En nuestros días, el sistema
económico mundial con rumbo decidido a su despeñadero (y el de muchos
de nosotros), está produciendo notorios reordenamientos en los
(des) equilibrios internacionales del sistema político interestatal.
Por ejemplo, estados otrora poderosos como Estados Unidos o Alemania
están perdiendo importantes cuotas de gestión de la plusvalía mundial,
mientras que países con poblaciones ingentes como India o China están
recogiendo esa parte de la riqueza social expropiada e incluso acentuando
más su extracción y velocidad de reconversión en capital (Dinero-Mercancía-Dinero).
Este capital es fruto de la explotación de los trabajadores de todo
el mundo, especialmente la de aquellos que se encuentran por debajo
del salario medio mundial. Esta situación produce que países de la
periferia del antiguo centro de acumulación, como España, Grecia e
Irlanda o incluso del propio centro del sistema como Reino Unido, Italia
y Francia tengan que estar destruyendo a velocidad de crucero los derechos
de “sus” trabajadores (“abaratamiento de la fuerza de trabajo”
en términos marxistas), ya que el botín imperialista que queda para
repartir en forma de migajas entre “su” mano de obra, proveniente
del latrocinio internacional-capitalista de otros trabajadores más
desafortunados, se ha reducido considerablemente. Mientras tanto, los
gobiernos títeres de los banqueros de Estados Unidos y Alemania (Obama
y Merkel) critican el endeudamiento y exigen sacrificios a los estados
más débiles en nombre de los “mercados” (los mismos capitalistas
que les dictan sus políticas “nacionales” y controlan las agencias
de rating), mientras ellos mantienen los endeudamientos públicos
más altos de todos los gigantes de la OCDE (a excepción de Japón)
y de gran parte de la Eurozona respectivamente5.
Por su parte, las clases dirigentes
con DNI español6, esencialmente subsidiarias del reparto
imperialista del mundo, juegan a que sus “mayores” burgueses foráneos
les dejen conservar un porcentaje del reparto del pastel mundial en
zonas ligadas histórica y culturalmente al Reino, como es el caso de
la ya citada Lationamérica. Todo ello a cambio del abaratamiento de
la mano de obra residente en España (“déjame que les venda y te
preparo a los míos para que su señoría les explote mejor”)7.
De este modo, la reducción del mercado interno español (a más recortes
de salario, menos consumo y puestos de trabajo), será compensada por
estos grandes banqueros-empresarios “españoles” mediante su consolidación
en los mercados extranjeros. Como el mismo Cristóbal Montoro. Coordinador
Económico del Partido Popular y ex-Ministro de Hacienda (2000/2004),
afirmaba recientemente en una entrevista8 (con una intención
radicalmente diferente a la mía), en 1996 sólo un 6% de las inversiones
empresariales españolas se producían fuera del mercado interno; mientras
que en la actualidad, el porcentaje invertido en el extranjero ha crecido
hasta casi el 47%. Moraleja: los grandes banqueros y empresarios, el
gobierno central y el resto de élite española verdaderamente
codirigente, esto es, el conjunto de los virreyes de Estados Unidos
y Alemania9 en la Península (léase mayoría de la élite
del PPSOE y acólitos junto a un largo etcétera de cargos claves del
Estado), se encuentran todos ellos perfectamente dispuestos a destruir
a la mayor parte de la clase trabajadora residente en España en tanto
consumidora. No importa en este caso si son legales o ilegales,
“nacionales” o residentes. A cambio, estos asalariados, antes parte
potencial del mercado, serán transformados en mano de obra barata
para un comercio destinado paulatinamente a la exportación. Venta exterior,
a precios competitivos, que se dirigirá a otros países con mayores
segmentos (cuantitativos) de población con poder adquisitivo (Alemania,
China, India, Brasil, etc). Para conseguir esto, los politicastros del
sistema profundizarán el camino que ya viene implementando el gobierno
de polarización social: destrucción de las garantías laborales, enterramiento
definitivo de los sindicatos reformistas de la era keneysiana-fordista
(UGT y CCOO, 1945/1973 respectivamente), bajadas de impuestos a las
rentas del capital, privatización de todas las instituciones públicas
que sirvan para redistribuir la riqueza o garantizar ciertos derechos
ciudadanos, etc. Ese papel de presto ejecutor está siendo interpretado
por el PSOE, pero en breve continuará por el PP, ambos extremos diferentemente
coloreados del mismo rodillo capitalista.
Si bien en la presente partida
internacional por el reparto del mundo, a gran parte del pueblo español
le ha tocado cartas marcadas realmente malas, otros pueblos de
países “emergentes” como Brasil, China o India, no las tienen,
ni mucho menos, todas consigo. No será simplemente darle la vuelta
a la tortilla y que el mal llamado “Sur” pase a ser el “Norte”.
Será mucho más y todavía peor. Según el analista Minqi Li (李民骐)10,
el despegue de China e India hasta adquirir el papel de potencias dirigentes
puede traer contradicciones irresolubles para el sistema en su conjunto
que podrían afectar a las clases populares de estos países en ascenso.
Con sus incomparables poblaciones, (casi el 40% del total mundial),
bajo patrones capitalistas de consumo, estos gigantes asiáticos producirían
un recambio en el predominio capitalista que podría significar la acentuación
hasta la asfixia de las contradicciones inherentes al sistema,
aquellas que Marx/Engels ya vaticinaron como insuperables a largo plazo
(para nosotros, corto-medio). ¿Por qué? Porque los límites ecológico-materiales
de la Tierra, la producción capitalista y la aritmética del reparto
de la tasa de plusvalía mundial en declive no dan más de sí. Sirva
de ejemplo el advertir que, si grandes mayorías de la población de
China e India consiguen un consumo (de despilfarro) parecido al de Estados
Unidos o cualquier otra zona “rica” de Europa o Asia, gran parte
del resto del mundo permanecerá directamente a oscuras, sin agua
y con carestía estructural de alimentos11. Y el citado
es sólo un punto de los variados límites de la economía real y el
mundo tangible donde el capitalismo de ficción se desarrolla a costa
de destruir el suelo sobre el que pisa (y cree levitar). Todo este escenario
de pesadilla, por supuesto, lo pronosticamos bajo reglas de producción
y distribución capitalista. Otro gallo cantaría de conseguir reemplazar
el sistema por uno verdaderamente democrático donde la riqueza fuera
poseída y gestionada colectivamente (socialismo democrático).
Tan descarado es todo este
escenario dantesco, que el sentido común de mucha gente, hasta ayer
mismo autoconsiderada “apolítica”, se transforma en el “buen
sentido” gramsciano, entendiendo, al menos, dónde están los enemigos
principales de las mayorías (los bancos, el capital financiero, los
políticos plegados a sus dictámenes, etc) Y si bien queda trecho
por recorrer para que las mayorías trabajadoras comprendan las conexiones
económico-politico-culturales esenciales de la totalidad sistémica
(Lukács) y propongan alternativas con probabilidades históricas
de éxito; el aprendizaje en la calle, en los centros de trabajo y estudio,
converge y se vislumbra acelerado.
La solución a todo este tinglado,
a este escenario de humana y descarnada desesperación12,
es por una parte sencilla, desde el punto de vista teórico; y por otra,
dramática, desde el punto de vista práctico. La solución es bien
simple de formular: la revolución mundial combinada de la mayoría
de clases populares de todo el sistema internacional. Una revolución
que instale un sistema realmente democrático de gestión colectiva
de los recursos que permita desarrollar un mundo en paz, respeto y libertad.
Cuanto más internacional y sincrónica sea esta revolución,
esto es, cuanto más pueblos del mundo la secunden al mismo tiempo,
más posibilidades de éxito tendrá
para destruir el capitalismo y substituirlo por un sistema político-económico
basado en la justicia y la solidaridad que coloque al ser humano como
eje de su organización, producción y decurso. El dramatismo de
la práctica vendrá de la mano de los grandes sacrificios que no pocos
individuos de las clases populares tendrán que hacer para conseguir
este fin, debido a que la oligarquía capitalista internacional no se
quedará de brazos cruzados viéndolas venir, esperando que le “quiten”
lo que considera “suyo” (esperando “la expropiación de los expropiadores”).
Lamentablemente, como el pasado (y el presente) demuestran, es seguro
que esta mayoritariamente podrida casta dirigente, antes de desaparecer
estructuralmente de la Historia, dejará numerosos muertos, heridos
y carestía regados por las sendas del mundo. Entonces...¿alguna otra
opción?, ¿algo menos “utópico”?, ¿más sencillo? Sí, por supuesto,
mucho más: quedarnos de brazos cruzados esperando en casa a que un
buen día vengan a cortarnos la cabeza. Eso sí, con los mejores modales
y apelando a los sacrificios en pro del inédito “espíritu nacional”.
Esperando, paciente y resignadamente, que sigan segando de futuros nuestros
mañanas y el de nuestros hijos, sacrificando todos nuestros derechos
en nombre de sus privados beneficios en la imposible carrera que libran
contra la tendencia decreciente de la tasa de ganancia13.
Esperando a que la tormenta no sea tan mala, aguardando a que “ESTO
SE/LO arregle(n)” (¿quién?, ¿el Espíritu Santo?, ¿o los mismos
que nos metieron en el agujero?). Esperando, en definitiva, a que vuelva
un pasado que jamás podrá tornar por imposibilidad material. Pero
está claro, y sería hipócrita no admitirlo, que hay otra solución
más fácil: huir. Emigrar como salida de emergencia. Pero quien emigre
por huida y no por amor (a los demás, a su trabajo o a otras tierras)
se encontrará con un final aciago donde volverá a toparse con la hidra
de las mil cabezas. Porque, ¿cómo huir de algo que es omnipresente
como el capitalismo? Por supuesto, se pueden encontrar zonas de menor
inseguridad personal transitoria, pero al final, el enfrentamiento con
el sistema en su multiplicidad de formas, en este momento histórico,
se nos antoja prácticamente inevitable.
Conclusión: sonó el
despertador de la Historia. Se acabo la hora de esperar, es tiempo de
actuar. Y el 15 de octubre14
es una buena fecha para fortalecer nuestra lucha mundial y desarrollar
nuestra revolución basada en el pacifismo y el calor de los pueblos
llamados humanidad. Coged fuerzas, ánimo, buena suerte y mucha solidaridad.
La historia sopla a nuestro favor y los pájaros de la vida y de la
muerte, con su asimétrico canto matutino, ya vienen despertando a los
adormecidos.
Nos vemos en las calles.
* Jon Juanma es el seudónimo
artístico/activista de Jon E. Illescas Martínez.
Este artículo fue finalizado
el 1 de octubre de 2011. Está
registrado bajo licencia Creative Commons y es gratuita y libremente
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fines con ánimo de lucro.
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Blog: http://jonjuanma.blogspot.com/
Notas:
1. No hay país reconocible
internacionalmente por la mayoría del resto de países, que no sea
Estado, del mismo modo que no hay capitalista sin capital, ni empresario
sin empresa. Las “naciones” realmente existentes son una entidad
debatible desde un punto de vista ideológico-cultural o de futuribles
políticos (próximos o lejanos), pero nunca de presentes. Y sin embargo,
aunque no es lugar para establecer el citado y necesario (re) debate,
me veo en la obligación de esta aclaración para decir que da igual
escribir “España” que “Estado español”, siempre que el primero
no se confunda con el concepto de nación, que particularmente creo
es una entidad “antropológica”, “sociológica” y “económica”
en franca desaparición acelerada, hoy más que nunca, dada la mundialización
de los intercambios de toda naturaleza establecidos por el ser humano
(cultura, economía, genética, etc). Este concepto de “nación”
tiene una connotación metafísica inadmisible para las ciencias sociales
y el entendimiento materialista, e histórico, del mundo, tanto
desde los nacionalismos hegemónicos como los periféricos. Un trabajador
de España tiene una cultura y una forma de vida mucho más semejante
con un trabajador de Brasil o de Polonia que con una magnate español.
Esa es una de las partes “buenas” del capitalismo: que libera a
los individuos de las clases populares del cretinismo de las comunidades/sectas
autárquicas, con sus reglas místicas y sus vasallajes hereditarios,
mientras que con la figura del asalariado universal fortalece al agente
que lo destruirá y podrá construir la unión armónica de la humanidad
en una sociedad que provocará la liberación de toda su creatividad
y variada riqueza histórica acumulada, en sus manifestaciones más
valiosas.
2. Basándonos en la cuarta
acepción de la Rae: “4. f. “Territorio dominado y administrado
por una potencia extranjera.”: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=colonia (2011/09/30).
3. Frank, André Gunder
(1985): La acumulación mundial (1492-1789). Siglo XXI: Madrid
[1979]. Prueba de esta pobreza también se puede rastrear fácilmente
en la literatura del “Siglo de Oro” español, con obras que retrataban
esta situación como “La vida del Buscón” (1626) de Francisco de
Quevedo o “Guzmán de Alfarache” de Mateo Alemán (1599).
4. Se puede consultar en el
citado libro de Frank.
5. Deuda pública en relación
al PIB de: Japón (233%), Estados Unidos (98-100%), Alemania (83,2%),
España (65%) y Rumanía (40%). Datos, respectivamente de: http://eleconomista.com.mx/economia-global/2011/09/26/eu-japon-mas-endeudados (2011/09/30), http://www.elpais.com.uy/suplemento/economiaymercado/a-los-pobres-les-gusta-gravar-a-los-ricos-menos-de-lo-que-se-cree/ecoymer_592437_110912.html (2011-09-30), http://www.informador.com.mx/economia/2011/285012/6/deuda-publica-de-alemania-bate-record-en-2010.htm (2011-09-30), http://www.diarioprogresista.es/economia/4892-la-deuda-publica-de-espana-alcanza-el-65-del-pib-20-puntos-menos-que-la-media-europea.html (2011-09-30) y http://www.oficinascomerciales.es/icex/cda/controller/pageOfecomes/0,5310,5280449_5282957_5284971_4516367_RO,00.html (2011/09/30)
6. DNI (Documento Nacional
de Identidad, número de identificación ciudadana en el Reino de España).
7. Esto, está de más
decirlo, excluye a lo que queda de la burguesía española de ningún
papel dirigente en el futuro al debilitar su base productiva y por ende
su poder. Si bien en el período capitalista actual, las burguesías
significantes cada vez menos tienen sentimientos “nacionales”, aunque
sean jerárquicos (del tipo “mis esclavos”) respecto a sus países
de origen. Esto es debido al propio mestizaje del capital organizador
y significante. La sinergia capitalista sobrepasa el poder dirigente
de la propia burguesía y Frankestein (el Capital) amenaza con destruirles
el tablero de juego. Ellos, por supuesto, no permanecerán quietos y
preferirán que se acabe el capitalismo a que se acabe el sistema de
clases. Ojo con lo que deriva de esta proposición de comprobarse cierta.
8. Entrevista publicada en
ABC el día 19 de septiembre del presente año: http://www.abc.es/20110919/economia/abci-entrevista-empresa-montoro-201109190901.html (2011/09/30).
9. Sin cerrar
la representación parcial de otros países y/o flujos de capital de
influencia política más moderada como China o ciertas dictaduras de
países árabes petroleros, etc.
10. Li, Minqi (2008): The
Rise of China and the Demise of the Capitalist Worl Economy. Monthly
Review Press: Nueva York.
11. A este respecto además
de citar los cuadros de consumo energético reproducidos en la obra
anterior de Minqi Li cabe la pena resaltar que según el Global Footprint
Network se necesitarían 5 mundos si todos los países siguieran el
ritmo de consumo de los EUA (China e India suman casi medio mundo, así
que necesitaríamos más de 2). Los datos fueron extraídos del artículo
de Carlos Fernández Liria “¿Quién cabe en el mundo?” publicado
en la sección de Opinión del diario Público el 22 de enero de 2008: http://blogs.publico.es/dominiopublico/267/%C2%BFquien-cabe-en-el-mundo/ (2011/09/30).
12. En Rumanía, uno de los
países menos endeudados de la Eurozona el gobierno derechista redujo
el salario de los funcionarios un 25%, recortó el gasto social a enfermos
crónicos y otra serie de recortes para las clases populares que provocaron
un aumento alarmante de suicidios, algunos de intencionalidad política
declarada: http://www.kaosenlared.net/noticia/rumania-suicidio-como-protesta (2011/09/30).
13. Marx, Karl (2007): El capital.
Akal: Madrid [1867]. (Tomo III, Capítulo XXIII, punto 2 (p.80) y Tomo
III, Capítulo XXIV, punto 7 (p.255). Se puede ver una rápida introducción
en el epígrafe “El capital y la plusvalía” del siguiente enlace: http://www.nodo50.org/garibaldi/contenido/introducc.htm (2011/09/30).
14. El 15 de octubre tendrá lugar la movilización mundial de los “indignados” de todo el mundo contra la alianza entre la élite financiera y política contra los pueblos y la pérdida de derechos sociales, por el cambio global. Ver en: http://www.democraciarealya.es/15o/ (2011/09/30) o en inglés en: http://15october.net/ (2011/09/30).
jonjuanma@gmail.com