Bin Laden, es hijo de la gran Familia Real Saudí de Arabia Saudita. Su captura no se había dado por los sagrados acuerdos entre el ex presidente Eisenhower y el Rey Saudí: proteger la familia de los multimillonarios saudíes a cambio de todo el petróleo que necesiten los EE.UU.
El FBI nunca tuvo claro que Laden junto a Al Qaeda fueran los responsables de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo la región montañosa de Tora Bora al este de Afganistán, recibió el fuego de los B-52 norteamericanos que arrasaron la cadena de cavernas, donde se decía, estaba “la última fortaleza de Osama”
El Pentágono vendió el nuevo papel a los medios de comunicación: había que crear la red mundial de terrorismo. Y la persecución de Laden se dio todos los días en los medios.
Esto sirvió para realizar sobre suelos Afganos la operación aérea más grande de la historia militar de cualquier país, 120.000 nombres y mujeres fueron lanzados en paracaídas sobre las rocosas tierras de los talibanes.
Invadieron Irak, aún hoy, siguen deteniendo en nombre de la Ley Patriota a quien deseen, esto ha dado pie para desencadenar una nueva “aptitud” de tortura sobre el mundo. Esta especie de receta, alcanzo hasta nuestro continente para tildar a la guerrilla colombiana de terroristas, los resultados a la vista están: detenciones, muertos, torturas y deportaciones.
La búsqueda de Laden sirvió para justificar cualquier objetivo militar, incluso una mañana al levantarse el ministro de defensa israelí, declaro al mundo que células de terroristas operaban en la Isla de margarita y la Guajira venezolana.
Y el origen de todo, estuvo en el apoyo militar y financiero que Jimmy Carter creo con la red del terror islámico con la guerra soviética – afgana.
Por eso la anunciada muerte de Laden, es la nueva farsa mundial que explota la prensa mundial.
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