A comprarse un cursito…
¡Qué difícil es superar los personalismos pequeños burgueses y el egoísmo reaccionario con el que se nos formó en épocas de la Cuarta República! Ayer insignes comedores de pan y mortadela, hoy ataviados con trajes de revolucionarios tratamos de igualarnos a nuestros coterráneos que nos precedieron en el poder, sólo degustamos exquisiteces y las deleitamos con un buen vino para rematar con las libidinosas bebidas adultas de 18 años. Hoy sólo queremos olvidar ese pasado de inmensas necesidades, aunque en ello se nos olvide nuestras raíces revolucionarias, los negocios son nuestra prioridad consumada, la Revolución es bonita. La construcción del Socialismo es relegada y marginada, no es objeto de discusión, sólo entienden que la preservación de la misma seguirá garantizándoles sus privilegios. ¿Serán brutos estos revolucionarios?
Estos compañeritos de lucha del pasado, aunados a las nuevas lumbreras más chavistas que el propio Presidente, nos exigen sacrificios, nos hablan de conciencia revolucionaria, nos increpan el desarrollo del nuevo modelo de hombre y mujer que reclama la Patria, incluso hoy caracterizan el discurso de los pioneros cubanos, SEREMOS COMO EL CHE. No deja de ser ridículo e hipócrita el lenguaje vacío de las palabras incoherentes que desorbitan de sus almas.
Hoy en día la supremacía de estos insignes venezolanos, que se denominan revolucionarios, entienden la supervivencia política si la misma se sustenta en la membresía erudita de una Dirección Nacional o en el peor de los casos, la Dirección Regional, las direcciones locales sólo serán para los perdedores (no creo reciba mensajes de texto en mi teléfono de algunos diputados para que vote por ellos, o los postulen a ésta o aquella posición, las direcciones locales representan un nivel muy bajo de organización).
Entendiendo la Revolución Bolivariana como la vía para la restitución de mis derechos consagrados en la Constitución (Salud, Vivienda, Educación, Trabajo, desarrollo Cultural, Intelectual y Espiritual, entre otros). No deja de ser preocupante las distorsiones de los advenedizos que socavan las bases del discurso e irrumpen de manera análoga en contra de los principios y valores revolucionarios que deben caracterizar a nuestro proyecto político. No entienden ya el concepto de conciencia, pero reclaman su paternidad ante el pueblo, fueron marxistas-leninistas ayer, hoy, de seguro, los siguen siendo, pero evaden por desconocimiento los principios fundamentales de la dialéctica, como lo es el cambio. ¿Basta sólo con considerarse marxista-leninista para actuar como revolucionario? ¿Basta haberse formado en las escuelas de cuadro del pasado para revalidarse hoy como revolucionarios?
Los paradigmas doctrinarios en la Revolución que muchos queremos construir han cambiado, debemos interiorizar la Revolución de forma individual, para luego exteriorizarla y construirla. La confusión absurda de pretender cargarse de bienes materiales y acumulación de riquezas para compensar el pasado lleno de penurias, es la más infame de las traiciones a la conciencia, sólo corresponde con personas que ayer sólo envidiaban el carácter material al cual nunca tuvieron acceso. Formar ideológicamente a nuestras jóvenes generaciones nos es tarea primordial de estos “consecuentes” y “fieles” detractores de la Historia. La Revolución es para ellos una vía con un carácter individual muy preciso, más no el término de la grandeza colectiva.
Todas estas reflexiones (a propósito de un camino muy largo que me ha tocado recorrer, tocar puertas y sólo recibir sonrisas y miradas extrañas de ex compañeros de luchas) me han hecho entender que, sin la preparación ideológica de nuestros futuros cuadros políticos, así como la reeducación a los que ya están en acción, nunca nos acercaremos a la victoria en la batalla de las ideas de la cual tanto ha escrito el compañero Fidel, y hoy nuestro Presidente pregona en cuanto y tanto tenga reunido a un grupo de dos personas.
He deambulado de manera quijotesca ante los despachos de “amigos” en busca del interés de hacer realidad una propuesta que a mis manos llegó de Mijaíl Kaláshnikov, que viene cooperando con una organización rusa autónoma sin fines de lucro: “COMITÉ IDEOLÓGICO NACIONAL”, el cual está siendo dirigido, desde hace algún tiempo, por el general Nikolay Kaliakin. La propuesta versa en la formación y educación patriótica de las nuevas generaciones y en la implementación de campos de verano en Venezuela, Rusia y Osetia del Sur, a lo cual Mijaíl Kaláshnikov ha permitido dar su nombre: “UNIÓN MUNDIAL INTERNACIONAL JUVENIL GENERAL M. KALASHNIKOV”, así como la creación de una CONFERENCIA POLÍTICA INTERNACIONAL que se denominaría “EXPANSIÓN DE LA DEMOCRACIA DE LOS ESTADOS UNIDOS. Métodos y tendencias de la resistencia social”.
Lamentablemente no ha sido recibida esta propuesta por mis “amigos revolucionarios” con beneplácito ni el carácter político que la misma conlleva, por lo cual hoy he decidido hacerla del conocimiento público y ver si la misma encuentra eco en algún organismo del Estado Venezolano, o del PSUV.
Seguiré soñando con la inmensa satisfacción de que algún día nuestros jóvenes, esos cuadros que han comenzado a emerger, ya fortalecidos en el campo de las ideas, derroten de manera contundente al enemigo común, entierren ideológicamente al Capitalismo y surja esa sociedad incluyente que no alcanzaremos a disfrutar los que una vez nos empeñamos en alimentarlos de ideas de justicia social, preñándolos de conocimiento y amor por su pueblo y la humanidad. Hombres y mujeres dignos de la Patria de Bolívar.
NO HAY MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE.
Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos
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