la gran complejidad de nuestra época.
a) Los miembros de la nueva organización, penetrarán las instancias ideológicas, donde ya se encontrarán insertos (Universidades, Medios de Información, familia, organizaciones sociales) desde las que asumirán el compromiso de la afirmación de la conciencia revolucionaria.
c) La militancia de la nueva organización, ejercerá la dirección intelectual y moral del nuevo bloque hegemónico en construcción, asumiendo una labor de eslabón dialéctico entre el estado en transformación y las comunidades en emancipación, asumiendo una labor armonizadora entre el estado, las comunidades y las nuevas instancias ideológicas, haciendo de este triángulo dinámico el motor de la consolidación de la revolución.
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