¡Viva la revolución tunecina!

Queremos brindarles a los lectores de aporrea , la opinión de la compañera Louisa Hanoune, Secretaria General del Partido de los Trabajadores argelinos y miembro del acuerdo internacional de los trabajadores sobre la nueva situación política abierta  en el Magreb africano a partir del inicio de  la revolución tunecina

Louisa Hanoune (nacida el 7 de abril de 1954 en Jijel, Argelia) es la jefa del Partido de los Trabajadores de Argelia (PT). En 2004, se convirtió en la segunda mujer de un país árabe y musulmán en postularse para las Elecciones Presidenciales de Argelia, después de la Candidatura de Aicha Mint Jiddan a la presidencia de Mauritania en noviembre de 2003 como primera mujer en el mundo árabe a postular a la presidencia de un estado. Louisa Hanoune fue encarcelada por el gobierno en varias ocasiones antes de la legalización del partido político en 1988. Ella fue encarcelada poco después de incorporarse a la Organización de Trabajadores Sociales, un partido ilegal, en 1981, y de nuevo después de los disturbios del octubre de 1988, que llevaron al final del Frente de Liberación Nacional (FLN) sistema de partido único un partido regla. Ha participado de las elecciones presidenciales de Argelia el 9 de abril del 2009, quedando en segundo lugar.

 Por Alberto Salcedo / Miembro del Equipo Nacional de Trabajo de la Unon Nacional de trabajadores de Venezuela (UNETE).

Editorial de Fraternité n° 20

¡Viva la revolución tunecina!

El proceso revolucionario en marcha desde el 17 de diciembre, en Túnez, ha desembocado en la huida del dictador Ben Ali el 14 de enero de 2011. La junción entre de un lado la juventud y las capas populares de Sidi Bouzid, después de la inmolación por el fuego de Med el Bouazizi, y de los trabajadores y sindicalistas organizados en la UGTT, ha despejado el camino ante la marcha de la revolución naciente.

La revolución tunecina ha trastornado la situación a escala mundial: los imperialistas norteamericanos y franceses, la UE y el FMI, los principales apoyos al régimen Ben Ali que les sirvió servilmente, así como los regímenes árabes sometidos, han sido fuertemente desestabilizados. Porque el pueblo tunecino quiere deshacerse de todo el régimen Ben Ali para vivir libre y tomárselas con las políticas de privatización-corrupción que han sumido a las amplias capas de la población, particularmente a la juventud, en la miseria y la angustia, a puertas cerradas.

Salud al digno pueblo tunecino que ha afrontado la muerte y la represión feroz, confirmando así que “la voluntad de los pueblos es invencible”, lema que vuelve a tomar toda su fuerza y su actualidad. Sí, el proceso revolucionario de Túnez está en estricta oposición contra todos los planes naranjas preparados por los laboratorios de los EEUU para someter a las naciones. Está en total oposición a los planes imperialistas que originaron la crisis en el Líbano, el caos en Irak y en Pakistán, el desmantelamiento de Sudán, y el callejón sin salida mortal de la Costa de Marfil.

El pueblo tunecino ha dado un contenido político y social a su revolución: acabar con la dictadura, repropiarse todos los atributos de la democracia política, convocar una Asamblea constituyente soberana y redactar una constitución a partir de las aspiraciones obreras, de la juventud, de los campesinos y de las masas populares.

Los imperialismos norteamericano y francés y sus relevos locales, los regímenes traidores árabes aterrorizados por el significado de este proceso revolucionario que trata de darse los instrumentos políticos y la dirección capaz de llevarlo hacia la victoria, se han puesto en marcha de manera concertada y han encontrado el desquite: un gobierno de unión nacional del que los principales cargos ministeriales permanecen entre las manos de los partidarios de Ben Ali, gobierno que integra a “oponentes” y, hecho gravísimo, a representantes de la UGTT. O sea el salvamiento del régimen aborrecido en contra de la voluntad del pueblo tunecino.

Pero esto no contaba con la profunda conciencia del pueblo trabajador de Túnez en general, de la clase obrera en particular. No hacía 12 horas que se había publicado la formación del gobierno que debía consagrar la liquidación de la UGTT por su integración, cuando la dirección de la organización sindical se reunía y aprobaba una moción que estipulaba que se retiraba del gobierno, al mismo tiempo que manifestaciones multitudinarias se producían contra el intento de salvamiento del régimen de Ben Ali con alguna modificación.

¡Viva la revolución tunecina!

En nuestro país, no ha habido ninguna declaración oficial. Lo que es muy significativo. Sin embargo, tan sólo del punto de vista de la defensa de sus propias orientaciones económicas tales como las define la LFC 2009 y 2010 y que no son del agrado de la UE, del FMI y de los gobiernos de las grandes potencias, el gobierne tiene total interés en apoyar a la revolución tunecina, tanto más cuanto que los grades medios de información al servicio del imperialismo, en Francia notablemente, se esmeran en equiparar la ira de una parte de la juventud argelina contra el aumento brutal del precio del aceite y del azúcar, a principios de enero, y el proceso revolucionario acompañado por la UGTT en Túnez.

Y no es una casualidad que el consejero de Obama por la seguridad haya aparecido en Argel al mismo tiempo para cortejar a las autoridades so pretexto de su éxito en la lucha contra el terrorismo, y amenaza de intervenir en Túnez si “movimientos islamistas extremistas” tomaban la dirección del movimiento (!).

Sin embargo, todos verifican que el movimiento islamista está totalmente ausente de este proceso revolucionario, lo que significa que el imperialismo norteamericano está dispuesto a usar esta baza contra la revolución tunecina repitiendo así el escenario de después de octubre de 1988 en Argelia que la sumió en la guerra del terrorismo. Por otra parte, el FMI recuerda que la deuda tunecina alcanza los 18 mil millones de dólares. Esta deuda es la de Ben Ali y de su régimen, no es la del pueblo tunecino. ¡Que sea anulada la deuda externa!

Entonces, la defensa de la revolución tunecina supone para nosotros, además de la expresión de todas las formas de solidaridad con el pueblo tunecino hermano, que dictan toda la historia y los sacrificios comunes para arrancar las independencias nacionales, a intensificar la lucha en Argelia para la ruptura franca con las políticas heredadas del PAS, con el acuerdo de asociación con la UE, cuyo equivalente arruinó a Túnez, para la reapropiación de la propiedad colectiva de la nación, por la renacionalización y reapertura de las empresas privatizadas o cerradas, por el restablecimiento del monopolio del Estado sobre el comercio exterior para desarmar a los barones de la importación/exportación, responsables de la especulación criminal, y por una verdadera reforma política que restituya la voz al pueblo argelino para que defina por sí mismo la forma y el contenido de las instituciones de las que necesita para el ejercicio de su soberanía.

Para nosotros esta perspectiva pasa por la convocación de una Asamblea constituyente soberana de manera a que el pueblo soberano dé el contenido político y social a la democracia y por tanto a la constitución que debe concretarla y que pueda elegir a sus representantes, controlarlos y revocarlos.

Con esto, de lo que se trata es de cerrar el paréntesis de la tragedia nacional, librarse de las instituciones vestigios de un sistema de partido único y por lo tanto nutrir la revolución tunecina, conformemente a las tradiciones de la ENA (Estrella Norte Africana).

Louisa Hanoune / 18 enero 2011



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