Siempre he pensado que la discusión, nos conlleva al avance, y mi apoyo concluye con unas palabras de nuestro Comandante Chávez: “…debemos ser irreverentes en la discusión y obedientes en la ejecución…”
La Trialéctica es un método de análisis que parte del materialismo aristotélico y que explica los procesos sociales en función de su historia, de su cultura, de su potencia endógena y de sus contradicciones políticas y económicas repercutidas en la evolución social. Su principio es que en la sociedad humana tiene un conflicto entre grupos, pero que los motores sociales de transformación social se producen cuando los renegados del grupo dominante y los renegados del grupo dominado se articulan y crean coincidencias para supera los recursos de dominación existentes.
A diferencia de la Dialéctica que señala la unidad y lucha de los contrarios, la Trialéctica señala que no hay solo la unidad y lucha de los contrarios, sino un proceso de complementación que se fractura progresivamente o bruscamente, cuando se desarrolla el conocimiento y el uso de nuevos instrumentos y otros factores endógenos o se ve afectado por los elementos exógenos, que llevan al aparecimiento de nuevas opciones, de estas opciones o gamas de opciones de las que emerge el nuevo motor social.
El Estructural Funcionalismo desarrolla el mismo concepto de Marx, pero en lugar de dar prioridad a la economía, aplica la dialéctica o el principio de las contradicciones a otras materias de estudio y fija su atención en múltiples procesos.
LA Trialéctica se apoya en el método inductivo de análisis propuesto por Aristóteles, que va de lo particular a lo general y parte de la observación de la realidad y no de los juicios a priori propios del idealismo. Para la Trialéctica desaparece la verdad y reconoce sólo al conocimiento. Para lo cual diferencia como Verdad la interpretación inmutable de la realidad y como Conocimiento, la verdad que apenas se la pronuncia entre en el océano de la duda y comienza su muerte de manera inmediata su pronunciamiento.
La Trialéctica reconoce por hoy 5 etapas de dominación que son: dominación territorial, dominación moral de masas, dominación política de las masas, dominación social del conocimiento y dominación humana del espacio y el tiempo.
Por medio del desarrollo endógeno podemos moderar, estructurar y corregir estas etapas de dominación.
El desarrollo endógeno venezolano es un proceso en gran parte guiado por líneas generales, puesto que depende de los sujetos sociales de endogeneidad, concretos, creativos, inteligentes, protagónicos, participativos, reflexivos y altamente comprometidos. En este sentido, tendría tres dimensiones, a saber:
Económica, que confiere a los empresarios locales el papel de organizadores de los factores productivos sociales para generar un nivel de productividad que haga posible competir en los mercados.
Sociocultural, que se representa por los valores e instituciones locales que sirven de base al proceso de desarrollo.
Político-administrativa, representada por un conjunto de políticas territoriales que permiten la creación de un entorno económico social favorable, capaz de desplegar las potencialidades locales y de proteger al territorio de interferencias externas.
Con cuatro propósitos en el contexto venezolano:
Diseño y ejecución en el marco de un proyecto nacional.
Producción de un cambio estructural.
Construcción de un país soberano, maduro, singular y equitativo.
Profundización democrática.
Analizando nuestra historia, me encuentro con una Carta, que me inspira al amor, ya que encierra un resumen de nuestra historia endógena, como carta apócrifa atribuida a nuestro Libertador Simón Bolívar, en donde el contexto de la condición histórico-materialista la pare, bajo matices de la condición humana, y el conocimiento argumentado en la verdad la debate…
“Querida prima:
¡Te extraña que piense en tì al borde del sepulcro?.
Ha llegado la última aurora; tengo al frente el Mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma por grandes tempestades; a mi espalda se alza el macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieves impolutas como nuestros ensueños de 1803, por sobre mi, el cielo más bello de América, la más hermosa sinfonía de colores, el más grandioso derroche de luz…
Y tú estás conmigo, porque todos me abandonaron; tú estás conmigo en los postreros latidos de la vida, en las últimas fulguraciones de la conciencia.
¡Adiós, Fanny!.
Esta carta, llena de signos vacilantes, la escribe la mano que estrechó la tuya en las horas del amor, de la esperanza y de la fe; esta es la letra que iluminó el relámpago de los cañones de Boyacá y Carabobo; esta es la letra escritora del Decreto de Trujillo y del mensaje al Congreso de Angostura…
¿No la reconoces, verdad?.
Yo tampoco la reconocería si la muerte no me señalara con sus dedos despiadados la realidad de este supremo instante. Si yo hubiera muerto en un campo de batalla dando frente al enemigo, te dejaría mi gloria, la gloria que entreví a tu lado en los campos de un sol de primavera.
Muero miserable, proscrito, detestado por los mismos que gozaron mis favores, víctima de un inmenso dolor, presa de infinitas amarguras. Te dejo el recuerdo de mis tristezas y las lágrimas que no llegaron a verter mis ojos.
¿No es digna de tu grandeza tal ofrenda?.
Estuviste en mi alma en el peligro; conmigo presidiste los Consejos de Gobierno; tuyos fueron mis triunfos y tuyos mis reveses, tuyos también mi último pensamiento y mi pena postrimera.
En las noches galantes del Magdalena vi desfilar mil veces la góndola de Byron por los canales de Venecia, en ella iban grandes bellezas y grandes hermosuras, pero no ibas tú, porque tú flotabas en mi alma ornada por las níveas castidades.
A la hora de los grandes desengaños ,a la hora de las últimas congojas, aparece ante mis ojos moribundos con los hechizos de la juventud y de la fortuna; me miras y en tus pupilas arde el fuego de los volcanes, me hablas y en tu voz escucho las dianas de Junín y Bomboná.
¿Recibiste los mensajes que te envié desde la cima del Chimborazo?.
Adiós, Fanny, todo ha terminado como ilusión seráfica señoreando el infinito, dominando la eternidad.
Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío.
Santa Marta, 16 de diciembre de 1830”.
Considerando el análisis de la Ponencia presentada por el Profesor Argenis Méndez Echenique, delegado de la Sociedad Bolivariana del estado apure, ante la Sociedad Bolivariana de Cartagena de Indias, República de Colombia, el día 1º del mes de octubre del año 2007.
Expreso los siguientes aspectos del autor:
El más exhaustivo estudio que conocemos sobre este tema es el realizado por el intelectual caraqueño Roberto José Lovera de Sola (1946), “La carta apócrifa de Fanny du Villars”, insertada en su libro La Larga Casa del Afecto (Ediciones de la Presidencia de la República. Biblioteca Antonio José de Sucre. Caracas, 2000; pp. 92 – 107).
Lovera analiza críticamente la carta publicada como introducción en las Obras Completas (Caracas, Fundarte, 1994) del desaparecido poeta trujillano Víctor Valera Mora (1935 – 1984) y su juicio al respecto es demoledor. Sus numerosas observaciones, sustentadas en las opiniones de auténticas autoridades sobre el tema bolivariano, como Vicente Lecuna, Manuel Pérez Vila, Manuel Pinto Cuberos y Tomás Polanco Alcántara, son bastante valederas:
1- La hasta ahora considerada por todos los estudiosos como la verdadera última carta de amor de Bolívar, redactada de su puño y letra, fue la que le dirigió el día 11 de mayo de 1830 a su adorada Manuelita Sáenz, desde Guasduas, y se conserva en el Archivo de la Casa Natal del Libertador, en Caracas (Vol. 170, fol. 163). Sin embargo, en el libro Las màs hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón…, editado el año pasado, 2006, por la Fundación Editorial El Perro y la Rana, se localizan otras tres misivas más recientes, siendo la última la fechada en Turbaco el día 02 de Octubre de 1830, dirigida a Manuelita.
2- La supuesta carta de Bolívar a Fanny en diciembre de 1830 fue publicada por primera vez hacia el año 1925 en Barranquilla, Colombia, y tiene fecha 16 de diciembre de 1830., no 06 de diciembre como se lee en la obra póstuma del “Chino” Valera Mora.
3- La mayoría de las investigaciones realizadas sobre la veracidad de la misiva en referencia concluyen, por su estilo e incongruencias históricas, en que no fue escrita por Bolívar; si no que fue elaborada por otra persona un siglo después de desaparecido el héroe.
4- La autoría de esta controversial epístola es atribuida al Doctor LUCIANO MENDIBLE CAMEJO (San Fernando de Apure, 25 de Julio de 1875 – Caracas, 24 de diciembre de 1940), abogado apureño que la publicó con el título de “La última Carta del Libertador”, hacia 1925, en el Diario del Comercio, de Barranquilla, ciudad en la que se encontraba exiliado. El Doctor Mendible se desempeñaba como Presidente del Estado Guárico cuando en diciembre de 1908 Juan Vicente Gómez, Vice-Presidente de la República, dio al traste con el mandato presidencial de Cipriano Castro, y no aceptando estos hechos fue Mendible el primero en alzarse en armas contra el nuevo régimen (“Revolución de la Mendiblera”), pero no encontrando apoyo en Guárico ni en Apure decidió irse al exilio, en que permaneció hasta 1936, una vez desaparecido el dictador de La Mulera.
5- Esta supuesta carta de Bolívar a su amante francesa fue publicada por primera vez en Caracas en 1933 (Tipografía Universal), por el señor FÉLIX R. FRAGACHAN, insertada en la obra Paso… a su Excelencia El Libertador. En 1958 fue editada en Lima, Perú, con el sello del Ministerio de Guerra, por Evaristo San Cristóbal, en el libro Vida Romántica de Simón Bolívar, y así fue divulgándose por diversos lugares de América y el mundo. El crítico Lovera deduce que la carta incluida en la obra de Valera Mora fue tomada del libro de Fragachán, modificándosele la fecha y algunas partes del texto.
6- El primero en denunciar el fraude epistolar fue DON VICENTE LECUNA (1870 – 1954), quien tuvo conocimiento de la publicación del documento al poco tiempo de su salida a la luz pública en el Diario del Comercio, de Barranquilla y protestó el hecho dirigiendo una nota al editor del periódico (don Abel Carbonell), donde le da suficientes razones para que procediese a enderezar el entuerto literario.
El Doctor Mendible, responsable de la publicación, escribió a Carbonell el día 23 de abril de 1925 una justificación tratando de evadir el asunto de la veracidad del documento. En un párrafo de su respuesta expresa: “Como el señor Lecuna hace parte distinguida e importante de un sistema político en que según él deben estar en uso, por no decir de moda, “el estilo y las ideas de Bolívar”, le sería seguramente fácil aplicar su ya avezado criterio a una materia relativamente más pequeña y sencilla, cual es la que ofrece la carta del Héroe que se fue del mundo, como el cisne lanzando un gemido inmortal”.
Esta justificación la publicó después Mendible en su libro Treinta Años de Lucha (caracas, Cooperativa de Artes Gráficas, 1941), donde recoge sus experiencias de exiliado. Años más tarde el historiador venezolano Don Manuel Pinto Cuberos escribió sobre el mismo tópico, “Una misiva fabricada”, en el diario caraqueño La Esfera, mayo 04 de 1956, y su opinión corrobora lo expresado por Lecuna y señala: Las relaciones del Libertador con Fanny no trascendieron casi en el ánimo de él”. Ese mismo artículo es publicado en la Revista de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Nº 51. 1956; pp. 203-208.
7- El Doctor Mendible al regresar a Venezuela en 1936 de su largo destierro se entrevistó en Caracas con Lecuna y le confesó su “pecado”, en presencia de testigos (don Elías Pérez Sosa), quedando definitivamente establecido que la famosa carta no la escribió Bolívar.
8- Los argumentos de Lovera de Sola son bastante contundentes:
a) El estilo en que fue redactada la carta no es el de Bolívar: “la carta está llena de torpezas, falsedades históricas y modos de mirar el medio que no fueron propios de él”. El texto es una especie de paráfrasis o transposición, en prosa, de un celebrado poema del venezolano Andrés Mata (1870-1931), titulado ”Don Juan en Santa Marta”, publicado inicialmente en la famosa revista caraqueña El Cojo Ilustrado, el 15 de noviembre de 1908.
b) Otra fuente evidente de la carta es la fraseología utilizada por Bolívar en su última proclama, fechada en Santa Marta el día 10 de diciembre de 1830.
c) El original de la supuesta carta a Fanny no existe, lo que impide realizar una crítica interna y externa de la misma. Sin embargo, se puede hacer un estudio analítico mediante dos mecanismos: uno, comparando la escritura de aquel texto con las formas que Bolívar utilizó siempre; y otro, contrastando las otras cartas amorosas del Libertador con la que escribió el Doctor Mendible. Por lo menos se conocen quince o más cartas de Bolívar a Manuelita. Su estilo es muy característico e inconfundible, como señala Lecuna: rotundo, preciso, claro, vigoroso, espontáneo y los conceptos expresados con propiedad.
d) En cuanto a la relación Bolívar – Fanny du Villars:
-Se llamaban primos por un lejano parentesco por la rama de los Aristiguieta.
-Se conocieron en París a mediados de 1804 y dejaron de verse en 1806, cuando Bolívar regresa a Venezuela. No volvieron a verse más nunca.
-En 1820, Fanny reanuda la comunicación epistolar con Boívar (carta del 18 de junio), cuando ya éste era una figura destacada de la política mundial. Le envía nueve cartas, de las cuales Bolívar solo le contestó una sola, como se lo recrimina ella misma en misiva del 20 de julio de 1822.
-La unión afectiva entre Bolívar y Fanny solo se conoce por la carta que ella le envía el 06 de abril de 1826, donde le expresa: “He tenido y tengo la creencia de que Ud. me amó sinceramente”. Pero esta aseveración suya no tiene respuesta por parte del Libertador que ayude a precisar el vínculo afectivo que existió entre ellos.
Sin embargo, existen dos referencias de 1828 y 1830 sobre Fanny, ambas fechadas en la ciudad de Cartagena, que vinculan a ambos personajes (Ver a Lovera de Sola): la primera está fechada el 25 de septiembre de 1828 y es la comunicación que le envió a Bolívar su edecán Belford Hinton Wilson (1804 – 1858), que estaba próximo a viajar a Europa, quien en un párrafo le dice:
“Siempre que vaya a París haré una visita en nombre de Vuestra Excelencia a Madame du Villars y aquí he procurado informarme de un amigo de ella el lugar de su residencia para este objeto, si Vuestra Excelencia no dispone otra cosa” (Memorias de O’Leary. Tomo 12; p. 84). Y la otra es la correspondencia que Bolívar mismo le dirige a su primo José Leandro Palacios el día 14 de agosto de 1830 informándole que el señor Lasca lleva un retrato suyo para ella. Este retrato fue elaborado por el pintor italiano Antonio Meucci y, según informa, Lovera, fue conservado por los descendientes de Fanny por mucho tiempo. Hoy forma parte de la Colección Bolivariana de Alfredo Boulton, en Caracas.
CONCLUSIONES.
1- La Carta es Apócrifa. Nuestros argumentos se basan en el estado de salud física y mental del Libertador para el momento en que se supone escribió la famosa misiva. Si se lee con detenimiento el diario elaborado por el Doctor Alejandro prospero Reverend (1796 – 1881), el médico de cabecera del Libertador, y se sigue paso a paso la evolución de la enfermedad terminal de Bolívar, se deduce que desde el primer día de su llegada a Santa Marta ya mostraba los graves síntomas de su padecimiento. El primer Boletín del Doctor Reverend (1º de diciembre de 1830. ocho de la noche) señala: Finalmente la enfermedad de S.E. me pareció ser de las más graves, y mi primera opinión fue que tenía los pulmones dañados..”. El día 14 anota, Boletín Nº 20, a las once de la mañana: “El Libertador se va empeorando más. El pulso, de regular que estaba a las ocho, se ha vuelto deprimido. Los extremos se mantienen fríos. Un sopor casi continuo se ha apoderado de S.E.[negritas de ame] El semblante está muy abatido, y pronostica la proximidad de la muerte”. Como se deduce el Padre de la Patria no estaba en capacidad mental para elaborar ningún escrito y eran escasos sus momentos de lucidez. En sus delirios llamaba angustiosamente a sus amigos, parientes y compañeros de armas, vivos y muertos: Sucre, Urdaneta, Silva, Carreño, Montilla, Fernando, María Antonia. El Boletín Nº 30, del día 16 de diciembre, a la una de la tarde, nos reafirma en nuestro criterio: “S.E. va siempre declinando, y si vuelven las fuerzas vitales a sobresalir alguna vez, es para decaer un rato después; finalmente es la lucha extrema de la vida con la muerte…”. Diego Carbonell (1884 – 1945), reputado médico venezolano y bolivariano cabal, en su Psicopatología de Bolívar (1965, p. 175), al estudiar los boletines médicos del Dr. Reverend confirma el estado crítico de Bolívar el día 16: “La agonía debió comenzar el 16 de diciembre…”
2- Como expresa nuestro amigo Lovera de Sola, es penoso aceptar que el autor de la supuesta carta de Bolívar a Fanny du Villars en sus últimos momentos de vida fuese un personaje tan relevante como el Dr. Luciano Mendible, “un destacado ciudadano, una persona que ocupó un puesto de vanguardia en una de las más oscuras horas del devenir nacional. Por ello vivió largo destierro en Trinidad y en Barranquilla (1908 – 36), ya que él fue uno de los primeros en pronunciarse (diciembre 29 de 1908), como Presidente del Estado Guárico,…, en contra del golpe protagonizado por el General Gómez diez días antes”.
Para finalizar, le expresamos nuestro agradecimiento a los integrantes de la Sociedad Bolivariana de Cartagena, su directiva, y al Consulado de nuestro país en esta ciudad, por la generosa acogida y permitirnos cumplir con unos de los sueños más preciados de un bolivariano: recorrer la ruta final que siguió el genio de América en su periplo a la eternidad.
Señores, muchas gracias.
REFERENCIAS DOCUMENTALES
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DICCIONARIO MULTIMEDIA DE HISTORIA DE VENEZUELA. Caracas, Fundación Polar, 1998.
LAS MAS HERMOSAS CARTAS DE AMOR ENTRE MANUELA Y SIMÓN ACOMPAÑADAS DE LOS DIARIOS DE QUITO Y PAITA ASÍ COMO OTROS DOCUMENTOS. Caracas, Ministerio de la Cultura. Editorial El Perro y La Rana.
LOVERA DE SOLA, Roberto José (2000). La Larga Casa del Afecto. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República. Biblioteca Antonio José de Sucre.
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PEREZ VILA, Manuel comp. (1980). Bolívar. El Libro del Sesquicentenario. 1830 – 1980. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República. Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar.
RODRÍGUEZ, Ramón Armando (1957). Diccionario Biográfico, Geográfico e Histórico de Venezuela. Madrid.