Los resultados electorales darán pie para múltiples análisis, los cuales requerirán de mucha autonomía política para la reflexión, si se quiere que aporten algo para el avance de un proceso de transformaciones. Seguramente, tendrán que pasar varios días para que vayan surgiendo elementos que permitan que esa reflexión sea profunda, hablo de los escrutinios por estados y municipios. Decir que estoy sorprendido sería mentir, y sin ánimo de caer en yo te lo dije, ciertamente lo manifesté a través de algunos artículos y en las discusiones que se dieron dentro de la Misión Sucre y la Misión Cultura.
Aunque no me alegra, exterioricé en más de una oportunidad que al proceso le hacía falta una pequeña derrota, y a riesgo de ser acusado de blasfemo creo que el presidente se equivoca cuando califica la victoria de la oposición como pírrica, y se equivoca porque no hubo tal victoria, se trató de la expresión a través del voto o de la abstención, de miles de compañeros que hemos manifestado desacuerdo con la propuesta y a los cuales no se nos tomó en cuenta y se trató de invisibilizarnos. Bien no pudieron.
Necesariamente, la reflexión más profunda debe realizarla el compañero Chávez, pues la derecha enquistada en su gobierno usará estos días para el “la culpa fue tuya” y tratar de pasar lo más desapercibida posible. Presidente, si hay formas de profundizar la revolución, que le parece si empezamos por el análisis de los patrimonios personales de cada uno de los funcionarios públicos y los comparamos con los que tenían en 1998. Que tal si empezamos a poner preso a más de un corrupto rojo rojito y además empezamos a utilizar la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos para combatir la burocracia; por qué no aprobamos a través de la Ley Habilitante: la Ley de Contraloría Social, la Ley de Participación Ciudadana y una nueva Ley de Consejos Comunales diferente a la actual que parece redactada por el CEN de AD. Si podemos presidente, pero está en sus manos, la derecha endógena en sus múltiples facetas no hará nada al respecto. Déle por ahí y verá como nos tendrá resteados a su lado. Lo otro, lo del Poder Popular nos toca al pueblo construirlo, no vía decreto sino a través de una polémica basada en la diversidad, sin imposiciones y sin Comisiones Presidenciales que nos tutelen.
Un ejemplo de cómo los que asumieron la dirección de la campaña tratan de minimizar la derrota que sufrieron, lo observamos hoy en horas del mediodía en un programa de VIVE TV, donde 8 sesudos se dedicaron al “análisis” de los resultados. Les sobraron 15 minutos de programa, pues se cansaron de repetir todos lo mismo: “Los que se opusieron a la reforma no tienen argumentos, sólo se oponen a lo que diga el presidente”, cosa muy cierta en lo que a la derecha concierne, como también lo es que ellos tampoco los tienen, sólo repiten todo lo que diga el presidente. Nuevamente, observamos que para estos compañeros nosotros no existimos: Javier Biardeau de ningún modo expuso sus argumentos jurídicos sobre la reforma, Roland Denis no explicó porque la nueva geometría del poder le parecía una sambumbia burocrática, Orlando Chirino nunca se opuso a la eliminación de la autogestión y la cogestión, Augusto Hernández en ningún momento mostró desacuerdo con la reelección presidencial o con el voto para los jóvenes de 16 años, el flaco Prada no hizo planteamientos en contra de la propiedad mixta, Julio Escalona jamás habló de la pérdida de la oportunidad de realizar un ejercicio pedagógico con nuestro pueblo a través de la discusión de la reforma. Para esta gente nosotros simplemente somos fantasmas y todo se reduce al maniqueísmo: revolucionarios (ellos por supuesto) e imperio.
De todas formas los compañeros mencionados y todos los otros que manifestamos disconformidad con la propuesta presidencial no tenemos que preocuparnos, pues ya estos analistas encontraron el problema: se trata de que fuimos alienados por los medios de comunicación y manipulados, afortunadamente ellos van a venir a hablar con nosotros y a darnos luz para sacarnos de las tinieblas en que vivimos y quitarnos el miedo.
Antes que eso suceda y a objeto de ayudarlos sobre las cosas que tienen que aclararnos, queremos hacerles algunas preguntas: ¿Se perdió porque el pueblo no trabajó o porque la campaña se centró en Chávez gana sólo? ¿Se perdió porque los delegados, voceros y comisionados no saben dirigir una campaña o porque les impusieron un comando que nadie eligió? ¿Se perdió por Globovisión o por los medios del Estado? ¿Se perdió porque Ramón Martínez saltó la talanquera o porque Diosdado este año no ha estado en Miranda? ¿Se perdió por los discursos de Ismael García o por el atropellamiento y las burlas de Carlos Escarrá, Ameliach y Cilia? ¿Se perdió porque Manuel Rosales es un tronco e gobernador o porque se le dio el comando en el Zulia a Arias Cárdenas (yo también cada vez que lo veo pienso en gallina)? ¿Se perdió por culpa de Leopoldo Castillo o por el fomento de la cultura de la burla y la descalificación de Mario Silva? ¿Se perdió porque Morel Rodríguez es imbatible o porque William Fariñas pactó con el alcalde golpista Eligio Hernández? ¿Se perdió por Orlando Chirino o porque José Sant Roz se asume como fundamentalista del chavismo y pide una Aporrea excluyente? ¿Se perdió porque muchos militantes de la corriente histórico-social no estaban de acuerdo con la reforma o porque los que se insertaron en el Psuv no levantaron su voz para criticar las decisiones de la derecha endógena?
Suelo equivocarme en mis análisis, sin embargo, tercamente los sigo haciendo y en este momento creo que ciertamente como lo expresó el presidente se trató de una pelea contra el imperio, y que por esta vez debemos reconocer que jugaron bien sus cartas y su plan funcionó perfectamente. Certeramente utilizaron a Juan Carlos de Borbón, al rey de Arabia y a Uribe en una estrategia para alejar física y mentalmente al comandante de la batalla electoral, a sabiendas que sin Chávez el chavismo se desfigura. Por su parte el presidente jugó a asar 2 conejos a la vez: Reforma y Psuv, 1 ya se quemó y el otro más bien tiende a pudrirse bajo la mano inquisidora de Diosdado y compañía.
Compañero presidente, creemos que la reflexión debe centrarse en la necesidad de construir un liderazgo colectivo que surja de las entrañas de nuestro pueblo, sin imposiciones, dejemos que el pueblo en su gran sabiduría decida. Ese mismo pueblo, que es mucho más que 50 motorizados dirigidos por un actor sobrevenido en diputado o por una agresiva diputada, le mandó un mensaje: NO SE HACE REVOLUCIÓN CON LOROS Y FOCAS.
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