Todos sabemos que Luis Posada Carriles es un terrorista confeso, torturador, que está acusado de innumerables delitos, que es agente de la CIA y está apoyado por la misma desde los años 60. De todos sus actos terroristas destaca el de la voladura del avión cubano repleto de atletas, el cual se dirigía con destino a La Habana y fue destruido el 6 de octubre de 1976. En él las 73 personas a bordo, resultaron muertas. Igualmente es necesario mencionar su paso por la policía política Disip, donde torturó a diestra y siniestra. Se sabe del caso de la tortura de dos mujeres a una de las cuales hizo abortar de una patada y a la otra le quemo a la hija de dos meses de nacida con un cigarro. Previamente los compañeros de estas mujeres habían sido asesinados durante el allanamiento de la casa donde habitaban.
Es evidente que en este atentado del avión Cubana de Aviación, Posada Carriles contó con la complicidad del gobierno norteamericano a través de la CIA, además de algunos cómplices venezolanos.
Varios de los responsables fueron arrestados, Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano fueron sentenciados a 20 años de prisión, Orlando Bosch fue absuelto y es otro de los consentidos por el gobierno de Estados Unidos que ahora vive en Miami. Por su parte, Luis Posada Carriles estuvo preso durante ocho años, pero eventualmente logró huir. Luego El terrorista cubano, nacionalizado venezolano, fue sorprendido en el 2000 al tratar de volar el anfiteatro de la Universidad de Panamá repleto de estudiantes, para matar al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro. Pero, al poco tiempo, le fue concedido un indulto un poco irregular por la ex-presidente de Panamá, Moscoso y con posterioridad ingresó de manera ilegal a los Estados Unidos, donde estuvo detenido por haber ingresado ilegalmente a su territorio.
Desde ese entonces Venezuela y Cuba han solicitado la extradición al gobierno de los Estados Unidos pero este se niega rotundamente para proteger a su asesino alegando cualquier cantidad de excusas. El 15 de marzo un tribunal estadounidense suspendió un juicio que se le sigue al terrorista, suelto en Estados Unidos, y fue aplazado por tiempo indefinido.
La táctica de los Estados Unidos es demorar y demorar el caso de Posada Carriles hasta que muera de viejo en Miami para evitar así, que el terrorista cumpla su amenaza de hablar sobre su relación con la CIA. El imperio ha logrado que el tribunal mantenga sellados a más de 90% de los documentos que se han presentado. Solamente, los fiscales, los abogados de la defensa y la jueza los pueden revisar. Ni la prensa, ni el público tienen acceso a ellos.
Esto demuestra la doble moral del Gobierno estadounidense quien mantiene una lista de 14 países considerados como terroristas y extrema medidas contra los viajeros procedentes de estas naciones y no atiende los pedidos de extradición de países latinoamericanos para juzgar a Posada por los delitos de lesa humanidad que ha confesado. Mientras tanto, el terrorista más grande de América continúa gozando de plena impunidad por los asesinatos cometidos El imperio calla sólo para tapar su sucia moral.
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