Nuestra hermana república
vecina, no sólo se quedó con el nombre de Colombeia, sino además
con muchos miles de kilómetros cuadrados de territorio nuestro y en
los años 20; también supo aprovechar los negocios del General Gómez,
para quedarse con el lugar que ocupaban en el planeta los Estados Unidos
de Venezuela, como primer productor de arábigos suaves (léase: el
mejor café del mundo).
La Federación Nacional
de Cafeteros de Colombia (FNC), nacida en 1926 como ente rector de la
caficultura colombiana; ha tomado magistrales decisiones como establecer
la marca “Café de Colombia” y una imagen corporativa encabezada
por Juan Valdés. Con ellos han dado la vuelta al mundo y a pesar de
tener una década desplazados por Vietnam, como escolta de Brasil en
cuanto al volumen de producción; siguen marcando pautas de calidad
en la producción de la especie arábiga y siguen haciendo prodigios
de mercadeo en la generación de divisas, con su primer producto legal
de exportación.
No podemos negar su gran
olfato comercial, ni lo bien que se maneja Colombia en la economía
global; con su incursión en los cafés especiales, las cadenas de cafeterías
y la diversificación de su industria aguas abajo. Como prueba de ello,
la primera semana de Marzo de 2011; la Federación de Cafeteros y la
multinacional suiza Nestlé firmaron en Bogotá una “alianza por la
sostenibilidad” para asegurar el mejoramiento de la producción y
la calidad del grano, con una inversión inicial de 3,2 millones de
dólares, en un acuerdo suscrito por el gerente general de la FNC, Luis
Genaro Muñoz y por Nestlé de Colombia; una de las vicepresidentes,
Fiona Kendrick y su presidente, Manuel Andrés.
La iniciativa forma parte del Plan Nescafé, que pretende beneficiar a los productores y consumidores de café en todo el mundo; apoyando a los cafeteros en el mejoramiento de la productividad y “asegurando el suministro permanente de grano de altísima calidad”. Según el comunicado de prensa emitido por la FNC, la vocera de Nestlé Fiona Kendrick dijo: “Estamos realmente impresionados con la capacidad de ejecución y el alcance de las actividades que desarrolla la FNC y es un orgullo tenerlos como socios”.
Y no nos extraña ese halago, porque como ya dijimos, la FNC se mueve como pez en el agua en medio de la globalización, pero… Con una inversión 400 veces mayor: ¿Considerará el Plan Café un reposicionamiento de la caficultura venezolana en ICO? ¿Qué está haciendo la Corporación Venezolana del Café S. A. en cuanto al Comercio Exterior? ¿Veremos en el escenario internacional, marcas colectivas como “Amigo Café” y otras empresas de producción social desarrolladas por los productores, como “Bar Café”, “Alta Vista” y “Quebrada Azul”?
Si no tenemos claro el
legado de Ayacucho en cuanto a nuestra emancipación del imperialismo
y si no permanecemos fieles a los postulados de Colombeia; tampoco podremos
entender, cuál es la relación entre La Gran Colombia y
el Plan Nescafé.
(*) Caficultor bolivariano, campesino con postgrado, contralor social / aprocarga2001@yahoo.es