Capitalismo, Socialismo, Anarquismo y la fórmula de la felicidad de Stephen Klein

 "Soll die Arbeit der Menschen und Maschinen Glück erzeugen, so ist unser Wirtschaftssystem mit seiner enormen Wertschöpfung auf geradezu groteske Weise ineffizient."
Stephen Klein, "Die Glücksformel"
 
(Si el propósito del trabajo humano y mecanizado es el de producir felicidad, nuestro sistema económico con su enorme creación de riqueza es grotescamente ineficiente.
Stephen Klein, "La fórmula de la felicidad")
 
La mayor suma de felicidad posible debe ser el objetivo de nuestra sociedad. La economía, entendida como la administración eficaz de los bienes y servicios, debe estar orientada a conseguir este objetivo. El diseño de nuestro sistema económico debe por lo tanto tomar en cuenta los mecanismos que producen felicidad en los seres humanos y su relación con los bienes y servicios.
 
Este ensayo pretende exponer algunos descubrimientos científicos expuestos por Stephen Klein en torno a la felicidad en los seres humanos y contrastarlos con los postulados del capitalismo, en especial el de la obtención de la mayor cantidad de riqueza individual, así como evaluar algunas características del socialismo histórico y del socialismo que podría existir en el futuro.
 
No es sensato ignorar el conocimiento científico que hoy en día tenemos sobre la felicidad de los seres humanos. En su libro "Die Glücksformel" (La fórmula de la felicidad) Stephen Klein expone el funcionamiento de algunos mecanismos de nuestro cuerpo relacionados con nuestra sensación de felicidad. Uno de estos mecanismos es denominado por Klein como "Sistema de Expectativas", el cual puede ser encontrado en animales bastante simples, como los insectos, así como en animales más complejos, como los primates, incluyendo a los seres humanos. Básicamente este mecanismo se compone de una etapa de deseo y expectativa, controlada por el cerebro mediante la generación de la hormona dopamina (u otras equivalentes dependiendo de la especie) y una etapa de obtención de placer y satisfacción controlada por el cerebro mediante la generación de hormonas denominadas opioides. Diversos experimentos muestran cómo este sistema de expectativas hace que nuestra felicidad se base en buena medida en cómo comparamos nuestra realidad a nuestras expectativas.
 
Los más simples
 
En su artículo "Bee Foraging in Uncertain Environments Using Predictive Hebbian Learning", Read Montague y sus colegas exponen los resultados de sus experimentos con abejas. Estos científicos encontraron un modelo de comportamiento teórico que calza razonablemente con el comportamiento de abejas reales. Las abejas fueron colocadas en un ambiente controlado en el cual tenían acceso a flores con diferente cantidad de néctar. Éstas podían elegir entre flores azules y amarillas. Mientras las flores azules poseían un nivel constante de néctar, un tercio de las amarillas poseían gran cantidad de néctar, y el dos tercios restante de amarillas no poseían ninguna cantidad néctar. En promedio, la cantidad de néctar en las flores azules y amarillas era el mismo. Las abejas reales preferían las flores azules, con su nivel constante de néctar, a las flores amarillas, con su nivel variable, si bien a la larga ambos tipos de flor les proporcionan la misma cantidad de néctar. El experimento fue realizado de manera virtual utilizando un modelo computacional para simular el comportamiento de las abejas. El modelo virtual que mejor calza con el comportamiento de las abejas reales muestra cómo funciona el sistema de expectativas de estos seres. De cierta manera las abejas guardan en su memoria la información de la cantidad de néctar y del color de la última flor que visitaron. Esta ocurrencia crea una expectativa en la abeja, de tal manera que la siguiente flor que visite será comparada a esta información en su memoria. Si la siguiente flor posee más néctar que la anterior, entonces la nueva flor será considerada "mejor de lo esperado", la abeja aumentará sus preferencias por este color y será más probable que busque este tipo de flores en la siguiente oportunidad. Si por el contrario la siguiente flor posee menos néctar, entonces será considerada "peor de lo esperado", la abeja disminuirá sus preferencias por este color y será más probable que cambie de color en la siguiente oportunidad. En el caso en el que la cantidad de néctar es constante para cierto color de flor, el sistema de expectativas de la abeja le permite encontrar el color que más néctar representa, sin necesidad de almacenar en su memoria la información proveniente de todas las flores que visitó, ya que comparando con su última visita y modificando sus preferencias dependiendo de si encontró más o menos néctar, rápidamente reflejará una preferencia constante hacia el mejor tipo de flor. En el caso artificial de flores constantes y variables, utilizado en el experimento, la corta memoria de la abeja le hace preferir las flores con cierta cantidad de néctar constante, ya que en promedio el sistema de expectativas hará que se decepcione más frecuentemente con las flores amarillas variables que con las flores azules constantes.
 
Nuestros primos
 
Los estudios de Wolfram Schultz reflejaron la existencia de un sistema de expectativas en monos similar al de las abejas (lo cual puede indicar que el sistema de expectativas es suficientemente antiguo en la evolución de los animales como para ser compartido por una gran variedad de seres). La actividad de las neuronas encargadas de la producción de dopamina en estos animales fue monitoreada en experimentos en los cuales se les suministraba alimento (manzanas, uvas), como forma de premio, a los monos. Las neuronas se activaban apenas las manzanas estaban a la vista de los monos. Posteriormente los científicos aumentaron la complejidad del experimento al encender una lámpara justo antes de presentar el alimento. Esto produjo que al poco tiempo las neuronas se activaran con el simple encendido de la lámpara (un clásico condicionamiento), pero lo sorprendente fue que después de encender la lámpara las neuronas se calmaron, y al presentar la comida permanecieron calmadas. Es decir, fue la expectativa de recibir alimento lo que produjo la activación de las neuronas, y no la comida en sí misma.
 
Nosotros
 
El sistema de expectativas explica algunos hechos que la mayoría de nosotros conocemos por experiencia o intuitivamente. El hecho de que las personas se sientan más alegres con una buena noticia sorpresiva, que con una buena noticia previsible (así sean igual de beneficiosas); que sea más desagradable una mala noticia sorpresiva que una mala noticia previsible (así si sean igual de perjudiciales); el hecho de que la monotonía produzca aburrimiento; que lo extraño y lo nuevo produzca curiosidad. Este sistema de expectativas es muy útil desde el punto de vista evolutivo ya que hace que los seres busquen siempre más de lo que tienen y consigan estados óptimos en obtención de alimento (como en el ejemplo de las abejas), permite el descubrimiento y colonización de nuevos ambientes, y el mayor aprovechamiento de los recursos. Orienta la atención de los animales hacia los eventos que más atención merecen, los sucesos nuevos, ya que los sucesos conocidos ya han sido suficientemente estudiados y entendidos. Sin embargo este sistema puede también ser perjudicial para los seres vivos en ciertos casos particulares.
 
La adicción
 
Uno de estos casos es la adicción, en la cual una experiencia agradable puede quedar firmemente incrustada en la memoria de tal manera que produce expectativa y deseo, así su realización ya no produzca placer. Por ejemplo, las drogas provenientes del opio (heroína) producen el placer y la euforia que normalmente producen los opioides naturales en nuestro organismo. El problema es que el mecanismo natural mediante el cual estos opioides son producidos en situaciones "útiles" para nuestro cuerpo (al momento de comer, tener sexo, descansar, defecar, etc...) es sustituido por una mecanismo artificial que produce este placer ignorando por completo el sistema de expectativas natural. Y esto no sería tan grave a no ser por nuestra natural propensión a aburrirnos con lo habitual y a pedir siempre más. Entonces si bien las drogas pueden producir placer en un principio, conforme nos habituamos a ellas este placer no puede ser mantenido sin consumir cantidades cada vez mayores de la droga, con el evidente riesgo de sobredosis. Peor aún, el sistema de expectativas puede producir sensaciones extremadamente desagradables si la droga deja de ser consumida. Y a pesar de esta falta de placer, la agradable experiencia inicial puede, mucho tiempo después, producir en el cerebro la misma expectativa, la misma producción de dopamina que nos hará desear consumir de nuevo. Un ex-adicto puede caer de nuevo en este círculo vicioso, mucho tiempo después de "superada" la adicción, al experimentar una situación que de alguna forma esté relacionada con esa experiencia placentera y cuyo recuerdo active su sistema de expectativas.
 
Adicción a la riqueza
 
La adicción es más poderosa cuando se altera directamente la producción o inhibición de las hormonas en nuestro cuerpo, ya sea de la dopamina, como en el caso de la nicotina, la cocaína, el éxtasis y el alcohol, o de los opioides, como en el caso de la heroína y la marihuana. Sin embargo, la adicción puede ocurrir igualmente con experiencias más "naturales" como por el ejemplo el juego, la comida y el sexo, y las consecuencias son también negativas: se inhibe el placer y el cuerpo pide cada vez más. Es esta adicción la que nos concierne en este ensayo, ya que es la que más está relacionada con el consumo de bienes y servicios, y por lo tanto, con la economía.
 
Los bienes y servicios permiten satisfacer la necesidades del ser humano y evitan la aparición de sensaciones desagradables como el hambre, la sed, el dolor, el cansancio. Además los bienes y servicios pueden producir felicidad, pero en muchos casos es su obtención más que su posesión la que produce esta felicidad. Esto implica que el que busca la felicidad en los bienes que posee nunca estará satisfecho, siempre querrá más. Esto de por sí no es un inconveniente si no fuera porque nuestra realidad restringe la cantidad de bienes y servicios que pueden producirse en un período de tiempo, e incluso restringe la cantidad de bienes y servicios que pueden existir. La realidad de nuestra tecnología actual, de la cantidad de personas que trabajan, de la energía que se produce y de las materias primas disponibles en nuestro planeta, restringe la cantidad de bienes que pueden producirse, por lo que una sociedad que busca su felicidad en la obtención cada vez mayor de bienes está condenada a fracasar en ese intento. Si bien la riqueza que se produce en nuestra sociedad puede aumentar, es evidente que existen límites físicos (en términos de materia y de energía) y ecológicos (en términos de desarrollo sostenible), a esa producción, y que si nuestra sociedad no basa su obtención de felicidad en otros objetivos está condenando a los seres humanos a la infelicidad. Se trata de un problema de ambición ilimitada por un recurso limitado.
 
Lo material no lo es todo
 
Afortunadamente nuestro sistema de expectativas no sólo se activa con comida y sexo, con dinero y posesiones, hay un sinnúmero de actividades que no están directamente relacionadas con la obtención de bienes materiales y que no tienen este tipo de límites. ¿Qué límites posee un músico o un artista a la hora de realizar una composición o una obra de arte? ¿Qué límites posee un científico a la hora de investigar el funcionamiento de la naturaleza? ¿Qué límites posee un ingeniero a la hora de realizar un mecanismo o una obra más eficiente, más ingeniosa? Estos son ejemplos evidentes de que nuestra felicidad es mucho más probable, no sólo como individuos, sino como sociedad, si los objetivos que nos planteamos no tienen los límites que existen en la obtención de bienes materiales.
 
La variedad
 
Stephan Klein explica que una de las mejores de maneras de evitar la inhibición de placer que produce en el sistema de expectativas la obtención de la misma recompensa una y otra vez, es la de variar el tipo de experiencia que produce placer. Todos sabemos que comer siempre el mismo plato puede acabar con el placer que produce la comida más sabrosa y exquisita. La variedad es esencial para poder disfrutar de los placeres de la vida. Variar nuestra comida diaria, las personas con las que conversamos, los lugares que visitamos, las actividades que realizamos, las maneras de ver el mundo, la música que escuchamos, puede ayudar más a nuestra felicidad que buscar siempre más de lo mismo.
 
Las dañinas expectativas creadas por la desigualdad
 
"Nehmen die Gegensätze in einer Gesellschaft zu, verlieren alle – die Reichen wie die Armen"
 
(Cuando le disparidades sociales crecen, todos pierden, tanto ricos como pobres)
 
Si bien en el capitalismo actual, la desigualdad implica pobreza, implica no satisfacer la necesidades de la mayoría de las personas, su alimentación, su salud, su educación, es posible  imaginar que, en un futuro lejano, la producción de riqueza a partir del trabajo mecanizado y automatizado permita la satisfacción de esas necesidades sin que eso implique una disminución considerable de la desigualdad, sería posible entonces que en el capitalismo del futuro se satisficieran las necesidades básicas de los más pobres, si bien seguirían existiendo ricos y pobres. ¿Pero esto quiere decir que obtendríamos en esta sociedad capitalista la mayor suma de felicidad posible? Muy difícilmente. No sólo la injusticia intrínseca del capitalismo evitaría la obtención de esta felicidad, sino la sola existencia de desigualdad sería muy perjudicial para la felicidad de las personas, ya que crearía expectativas de riqueza que no podrían ser satisfechas por la gran mayoría. El simple hecho de que una persona posea gran cantidad de bienes de difícil obtención crea expectativas en las personas que no lo poseen sobre lo que deben obtener, y que probablemente no obtendrán. Un rico no es una persona que posee más de cierto nivel de riqueza, sino es una persona que posee mucha más riqueza que las demás personas. Hace algunos años una persona debía ser rica para poseer una computadora, hoy en día en cambio el hecho de que muchas personas de clase media tengan computadoras lo convierte en un bien de clase media, no en un bien de ricos. Hace algunos siglos poder comer dulces, comida condimentada, hubiera sido considerado un lujo, hoy en día una persona que otros considerarían pobre puede darse esos lujos, es decir, en muchos sentidos la pobreza es una condición relativa a la forma de vivir de los ricos, más que a un valor absoluto (a diferencia de la miseria, en la que las necesidades básicas no están satisfechas). Stephan Klein presenta algunas comparaciones que reafirman el hecho de que es la desigualdad más que la pobreza la causante del malestar social, que se refleja en altos niveles de estrés y que disminuye la esperanza de vida. Es bien conocida la relación que existe entre la delincuencia y la desigualdad, y la poca relación que existe entre la delincuencia y la pobreza. Es en el desigual Rio de Janeiro más que en el paupérrimo Nordeste, donde abunda la delincuencia del Brasil. Es en la desigual Caracas y no en las humildes comunidades yanomami donde abunda el crimen de Venezuela. Es en la desigual Filadelfia y no en las austeras comunidades Amish donde se encuentra el crimen de la Pennsylvania estadounidense.
 
Más allá de satisfacer las necesidades básicas
 
El socialismo histórico ha buscado aumentar la felicidad de las personas satisfaciendo sus necesidades básicas, lo cual en efecto contribuye ha evitar sensaciones desagradables, como el hambre, el dolor, la extenuación. En numerosos casos el socialismo histórico ha sido exitoso en conseguir este objetivo. Sin embargo, como bien explica Klein, la felicidad es algo más que la ausencia de infelicidad. Las personas no pueden ser felices sólo teniendo sus necesidades básicas satisfechas, deben poder además alimentar convenientemente sus sistema de expectativas. Para ello deben poder fijarse metas posibles de conseguir pero suficientemente ambiciosas como para producir motivación.
 
La libertad y la motivación
 
Los defensores del capitalismo siempre han criticado la falta de libertad en los regímenes socialistas. Pero en realidad tanto en el capitalismo como en el socialismo existen restricciones a la libertad de las personas. En el capitalismo las restricciones son más injustas al ser decididas por la minoría que controla los medios de producción. En el socialismo las restricciones son más justas al ser decididas por la mayoría que controla los medios de producción. La verdadera libertad existe en el anarquismo o anarco comunismo, el problema es que es ciertamente difícil conseguir un sistema anárquico estable y sostenible, además de que dicha libertad no garantiza la justicia ni el bienestar social. Pero en el socialismo pueden existir ámbitos en donde impere la anarquía, y donde exista suficiente libertad como para permitir la obtención de felicidad a través de un funcionamiento adecuado del sistema de expectativas.
 
En el socialismo histórico han existido problemas de motivación. Un obrero de fábrica que realiza la misma jornada todos los días una y otra vez, así tenga todas sus necesidades satisfechas, puede carecer de motivación, al no existir un objetivo que estimule su sistema de expectativas. En este sentido la crítica capitalista a la falta de motivación en un sistema sin competencia tiene sentido, pero debemos preguntarnos si no existe una solución que no implique caer en las injusticias del capitalismo. El trabajo voluntario que propuso el Che Guevara no es una propuesta utópica, la mayoría de las personas tienen la motivación suficiente para hacer trabajo voluntario, y obtienen gran satisfacción al recibir el agradecimiento de la sociedad, pero como toda satisfacción en el sistema de expectativas, puede desaparecer cuando las personas se habitúan a ella. Es por esto que el trabajo voluntario así como cualquier otro trabajo en un sistema socialista, debe estar integrado en un sistema que permita renovar la expectativa, la motivación, las ganas de hacer.
 
Los rangos o grados, y las condecoraciones en los ejércitos, los ascensos en empresas y compañías, los niveles de un juego de video, las promociones en la venta de productos comerciales, son ejemplos de cómo un sistema puede aprovechar el sistema de expectativas para motivar a las personas. A diferencia de un ejército, donde se aprovecha el sistema de expectativas para motivar la actitud combativa de los soldados, de una empresa, en donde el objetivo es motivar el trabajo de los empleados para maximizar las ganancias, el socialismo debe utilizar el sistema de expectativas para producir la mayor cantidad de felicidad posible en las personas. Puede parecer trivial, pero el hecho de dividir una gran recompensa, al final de un gran logro, en varias pequeñas recompensas, al conseguir pequeños logros intermediarios, puede mejorar en gran medida la motivación de las personas. De igual manera puede ocurrir si se varían las actividades y las recompensas de los trabajadores. Una organización de voluntarios puede alternar las actividades de sus integrantes de manera de evitar el hastío y la monotonía.
 
La anarquía dentro del socialismo
 
"It is in the matters that politicians usually ignore – science and art, human relations, and the joy of life – that Anarchism is strongest"
Bertrand Russell, "Proposed roads to Freedom"
 
(Es en las cuestiones que los políticos usualmente ignoran – ciencias y arte, relaciones humanas, y el goce de la vida – que el Anarquismo es el sistema más fuerte.
Bertrand Russel, "Los caminos de la libertad")
 
El socialismo y la democracia son de gran importancia para encontrar soluciones a los problemas ambientales y aquellos relacionados con los recursos naturales. El socialismo puede combatir las causas de la infelicidad en el ser humano asegurando la alimentación y la salud de las personas, y ayudar a la obtención de felicidad mediante la educación y la facilitación de las informaciones adecuadas a la gente, e incluso organizando grupos de voluntarios que varíen convenientemente sus actividades, y desarrollando sistemas de recompensa escalonados que maximicen la motivación de las personas. Pero incluso así es importante que existan ámbitos de la vida en los cuales no existan prácticamente restricciones a las acciones de las personas, ámbitos de verdadera libertad, que podríamos denominar anárquicos, en los cuales el estado no intervendría. Estos ámbitos podrían estar conformados por universidades, centros de arte, de esparcimiento, de deporte, radios y emisoras libres, en donde cualquiera podría participar, y en donde no existirían prácticamente limitaciones.
 
Conclusión
 
La construcción del socialismo debe tener como objetivo la obtención de la mayor suma de felicidad posible para los seres humanos, y los conocimientos científicos que hoy en día tenemos sobre la felicidad y la infelicidad, parecen apuntar a que ciertamente es el socialismo más que el capitalismo, el sistema que permitirá lograr mayor suma de felicidad, si bien este socialismo, en donde las decisiones se toman de manera democrática obedeciendo la voluntad de la mayoría, debería dejar ámbitos en los cuales pueda imperar la anarquía, en el sentido libertario del término, y donde las acciones de las personas sólo se vean limitadas si perjudican de alguna forma la felicidad de otras personas.

jorgerojasve@gmail.com



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