1.- El comunicado.
El
comunicado se resume, emic (es decir, desde la perspectiva supuesta
de ETA –o como demostraremos más adelante, de la falsa conciencia
que de ETA se vende a muchos de sus simpatizantes dentro y fuera del
País Vasco), en lo siguiente: gracias a la conferencia internacional
celebrada anteriormente en la ciudad de San Sebastián, el autodenominado
“Movimiento Socialista de Liberación Nacional Vasco Euskadi Ta
Askatasuna (Patria Vasca y Libertad)”, ve las condiciones adecuadas
para una resolución pacífica y dialogada de un supuesto “secular”
conflicto político que, se supone, ha enfrentado al pueblo vasco con
España y Francia desde hace milenios. Básicamente, la resolución
del supuesto conflicto consiste en que Francia y España acepten las
condiciones que ETA exige para que haya paz, esto es: una votación
en suelo vasco para decidir si se es un Estado independiente o no, el
acercamiento de presos de ETA al País Vasco y la amnistía de los terroristas
(a los que llaman “presos políticos” a pesar de haber cometido
varios asesinatos, secuestros y atentados con coche bomba). Ciertamente,
ETA ha conseguido simpatizantes en el País Vasco y en el resto de España
(pocos pero no tan pocos como pueda creerse), además del resto del
Mundo, en su supuesto papel de “oprimidos” por España y Francia,
con lo que se ganaron simpatizantes de parte de otros oprimidos. La
solidaridad de oprimido a oprimido prende porque apela a lo emocional,
pero como demostraremos en este artículo, la condición de oprimidos
de los vascos en general y de ETA y sus tentáculos políticos en particular
no solo es falsa, sino que incluso es una amenaza no solo a la unidad
de la nación española, sino sobre todo a la unidad de su clase obrera.
El
párrafo clave del comunicado de ETA es el siguiente:
“ETA
ha decidido el cese definitivo de su actividad armada. ETA hace un llamamiento
a los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo
directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del
conflicto y, así, la superación de la confrontación armada. ETA con
esta declaración histórica muestra su compromiso claro, firme y definitivo”.
Las
claras contradicciones entre este párrafo y la realidad objetiva son
flagrantes, pues aunque ETA habla de cese definitivo de su actividad
armada ni se disuelve, ni entrega todo su arsenal armamentístico, ni
ofrece datos sobre los zulos que poseen tanto en suelo español como
francés en los que además de armamento dejaban durante meses o incluso
más de un año (como su secuestro más largo, el del funcionario de
prisiones José Antonio Ortega Lara), ni, más que nada, ofrece señales
que indiquen un acercamiento por su parte hacia las cerca de 858 víctimas
de sus ataques terroristas que durante más de cincuenta años han provocado.
Los muertos etarras ascienden a 200; pero mientras esos doscientos son
siempre durante tiroteos con las fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado español o la gendarmería francesa en persecuciones o en redadas
en domicilios y escondites varios, por no hablar de las ejecuciones
capitales que varios tuvieron durante la dictadura franquista, los muertos
españoles no fueron nunca en enfrentamientos armados –solo la última
víctima de ETA hasta el momento, el gendarme francés Jean Serge-Nerín,
lo hizo en un tiroteo en el sur de la nación francesa-, sino
mediante tiros en la nuca por la espalda, coches bomba, bombas en centros
comerciales (como la bomba del centro comercial Hipercor de Barcelona
en 1987), en pasos circulatorios (como el atentado en Vallecas, barrio
obrero de Madrid, en 1996, que acabó con la vida de varios obreros),
o en terminales de aeropuertos (como la furgoneta explosiva que en 2006
acabó con la vida de los inmigrantes ecuatorianos Diego Armando Estacio
y Carlos Alonso Palate, cuyo asesinato fue justificado por un miembro
de las juventudes proetarras con el siguiente argumento “no eran
vascos”). Luego el conflicto político secular del que hablan,
a nivel de la organización ETA, es inexistente, pues los muertos etarras
siempre fueron en acciones policiales, y los asesinados por ETA en viles
atentados terroristas. Luego definiremos qué entendemos por terrorismo.
La
otra gran contradicción de este párrafo se resume en esta pregunta:
si se cesa la actividad armada, ¿por qué se dice que la “confrontación
armada” no cesará hasta que España y Francia dialoguen, de igual
a igual, las condiciones que la misma ETA, a través de su comunicado
y en la pantomima de conferencia internacional de San Sebastián han
sentado, que son las que siempre, de cara a la galería han defendido?
¿No puede resultar un contrasentido cesar la lucha pero al mismo tiempo
decir que la lucha cesará hasta que Francia y España acepten las condiciones
de ETA? La respuesta a estas dos preguntas está clara, y la hemos indicado
en gran medida más arriba: al no haber entregado ETA las armas, ni
haberse disuelto como grupo terrorista, ETA pretende controlar el proceso
de negociación de manera absoluta, controlando tanto a sus marionetas
de la autodenominada “izquierda abertzale” (más tarde demostraremos
por qué al entorno proetarra hay que englobarlo en la derecha política),
como a la propia población española, la cual celebra, con Gobierno
del PSOE, oposición del PP y diversos medios de comunicación manipuladores
de masas, un falso fin de ETA. ¿Por qué ETA tiene la sartén por el
mango? ETA no negocia nunca nada que no pueda ganar, y si puede ganar
ahora no es solo por su propia iniciativa como grupo terrorista. La
propia conferencia de San Sebastián indica el camino que guía a ETA
realmente.
Próximamente 2° parte
(Jóvenes por el ALBA de España, Izquierda Hispánica).
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