El recién autonombrado presidente de la República del Paraguay Federico Franco, quien venía ejerciendo la vicepresidencia del sureño país, es un político de ultra derecha y su convicción es totalmente contraria al presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Este pasmadizo ultraderechista seguidor del viejo dictador Estrosner ha sido el artífice junto al Senado en confabular la destitución del mandatario democráticamente en ejercicio de la presidencia Fernando Lugo.
El derechista pertenece al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), el principal apoyo de Fernando Lugo hasta la crisis política de junio la cual derivó en un golpe de estado que en apenas treinta horas sacó de su legítimo cargo al presidente Fernando Lugo. Todo estuvo en las manos del presidente del PLRA Blas Llano, quien anunció el retiro del apoyo que hasta ahora había subsistido bajo aquel gobierno y daba el paso para un enjuiciamiento trasnochado en contra del primer mandatario.
Aliado de las corporaciones petroleras que habían dejado de beneficiarse del gobierno de Fernando Lugo, molestas por el Acuerdo Energético de Caracas creado en el año 2000 y del cual ya era signatario Paraguay.
Aún cuando el Presidente Fernando Lugo llevó a Franco de vicepresidente en el 2008 gracias a una coalición conformada por varios partidos políticos, movimientos y sectores sociales, denominada Alianza Patriótica para el Cambio, de la que el PLRA era el mayor beneficiario pues les otorgaron la Vicepresidencia.
Franco aprovechó, para justificar la ruptura, unas supuestas diferencias ideológicas. Por más de doscientos días le fue confiada la primera magistratura por los viajes oficiales del presidente y cuando este se ausento para tratar una dolencia física en Brasil.
Tiempo que ávidamente aprovechó también como vicepresidente y presidente del Senado para oponerse rotundamente al ingreso de Venezuela al Mercosur, propuesta trabada precisamente por Franco, pues los parlamentos de los otros tres miembros del bloque lo han ratificado, y dijo en repetidas ocasiones que solo lo aceptará si el presidente venezolano, Hugo Chávez, "demuestra signos de cambio hacia una democracia".
La nueva derecha mundial financiada desde Norteamérica y la OTAN hacen de las suyas con sus fichas, ahora se proponen hacer lo mismo en Bolivia, Ecuador y pasar a Venezuela.
Las ratas están sobre la mesa…
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