Contrario a Alan Woods, en una entrevista del 5 de octubre de 2008,
Bill Gates por los momentos no ve ni una crisis del capitalismo ni
ningún peligro de una gran depresión.
(Ver: http://afp.google.com/article/ALeqM5jP3oDRIifzUe3tWGPWK1OuaK5fpg)
No puede ser, que este gran magnate capitalista de Microsoft y sus
asesores económicos están tan mal informados sobre la economía política
marxista, que no ven la gigantesca crisis de sobre-producción global,
la especulación, la inexorable competencia asesina, la repentina
destrucción de corporaciones transnacionales tradicionales y de grandes
bancos, y especialmente la progresión geométrica de la pauperización de
muchas clases sociales a nivel global.
Sí, otra vez ha llegado el tiempo para declarar a Marx obsoleto y
muerto como una mosca, ya por 666a vez.
Y aún, ¿cual es el espectro que está volviendo a perseguir a Europa y
el globo entero? Lo que en verdad está fuera de moda es este modo de
producción capitalista podrido. Aquellos que creen en el capitalismo
como realidad absoluta y eterna, que creen que éste nunca perecerá, se
despertarán una buena mañana y descubrirán, al igual que en el caso de
las torres gemelas y de la Unión Soviética, que de repente el tío Sam
ya no existe. Esto no son puros deseos intelectuales. El que ha
estudiado las obras económicas de científicos y filósofos marxistas, y
todavía es capaz de reconocer la perversión y la decadencia, sabe lo
que quiso decir Hegel, un gran maestro de Marx, cuando dijo: "todo lo
que llega a existir merece perecer." El capitalismo ya tenía su turno,
ahora comienza su agonía ‘involucionaria’, y las campanas de Wall
Street tocan para el capitalismo tardío.
El ‘buen’ capitalismo no existe; hace mucho tiempo que se reveló este
mito de los empresarios con ‘moral’ y de los especuladores ‘malvados’.
En una nota de pie en El Capital (capítulo 31), Marx comentó que, si
según Marie Augier (en “Du Crédit Public”, Paris, 1842) el dinero como
tal “‘llega al mundo con un lunar congénito en una mejilla’, entonces
el capital viene de la cabeza hasta los pies y de cada poro chorreando
de sangre y de mugre.”
(Ver: http://www.franzlee.org/pandemonium01318.html)
En estos momentos estamos enfrentando la cúspide globalizada del
imperialismo capitalista “chorreando de sangre y de mugre”. Se está
llevando a cabo en Wall Street la inexorable guerra mundial económica,
la brutal batalla de los titanes metropolitanos. Sin embargo,
centenares de miles de millones de dólares como préstamo proletario no
pueden comprar ni comprarán las acumulaciones y los arsenales de la
sobre-producción de mercancías costosas y de armas de destrucción
masiva.
Cuidado Wall Street, si no logramos parar esta megalomanía corporativa
global ahora mismo, entonces también para nosotros cada 1929 puede
tener su 1939 e incluso su 1945 nuclear.
La Alemania nazi y la Italia fascista no fueron accidentes históricos o
la obra de lunáticos políticos individuales como lo eran Hitler y
Mussolini; fueron los resultados políticos y militares de la depresión
de 1929, del capitalismo mundial en severa crisis. La depresión mundial
actual, este gigantesco Mount Everest especulativo, dejará ver la
recesión de 1939 como una pequeña colina. Con préstamos estatales no
vamos a contrarrestar los tsunamis imperialistas terroristas
destructivos. Peor, acaba de comenzar el hegemónico proyecto de un
nuevo siglo americano.
Cuando la explotación económica y la dominación política permanecen
controladas y ‘en paz’, y cuando las clases trabajadoras están
tranquilas, entonces por lo general prevalece la ‘democracia’. Sin
embargo, cuando la sobre-producción, la tasa de ganancias y la
maximización del capital están en caída, cuando Wall Street tiembla,
entonces el imperialismo aparece con su gruñido ‘neoliberal’: el globo
fascismo orweliano.
Esto es lo que está en el orden del día en este momento. En el pasado
las guerras mundiales volvieron a restaurar el capitalismo, que
resucitó de su tumba sobre los hombros de millones de víctimas,
acompañado por la destrucción de infraestructuras, capital y fuerzas de
trabajo físicas. Si por acaso ese es el plan ahora, bueno, entonces
millones de fuerzas de trabajo ‘obsoletas’ tendrán que pagar por eso,
incluyendo las actuales clases medias ‘obsoletas’.
El capitalismo llevó a la propia especie humana a un dilema. Con
reformas clásicas y con revoluciones tradicionales terminaremos
precisamente en el mismo desastre apocalíptico. En cambio puede ser,
que con la lucha de clases global y la revolución mundial permanente
podemos salvar la humanidad de la aniquilación por parte del
corporatismo imperialista. Sin embargo, este empeño sagrado, dentro del
sistema laboral capitalista, tiene una posibilidad infinitesimal para
realizarse. Si no hacemos nada, si no resistimos, si no negamos el
capitalismo, entonces el globo fascismo probablemente destruirá la vida
en este planeta.
Con proyectos intra-sistémicos, lógicos o incluso dialécticos no
llegaremos muy lejos. Dentro del proceso histórico universal cerrado,
la humanidad no tiene chance de sobrevivir para más tiempo. Homo
kenyapithecus, homo australopithecus, homo pekingensis o homo
neandertal todos se encontraron ante el mismo dilema, todos tenían que
trascender como “homo sapiens sapiens” en función de sobrevivir.
Después de menos de 100.000 años, este último no resultó tan sabio
tampoco. Ahora lo que queda de la humanidad, tiene que trascender las
barreras del espacio-tiempo lógico formales y dialécticas, y con una
nueva lógica, una nueva ciencia, una nueva filosofía y como hombre
nuevo el homo novum tiene que emanciparse a si mismo.
En el año de su muerte, en 1883, Marx se despidió del capital con una
tremenda explosión de una isla en Indonesia (Krakatau) que sacudió al
planeta entero. De manera similar, el actual colapso de Wall Street
introduce un nuevo Krakatau emancipatorio, como advenimiento de un
posible nuevo socialismo del siglo XXI.
franzjutta@cantv.net
http://www.franzlee.org