Sin el ánimo de desmeritar el proceso innovador e inédito de seleccionar a nuestros candidatos y con el propósito de contribuir en el mejoramiento del método, propongo algunas reflexiones para la discusión interna.
Creo bastante positivo el hecho de posibilitar que cualquier compañero se auto-postule, eso permite a todos los militantes sentir que tienen iguales derechos. Cualquier dirigente de una comunidad, por humilde que sea, percibe que puede competir la candidatura con ese otro dirigente que ocupa espacios en los periódicos porque es gobernador, alcalde, diputado o concejal.
Pero no me parece adecuado que con el universo de auto-postulados se haga la elección, sin antes realizar un proceso de legitimación en los batallones, que permita hacer una primera decantación. Con la lista de todos los auto-postulados, se debería hacer una primera selección en los batallones (cada batallón podría seleccionar 5 pre-candidatos para la alcaldía y 3 pre-candidatos para la gobernación).
Se podría establecer previamente que los 5 pre-candidatos a la gobernación, así como los 10 pre-candidatos a la alcaldía, que obtengan más votación sea la lista definitiva de pre-candidatos. (Para garantizar la pulcritud de esta legitimación, se puede publicar en un periódico de la región los resultados detallados con los votos de cada batallón).
Después de este proceso, se daría un compás de algunos días para que los pre-candidatos analicen sus aspiraciones, hagan consultas, etc. Cada candidato mediría con anticipación el nivel de respaldo que tiene en la militancia, pudiendo reorientar sus aspiraciones, o apoyar a otro pre-candidato, si lo cree necesario. Después de este paso se elaboraría la lista definitiva de pre-candidatos para someterla a votación.
Esto garantizaría que la lista no sea tan grande, haciendo menos engorroso la presentación de las propuestas a los electores. (El partido podría publicar el currículum, ideas y propuestas, en igualdad de condiciones, de todos los pre-candidatos seleccionados).
También (y esto es lo más importante) la selección del candidato sería la más adecuada (Aquí quiero poner un ejemplo hipotético para explicarlo mejor) Supongamos que en un estado X hay un gobernador X que es del partido, pero que no ha realizado una gestión como quieren los militantes y por lo tanto tiene poca aceptación, ese militante se auto-postula porque quiere seguir siendo gobernador. Él, sin embargo tiene un respaldo de parte de la militancia (Supongamos que el 25% de los militantes; por favores, porque los metió a trabajar, etc,). El 75% restante, que no apoya a ese militante, no tiene un mecanismo como encausar su rechazo y en un universo de tantos aspirantes se dispersa ese rechazo repartiendo sus preferencias (uno con el 8%, 3 con el 7%, 5 con el 6%, 7 con el 2% y 2 con el 1%) ¿Quien queda de candidato? ese gobernador que no lo hizo bien y que tiene rechazo. Queda él porque logró el 25% de los votos (15% más que el segundo en la lista). ¿Estamos seleccionando el mejor candidato? De la otra forma, es decir, sometiendo la lista de todos los auto-postulados a una legitimación entre los batallones, se evitaría esto, pues la militancia que le rechaza se va agrupando en menos pre-candidatos) algunos pre-candidatos, al sacar las cuentas del respaldo de la militancia hacia ellos, pudieran declinar en función de otros, para lograr la escogencia del pre-candidato con mejor aceptación, que en definitiva será el candidato que se deberá medir a la oposición.
¿Cómo evitar las ventajas de un pre-candidato sobre los otros? Para nadie es un secreto que un gobernador o un alcalde en ejercicio, tiene a su disposición una cantidad de recursos (personal a su cargo, vehículos, acceso a los medios, etc.) que termina utilizando en su pre-campaña. Recursos que por lo general, no poseen los demás pre-candidatos. Creo conveniente que en el proceso de legitimación en los batallones, se establezca que los auto-postulados que aspiren a ser candidatos para reelección, para lograr la nominación como pre-candidato, deben sacar más del 50% de apoyo en los batallones. De esta forma, un gobernador o alcalde para ser pre-candidato debe tener una alta aceptación en los batallones. ¿Por qué estas observaciones? No es que tengamos algo en contra de los gobernadores o alcaldes. No, lo que nos anima es que cuando vayamos a realizar una elección en el partido para seleccionar candidatos, logremos seleccionar los que tengan mayores posibilidades, ya que en definitiva será el candidato que se enfrentará a la oposición y sabemos que un gobernador o alcalde, al no poder solucionar todos los problemas de su estado o municipio, acumula cierto nivel de rechazo por lo que propenderíamos a establecer un relevo en la mayoría de dichos cargos. Si analizamos estas elecciones notamos que, salvo Diosdado Cabello, que sacó un alto porcentaje, los demás auto-postulados que eran gobernadores en ejercicio, aún con todas las ventajas, sacaron muy por debajo de los porcentajes de los que no lo eran. Este mecanismo también podría utilizarse a la hora de seleccionar los candidatos a los Consejos Municipales, Consejos Legislativos Estadales y Asamblea Nacional.
(*)Comisionado de Política e Ideología del Batallón “Paraíso Revolucionario”
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