El adios a un coloso del sur

Me encuentro en Argentina, y ha sido inevitable sentir el pesar del pueblo porteño por la pérdida irreparable de un político de alta talla, me refiero a Néstor Kirchner. En cada espacio, en cada esquina, en todas las conversaciones que he sostenido, la tristeza es evidente. Curiosamente, no me he encontrado con ningún ciudadano que denigre de su figura o desestime lo lamentable de su fallecimiento. 30 horas duraron sus exequias, y más de 5.000 personas por hora entraron a la Casa Rosada a darle un último adiós a un líder querido y respetado por el pueblo argentino.

Las manifestaciones de solidaridad, sobre todo de la gente joven que agradecían “haberles devuelto la dignidad” fueron lo más llamativo de esta larga jornada, después de una etapa iniciada por Alfonsín y cuyo corolario fue el período anterior inmediato que sucedió su asunción como presidente, caracterizado por una fuerte contracción del sistema económico y un desdibujamiento del liderazgo político.

Aún cuando las diferencias son notables, las comparaciones con lo que significó la muerte de Perón (1974), han sido usadas para dimensionar el cariño y el agradecimiento de un pueblo por haber sacado a Argentina a flote de una crisis económica y política colosal. Aún cuando el funeral de Perón duró 4 días y colmó más de 30 cuadras de personas despidiendo a su gobernante, los actos en despedida a Néstor Kirchner, solo se pueden comparar con aquellos sucesos.

Lo que representó su elección como presidente, fue la culminación de una sucesión de tres presidentes desde la huída de De la Rúa, luego de la crisis económica a principios del siglo XXI. Por otra parte, logró la repolitización de la sociedad Argentina, en una suerte de combinar resultados tangibles, con una vigorosa integración regional, lo cual permitió superar las dificultades heredadas por la aplicación de las medidas económicas neoliberales de Menem, y la aniquilación democrática de este funesto personaje de la política Argentina.

Suramérica lamenta su fallecimiento, y las dudas se ciernen sobre la capacidad de su sucesora y esposa Cristina Fernández, tanto en el manejo de los asuntos del gobierno, como en la articulación del y con el Partido Justicialista. Sin embargo, lo sucedido en estos dos días, son una muestra del inmenso apoyo con que aún cuenta el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Habría que esperar la forma como la oposición conservadora al gobierno va a reaccionar, y hasta qué punto serán inteligentes para lograr revertir la movilización y sensibilización que ha causado la muerte del ex presidente. Mi opinión al respecto gira en torno a dos lecturas. La primera es que a pesar de lo transmitido con insistencia por los medios de comunicación sobre una pérdida del respaldo popular hacia el actual gobierno, la reacción del pueblo argentino indicó lo contrario. Una gran parte de los mensajes y consignas en esta hora menguada para la presidenta, fue “fuerza Cristina” “contá con nosotros”. Y por otra parte, estoy convencido que vienen momentos difíciles para la estabilidad política del gobierno de Cristina Fernández, pues el 2010 es un año preelectoral y todo indicaba que Néstor Kirchner era el candidato a la presidencia. Ahora tocará decidir entre una postulación a un segundo mandato de Cristina, o la abdicación frente a otro candidato. Auguro tensiones en Argentina.

farith15@gmail.com

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Farith Fraija Norwood

Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos. (Chile, 2006) Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativa (UCV, 1999). Asesor en temas de Políticas Públicas, Docente-investigador, locutor (RNV, La Cima 96.7FM) y columnista del Diario La Región.

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