Luego de anunciarse el resultado electoral favorable al socialista
francés, François Hollande en los comicios presidenciales de esa
república, surgen interrogantes sobre el camino que transitará Europa en
los venideros años, debido a que Francia y Alemania constituyen las dos
economías más grandes de la Unión Europea y su liderazgo es
determinante en las políticas de esta región.
Pudiera suscitarse ahora el desenlace de la alianza franco-alemana
propiciada por el hoy saliente Jefe de Gobierno Nicolás Sarkozy y su
homóloga germana Ángela Merckel, el cual impulsó drásticas medidas de
austeridad que actualmente se abarcan casi la totalidad de Europa.
Entre los consumados recortes a los derechos sociales de la clase
trabajadora europea, sobresalen: reducción del salario y las
prestaciones sociales, aumento en la edad para la jubilación,
flexibilización del empleo, tercerización y cobro de nuevos tributos. En
el presente con la derrota de la derecha francesa, estaría por
definirse en los meses subsiguientes si el nuevo gobierno promoverá un
cambio sustantivo en su política económica desde la élite directiva de
la Unión Europea (UE), pues debe elegir entre profundizar el
desmantelamiento del Estado de Bienestar a través medidas neoliberales
impuestas a los países miembros, o si por el contrario puede
sensibilizarse frente al llamado de los millones de indignados europeos
que protestan contra el grave deterioro de su calidad de vida.
En este orden de ideas, estaría por conocerse la nueva actitud de
Francia (miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU) hacia
los actos guerreristas de Estados Unidos en el planeta. También crece
significativamente los augurios de cambio progresista, en virtud que
Hollande en su primer discurso como presidente electo ha aseverado que:
"La austeridad no puede ser una fatalidad del destino y se lo voy a
decir a Alemania." Todo luce como signo de inconformidad frente a la
disolución del capitalismo proteccionista que imperó en Europa durante
el siglo pasado.
En cualquier caso, la victoria de Hollande (entre cuyas credenciales
destaca la vicepresidencia de la Internacional Socialista) debería
apreciarse con cautela, pues en la Europa de hoy rige el Derecho
Comunitario (Tratado de Lisboa) de la UE por sobre aquellas normas
internas de los Estados miembros, lo que se traduce en menos soberanía
nacional y la conciliación de muchos líderes progresistas con los
poderes fácticos de la burguesía europea.
jesussilva2001@cantv.net
(*)Abg. Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales.