Por que Santos y Chávez nos quieren "reconciliar" con el Lobo

La población resistente de Honduras aun no sale de su asombro del giro inesperado que ha tomado la política internacional relacionada con el Golpe de Estado en nuestro país, no tanto por el ya conocido cinismo de la oligarquía hondureña  que hoy bendice  a quien ayer satanizaba como el peor demonio del mundo, sino por el reconocimiento político y el apoyo que le ha brindado el Presidente Hugo Chávez al régimen sucesor del golpismo, tanto para su retorno a la OEA como para beneficiarse de las ventajas de PETROCARIBE.

En mayo 2010, durante la Cumbre Iberoamericana en Madrid, el Presidente Chávez anuncio que no asistiría si participaba el Sr. Porfirio Lobo Sosa, por ser un gobierno “ilegitimo”;  once meses después el mismo Presidente Chávez expreso en Cartagena de Indias, Colombia, "Con mucho gusto he conocido al presidente Lobo (...) y los resultados son muy positivos”, y explico que "nosotros hemos hecho gestiones para tratar de ayudar a que Honduras se reintegre a todos los organismos internacionales y a los programas de cooperación con nuestros países" , en una clara referencia a la reincorporación del Estado de Honduras a la OEA y a normalizar las relaciones comerciales interrumpidas con el Golpe de Estado. Acto seguido, aparece sonriente en una fotografía estrechando la mano del verdugo del Pueblo hondureño.

Pero además del rol del Presidente venezolano, llama la atención que un país como Colombia se interese por la situación de Honduras. De hecho, el Presidente colombiano confeso que le ha dedicado tiempo a este asunto: “Desde hace algún tiempo hemos venido haciendo una diplomacia discreta para tratar de normalizar la situación de Honduras en el hemisferio, para que vuelva a reintegrarse a la OEA y para que su situación sea reconocida por todos los países como una situación normal” 2

¿De qué se trata el juego? Según fue anunciado, en las próximas semanas los gobiernos de Colombia y Venezuela facilitaran un proceso de “dialogo” y “reconciliación” en Honduras que persigue “normalizar” la situación nacional y lograr que Honduras vuelva a ser aceptada en el sistema interamericano de cara a la próxima cumbre de la OEA a realizarse en Junio en San Salvador, o de repente antes.

El Coordinador General del FNRP, quien no fue invitado a la cita y a quien, según dijo, se le llamo por teléfono en el momento, reacciono “con aprehensiones”  (desconfianzas) y anuncio estar “vigilante” del proceso, dando a entender que no participo en el diseño de esta jugada de altos vuelos. Es difícil creer que Mel no supiera nada de lo que se cocinaba desde hace ya bastante tiempo, pero si tomamos su palabra, resulta inaceptable que dos gobiernos se pongan de acuerdo sin tomar en cuenta la opinión de la Resistencia Hondureña pues no es el futuro de Venezuela o Colombia el que está en juego, sino el futuro del Pueblo de Honduras. Esa actitud despreciativa hacia el FNRP podríamos esperarla de un gobierno peón de Estados Unidos, como es el Gobierno colombiano, pero ha resultado difícil de digerir proviniendo del gobierno de Hugo Chávez, quien se suponía era nuestro aliado.

¿Ganaría algo la Resistencia con esa jugada?  En diferentes espacios, se nos vende la idea de que, como consecuencia de esos acuerdos, la Resistencia tendría los siguientes beneficios: 

a) Que se liquidarían los juicios que penden sobre el Ex Presidente Manuel Zelaya, viabilizando su retorno como parte del acuerdo; no obstante, persistiría siempre el riesgo de que, una vez en el país, le abran de nuevo los juicios porque el golpismo seguirá vivo y coleando en el sistema de (in) justicia;

b) que se podría cambiar a los recalcitrantes funcionarios del Ministerio Publico y de la Corte Suprema de Justicia, lo cual no significa necesariamente una ganancia pues con ello solo se castigaría a “chivos expiatorios” y no a los verdaderos responsables del Golpe de Estado; además, no podemos esperar de Juan Orlando y Pepe Lobo que los sustituyan por gente progresista;

c) que se podría castigar a los responsables del Golpe de Estado, sin embargo Arturo Corrales Alvares, uno de los artífices de esta maniobra en Honduras, desde ya aclara que al igual que se promoverá la absolución de  Manuel Zelaya, se haría lo mismo con los demás implicados en aras de la “paz” y la “reconciliación”; y,

d) que gracias a ese acuerdo la Resistencia podrá participar en las próximas elecciones generales y que entonces “tomaremos el poder”, algo ilusorio pues la oligarquía no va a ceder ni un ápice en sus intereses, como lo demostró en la reciente huelga magisterial, mucho menos para pensar que entregara el Poder a la Resistencia popular.  

En otras palabras, los supuestos beneficios son más hojas que tamal.

En cambio, los beneficios de la clase dominantes son más contundentes:

a) Tendría un fuerte beneficio económico porque se estaría gestando un jugoso negocio con PETROCARIBE que sacaría las castañas del fuego a la oligarquía y al régimen golpista hondureño, dado que los altos precios de los combustibles asfixian a sus negocios en medio de una difícil situación económica; no por otra razón el empresario Adolfo Facusse se lame los bigotes de felicidad soñando con esa oferta del gobierno venezolano y desde ahora se adelanta a recomendarla; 

b) Tendría un triunfo diplomático al abrírsele las puertas al mundo a un régimen heredero de un Golpe de estado, en un momento en que era despreciado por la comunidad interamericana, lo cual mejoraría la confianza de organismos de financiamiento internacionales y de las transnacionales para animarse a invertir en el país; y,

c) tendría un éxito político a lo interno del país porque saldría en “caballo blanco”, fortaleciendo su desgastada imagen y su discurso demagógico, mientras masacra a palos y a tiros a la heroica resistencia popular.

Entonces, en el fondo esta jugada no parece diseñada para beneficiar a la Resistencia sino a la oligarquía golpista, en un ajedrez típico del Departamento de Estado de Estados Unidos, muy similar a la que hizo en San José, Costa Rica, cuando su peón Oscar Arias actuó de intermediario para hacer que Manuel Zelaya Rosales aceptara sentarse a negociar con un dictador que acababa de derrocarlo del Gobierno.

¿Cómo se explican estos hechos y hacia qué escenario conducen?  Para contestar esa pregunta indaguemos en las motivaciones que han tenido actores tan disimiles como los Presidentes Santos y Chávez para coincidir en este tamal.               

  1. Los motivos de Juan Manuel Santos

Sabemos que Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, es un peón del ala dura de los militares norteamericanos y del lobby Israelí. Siendo Ministro de Defensa de Álvaro Uribe, Santos fue clave en la instalación de las bases militares norteamericanas que se construyeron en territorio colombiano, con el propósito de agredir a Venezuela; bases que Santos siguió construyendo a pesar de una prohibición de la Corte Suprema de Colombia. Fue, además, responsable de innumerables violaciones a los derechos humanos. La siguiente cita, extractada de una larga y macabra biografía del Presidente Santos, en los tiempos en que fue Ministro de Defensa y después Presidente de Colombia, nos revela el tipo de funcionario que está alentando la “reconciliación” en Honduras.

    “En noviembre de 2005, el ministerio de defensa (Juan Manuel Santos) aprobó una directiva secreta que ponía precio a la cabeza de los guerrilleros. Los militares se dedicaron a asesinar civiles, haciéndolos pasar por "rebeldes caídos en combate" que llamaron "falsos positivos". La Fiscalía General investiga unos tres mil casos, entre los que se encuentran adolescentes, retrasados mentales, indigentes, drogadictos. Cuando Santos llegó al ministerio, en julio de 2006, se registraron 274 casos de “falsos positivos”. Al año siguiente, se subió al tope: 505 asesinados... Aunque poco se menciona, se estima que 250.000 personas han sido “desaparecidas” por las fuerzas de seguridad y sus paramilitares. Tan sólo en los últimos cuatro años lo fueron casi 40.000 personas. Algunas de ellas fueron enterradas en la mayor fosa común de Latinoamérica, hallada detrás de un cuartel del Ejército a 200 kilómetros al sur de Bogotá: más de 2.000 cadáveres... Hay que subrayar también la estrecha relación de Santos con las autoridades de Israel y sus servicios de seguridad. En octubre de 1997, Manuel Santos ya había demostrado su falta de escrúpulos. Se reunió con los tres principales cabecillas paramilitares, para proponerles de participar en un golpe de Estado contra el presidente liberal Ernesto Samper (propuesta que también hizo a las guerrillas FARC y ELN)... En septiembre de 2008, el periodista venezolano José Vicente Rangel dijo de Santos: “Es el hombre del Pentágono en la política colombiana. Ha venido cobrando fuerza a la sombra de Uribe, y hoy es posible decir que rebasa al propio Uribe”  (“Juan Manuel Santos: de Halcón a Paloma”, ALAINET. http://alainet.org/active/45049).

Sin embargo, el Presidente Santos es un experto en camuflarse, como el camaleón. Hoy día ha abandonado su discurso confrontativo y se ha convertido en una figura latinoamericana que rivaliza con Lula y Chávez en América del Sur por su audacia diplomática y política.3

Pero ¿Qué mueve al gobierno colombiano a preocuparse por Honduras?

Su interés tiene que ver con cuatro cuestiones.

Primero, Colombia firmo en agosto de 2007 un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los países del Triángulo Norte centroamericano (Guatemala, El Salvador y Honduras) y a partir de ese año forma parte también del Plan Mesoamérica, un plan de masivas inversiones en hidroeléctricas, represas, energía renovable, etc., lo que la involucra de manera directa en la vida económica del istmo. En el caso de Honduras el TLC entró en vigor el 27 de marzo de 2010. Como nunca antes, existe un gran interés de empresas colombianas para invertir masivamente en Honduras, especialmente en los rubros de generación eléctrica, ingeniería, prendas de vestir, metalmecánica, autopartes y materiales de construcción.4 Por ahora, ese mercado se ha desarrollado en El Salvador donde las empresas colombianas han invertido más de 1 mil millones de dólares.5 Pero la situación actual de Honduras, de ser un estado ilegal, no favorece el clima de inversión que necesitan los capitalistas colombianos.

Segundo. Colombia tiene una frontera común con Honduras y por otro lado con Nicaragua (Isla de San Andrés) en el Caribe, por cierto en disputa limítrofe desde 1999. Nicaragua siempre ha denunciado de la alianza entre Honduras, Colombia y Costa Rica para atentar contra su soberanía. Ese conflicto casi lleva a la confrontación armada a Colombia con Nicaragua en 2004. Una ganancia para Santos con este trato puede ser contar con el apoyo de Honduras en la disputa limítrofe contra Nicaragua, porque también Honduras disputa el paralelo 17 con Nicaragua y sus límites con Colombia afectan a aquel país. Un escenario perfecto de alianzas para crearle un conflicto internacional a los sandinistas.

En ese sentido, es de interés del gobierno ultraderechista colombiano contar con Honduras como Estado aliado para fortalecer su posición en el triángulo norte centroamericano,  y un buen gesto en ese sentido es promover su retorno a la OEA.

Tercero. Lo anterior coincide con el interés del gobierno norteamericano de promover el retorno de Honduras a la OEA. Recuérdese que Estados Unidos ha lanzado este año una ofensiva diplomática en Latinoamérica, dirigida a moderar la recalentada América Latina, al punto que el mismo Barack Obama hizo una histórica gira en persona a tres países de la región:  Brasil, Chile y El Salvador.  Pues en el marco de esas entrevistas oficiales, Obama se reunió también con Juan Manuel Santos en territorio norteamericano a principios de abril.

No dudo que con todos ellos el mandatario gringo trato el caso de Honduras, a fin de lograr su reingreso a la OEA en la próxima cumbre a realizarse en El Salvador. Para ello ha debido convencer a sus homólogos de que Pepe Lobo ha hecho casi todo lo que se le ha pedido para cumplir las condiciones de ser reintegrado, siendo el retorno de Manuel Zelaya Rosales lo único que tiene pendiente de cumplir. Por consiguiente su estrategia consiste en presionar diplomáticamente para posibilitar un retorno controlado del ex Presidente.

Cuarto. Santos ya es parte del conflicto interno en Honduras y no precisamente del lado pacifista. Recordamos que Colombia fue el primer país en reconocer al régimen de Porfirio Lobo Sosa.  Por otro lado, existen evidencias de que el Presidente Santos tiene tiempo de hacer pactos con Porfirio Lobo Sosa en materia de "seguridad", asesorando a la policía hondureña, supuestamente en la lucha contra el narcotráfico, lo que la ha convertido en la nueva meca de los esbirros de Oscar Álvarez y compañía. Peor aún, el periodista Dick Emanuelsson  ha revelado evidencias que muestran la operación de miembros de Fuerzas especiales del ejército colombiano en Honduras, denominadas “GAULAS” al servicio de Porfirio Lobo Sosa, tomando como base la denuncia de la misma prensa colombiana.6

Es claro entonces que los motivos de Santos no son nada pacíficos ni desinteresados.

  1. Los Motivos de Hugo Chávez

En cuanto al Presidente Hugo Chávez, queda descartada la hipótesis de que fue “sorprendido” como ingenua paloma por el frio y calculador Presidente colombiano, pues en sus declaraciones Chávez confirmo que viene haciendo esfuerzos hace algún tiempo y que los seguirá haciendo para abogar por el retorno de Honduras a la OEA.

Si fue intencional y de común acuerdo con el Presidente Santos, uno podría pensar que el paso dado por el mandatario venezolano tiene motivos de corte progresista, en virtud de la trayectoria de solidaridad mostrada por su gobierno con el gobierno del Presidente Zelaya y, después del Golpe, con la Resistencia hondureña. Pero aunque he buscado esos motivos progresistas, no los encuentro por ningún lado. En cambio, la información disponible apunta en la dirección contraria:

  1. Toda la intencionalidad del proceso es lograr el ingreso de Honduras a la OEA, darle una salida electoral a la crisis y restablecer negocios con la dictadura mediante PETROCARIBE, lo cual beneficia al régimen golpista y a la estrategia norteamericana, como vimos párrafos atrás;
 
  1. la orientación política que aplica el Presidente Chávez es diametralmente opuesta a la decidida por la Asamblea Nacional del FNRP del pasado 26 de febrero, que decidió apostar por un proceso de Refundación del Estado hondureño mediante un proceso de Auto Convocatoria Constituyente, a fin de construir Poder popular y sacar al golpismo del Estado; y,
 
  1. ningún órgano directivo de la Resistencia hondureña fue informado oficialmente de la maniobra con antelación y, en cambio, el régimen golpista estaba bastante enterado y fue tomado en cuenta en la operación. 

Si lo que quería el Presidente Chávez era ayudar al Pueblo Hondureño y a la reconstrucción de la democracia en Honduras, lo primero que debió hacer era consultar con la Resistencia popular, a través de su Coordinador Nacional, y a su vez, este consultar con los organismos de conducción internos para tomar una decisión colegiada sobre el proceso, y no imponerlo como un hecho consumado desde afuera.

Duele decirlo pero las evidencias disponibles, apuntan en el sentido de que el gobierno bolivariano ha decidido entenderse con nuestro enemigo, el régimen golpista, además de fortalecerlo económicamente, en base a intereses que no son los de nuestro Pueblo. Aquí no veo cómo puede haber beneficio para la duda.

¿Cuál es la lógica de esta conducta política del Presidente Chávez? ¿Qué intereses hay de fondo en esa conducta?  La siguiente es una hipótesis a partir del estudio del contexto  y de algunos antecedentes.

Las razones económicas del giro venezolano hacia Colombia

Colombia y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas y comerciales en julio de 2010 tras que el entonces Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, acusara a Venezuela ante la OEA de apoyar a la guerrilla de las FARC y el ELN, en momentos en que desarrollaba una ofensiva para su desarticulación. Previo a eso ya existía un ambiente tenso por la incursión militar colombiana que destruyo un campamento de las FARC en Ecuador y por la firma en octubre de 2009 de un Convenio con Estados Unidos por el cual se autoriza la construcción de siete bases militares en territorio colombiano.

La ruptura de relaciones produjo una difícil situación económica para las burguesías de ambos países, pues las exportaciones de Colombia a Venezuela cayeron de 6 mil millones de dólares en 2008 a 1.5 mil millones en 2010,7 además de problemas de no pago de las transacciones comerciales a colombianos por un monto de casi 800 millones de dólares y la suspensión de importantes obras de infraestructura petrolera y portuaria que resultan estratégicas para la economía venezolana, como la construcción de varios oleoductos y un canal seco con salida al océano pacifico, a ser usados para el comercio con los países suramericanos y asiáticos. A su vez, proyectos similares planificaba Colombia para beneficio de su oligarquía hacia el Caribe.

A lo anterior hay que sumar que la economía en Venezuela tuvo serios problemas en 2010 por la caída de los precios del petróleo, las consecuencias de la crisis financiera internacional, una crisis energética causada por una aguda sequía, la nacionalización de 12 instituciones bancarias y la corrupción.8

Asimismo, la ALBA como proyecto de integración de países políticamente afines, parece haber disminuido su perfil desde 2010 ante el surgimiento de UNASUR, un marco de integración más amplio que involucra no solo a países con identidad ideológica progresista (como el ALBA), sino una pluralidad de países entre los que se encuentra regímenes de derecha, como Colombia, y regímenes de centro izquierda, como Brasil, que lo lidera. A su vez, importantes eventos políticos influyeron para que los gobiernos de países del ALBA volvieran más su mirada hacia sus intereses políticos nacionales que hacia afuera, como venía sucediendo desde 2004. Estos acontecimientos políticos fueron, por un lado, las amenazas constantes de Golpes de Estado en Bolivia y Ecuador, así como el golpe consumado en Honduras; el avance de la oposición derechista en Venezuela en 2010 así como una serie de desastres naturales en varios países. 

En ese contexto se produjeron importantes replanteamientos políticos en Colombia y Venezuela que han llevado a ambos países a priorizar su integración económica por sobre otros procesos.9

Sin embargo, si bien con ese curso se han distendido las malas relaciones diplomáticas y económicas con Colombia que afectan la estabilidad económica interna en Venezuela, aun pende como amenaza la presencia militar norteamericana en aquel país.

Giro en lo político a colaborar con regímenes de derecha

Presionado por el cerco militar que implican las bases norteamericanas en Colombia, la estrategia internacional del gobierno bolivariano ha consistido en eliminar la imagen que ha construido la derecha latino y norteamericana que lo hace percibir como líder de procesos de desestabilización de “democracias” oligárquicas y promotor de cambios revolucionarios en el continente. Para lograrlo se ha mostrado dispuesto a tomar medidas que antes habrían sido impensables de su parte, sobre todo a un año del próximo proceso electoral. Una expresión de esa voluntad conciliadora con la derecha es su afán por demostrar a Colombia, a la OEA y al mundo que apuesta por las elecciones y que no fomenta la lucha armada.

En esa línea el gobierno de Hugo Chávez se ha mostrado dispuesto a colaborar cada vez más con su homólogo colombiano en materia de represión política a la izquierda insurgente. A partir del año 2010, ambos países firmaron un convenio de “seguridad” por la cual se comprometieron a capturar militantes de izquierda, o “subversivos”, en ambos lados de la frontera. De esa forma, combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejercito de Liberación Nacional (ELN) también de ese país, son capturados en territorio venezolano y luego se los entrega, nada más ni nada menos que al gobierno más represivo de América (Colombia), donde les espera cárcel, tortura o muerte.  10

Se puede estar de acuerdo o estar en desacuerdo con la opción armada de estos movimientos, pero no existe una justificación válida para capturar y entregar a un gobierno fascista como el colombiano a activistas políticos de izquierda que no causan daño en Venezuela.

No me cabe duda que la incursión militar de la OTAN en Libia y recientemente en Costa de Marfil, han potenciado los temores del gobierno venezolano a una potencial intervención militar desde Colombia y desde otras bases en la región, lo que lo ha llevado a profundizar su estrategia de limpiar su imagen apostando por un liderazgo componedor a nivel internacional, como quedó evidenciado en su gestión como mediador en el conflicto libio.

Esto explica lo fácil que Chávez fue embarcado por el gobierno colombiano en esta estrategia “normalizadora” en Honduras, lo cual es un lamentable resultado de la política norteamericana de enseñar sus colmillos a través de sus bases, los Golpes de Estado y la reactivación de su IVa Flota.

Resumiendo, los motivos del Presidente venezolano respecto al caso hondureño serian:

  1. Modificar la imagen de promotor del conflicto hondureño que ha propagado la derecha latinoamericana y el Departamento de Estado USA sobre su gobierno, colaborando con su aliado estratégico colombiano, con la UNASUR y la OEA en la pacificación (“normalización”) de Honduras para reincorporarla al sistema interamericano, coincidiendo con la estrategia norteamericana en la región. En esa línea, fomentara condiciones políticas en Honduras que permitan una salida electoral a la crisis, evitando las posibilidades de una salida insurreccional y la Auto Convocatoria a una Constituyente que han sido definidas por el FNRP.
 
  1. Generar confianza en el régimen oligárquico hondureño para que este acepte hacer negocio con empresas como PetroCaribe y de la ALBA, en condiciones de competitividad, con vistas a reposicionarse económicamente en Honduras y fortalecer su presencia en Centroamérica.
 
  1. Los motivos del imperio USA

Colombia y Venezuela, independientemente de sus propios motivos, contribuyen al juego que ha sido diseñado por el Departamento de Estado Norteamericano. ¿Cuál es ese juego?

En el contexto latinoamericano, Honduras no es un país de mayor importancia económica; pero si política e integracionista. Es el único país latinoamericano donde hubo un Golpe de Estado que no pudo ser revertido y en donde existe un movimiento de resistencia popular que ha definido como ruta un planteamiento de ruptura con el régimen oligárquico existente y de refundación del Estado mediante un proceso constituyente. Por eso, en un contexto regional en el que los Golpes de Estado están en la agenda del Estado norteamericano, Honduras se convierte en un referente peligroso porque sus niveles de movilización son fuente de inspiración de otros movimientos sociales en el mundo.

En el plano económico, Honduras tiene tres fronteras con países vecinos y a pesar de nuestra debilidad económica, es poco viable hablar de integración centroamericana, de un TLC y de un Plan Mesoamérica (antes Plan Puebla Panamá) exitosos sin nuestro país.

Por tanto, para el imperio norteamericano, es importante que:

  1. El caso hondureño constituya un modelo de legitimación de un Golpe de Estado y de reconversión de la resistencia popular en un movimiento electoral por el cual se incorpora como oposición dentro del Estado oligárquico, alejando el espectro de la Revolución.
 
  1. Se incorpore a Honduras a la OEA, para consolidar los procesos de integración capitalista del Plan Mesoamérica y del Tratado de Libre Comercio, y anime la inversión capitalista en los enclaves transnacionales (Ciudades Modelo, maquilas, minería, petróleo, biocombustibles, etc.)

Para lograr lo anterior, el lobby del Departamento de Estado norteamericano ha conjuntado un abanico de fuerzas que van desde la ultraderecha colombiana (Santos) y la centroizquierda salvadoreña (Funes) para lograr aquel propósito, sin necesidad de quemarse como ocurrió en las negociaciones del Pacto de San José.

Pero esta estrategia no puede funcionar si no se persuade a Manuel Zelaya Rosales y a la Resistencia para colaborar, algo que solo se puede lograr con la intervención del Presidente Hugo Chávez, dado su prestigio en estas esferas. Tal intermediación se hace teniendo como “argumento” de peso una atractiva oferta en PetroCaribe, la cual sacaría de apuros al régimen oligárquico en momentos en que vive una dura crisis económica y cuando desata una furiosa ofensiva neoliberal y represiva contra la Resistencia popular.

Una necesaria rectificación

Mientras los hechos no digan lo contrario, todo indica que el Presidente Chávez ha sido arrastrado a este vergonzoso rol por el matrimonio que hoy lo une con uno de los regímenes más reaccionarios y represivos de América.

Resulta contradictorio que combatiendo a las fuerzas insurgentes o haciendo de bombero de los procesos insurreccionales de América Latina, está debilitando al largo plazo su propio proyecto bolivariano, pues su “mejor amigo” no es el fascista gobierno colombiano, el cual en el momento menos esperado le asestara una puñalada por la espalda, sino los movimientos de liberación de los pueblos latinoamericanos, los únicos dispuestos a entregar su sangre por la defensa de la revolución venezolana.

Es nuestro deseo que el Presidente Chávez rectifique cuando todavía está a tiempo de hacerlo, en consideración a la trayectoria que tuvo antes, la cual fue consecuente con los intereses de la Resistencia popular. Pero de no suceder esa rectificación, es nuestra potestad como Pueblo soberano no prestarnos a esa intención que solo beneficia a los enemigos del cambio en Honduras, y continuar el curso definido por nuestra Asamblea Nacional del FNRP “Campesinos Mártires del Aguan” por la Refundación de nuestro país.

Dado en la ciudad de Tegucigalpa, M.D.C. el 12 de abril de 2011

(*) miembro de la Resistencia popular

tomasandino@gmail.com



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