Sois irrevocablemente libres, para morir de hambre

La moral está  vinculada a la equidad y la justicia. Grecia nos heredó una imagen distorsionada de la justicia al presentarla como mujer ciega, le taparon los ojos para que no viera la opresión de los pobres, así pues Grecia legó al mundo una codificación y concepción moral de la justicia, en la que ésta es ciega, sólo para con los pobres, mas no para con los poderosos de la tierra.  

La desmoralización es la carencia momentánea de estima propia, en este cuadro el hombre y la mujer es presa de la inseguridad, la depresión, la tristeza y el dolor, producto de haber incurrido en actos que según la codificación moral, en la que fue formado, son tenidos por incorrectos o inadecuados; factores externos lo empujan a la desestabilización emocional, estos factores son traducidos en relaciones de poder, el individuo siente temor a ser aplastado, este cuadro le genera desesperación y lo induce a dejar de luchar a causa de la desesperanza.

Se señala como inmoral a una persona que haga cosas que avergüencen o violen las normas.  La delincuencia no es más que una forma de desmoralización, ésta a su vez genera más desmoralización, vivimos en una sociedad capitalista en la que el ser se mide por el tener, la sociedad condiciona pues, para la inmoralidad y peligrosamente los pueblos responden con violencia, cuando son desmoralizados, ya que la  desmoralización es signo de fracaso, de pérdida.

La moral es la demostración pública de la persona, por ello, está vinculada a lo social, surge como método unificador, las clases sociales que dominaron en cada tiempo de la historia, se encargaron de construirla e imponerla procurando su propio provecho. Con la esclavitud surge una nueva moral que sólo le interesa a la burguesía, se comienza a hablar del derecho a la libertad, que se traduce en el derecho a explotar, el derecho de las aristocracias a hacer todo lo que les venga en gana. El ser humano antiguo no tenía noción de libertad, tenía con el otro, todas las cosas en común, su vida estaba pues, cohesionada a la del otro y un sentimiento de hermandad genuina les unía. Esa libertad pregonada por las aristocracias del mundo es hipocresía, el pobre no tiene ninguna libertad, sino más para dejarse morir de hambre, pues según, esa falsa libertad que no es sino hipocresía disfrazada, todos los hombres tienen derecho, por ejemplo, a viajar por el mundo, ahora bien, todos no tienen la posibilidad real de hacerlo, pero no la tienen porque el mismo sistema que pregona esa libertad, le impide acceder a ella, a través de la imposición de un modelo socio-económico criminal e inhumano, y por ende, inmoral. Esa libertad está vinculada al poder hacer, y el poder hacer lo tiene la aristocracia, quien si acaso permite al pobre el poder desear, de manera pues que históricamente el pobre jamás ha luchado por la libertad, el pobre ha luchado por la igualdad. Espartaco, quien llevó la primera rebelión de esclavos, no luchó contra Roma por la libertad, sino por la liberación, el cristianismo anunció luego una nueva moral, que se basó en la igualdad, no en la libertad, son valores tácitos de los evangelios, la solidaridad y la hermandad, pero el engendro de la figura papal y sus manipulaciones y chantajes morales, induciendo a los hombres y las mujeres a coacción por el temor o amenaza al castigo, deformó la esencia de la moral cristiana, hasta que Martín Lutero, emprendió la protesta de las bases cristianas en pro de volver a la senda de los valores primigenios, es así como las bases populares escindidas del yugo papal, crean el protestantismo como respuesta moral para el rescate de los valores cristianos, pero fue tergiversado por el mismo capitalismo.

La revolución francesa, vocera de los principios de libertad, igualdad y fraternidad, se mostró como una promesa de cambio del poder de la monarquía absolutista para instalar en su lugar a una nueva clase buena que se encargaría de hacer un gobierno para todos. Un gran valor legó  a la posteridad aquella revolución. El acceso al conocimiento y el desarrollo del racionalismo, la imprenta fue propulsada por la revolución francesa, surgió el valor del saber como un bien público, el derecho a saber y estar informado.

hoy el imperio del capitalismo se mantiene y los pobres solo son libres para morirse de hambre. En la construcción del Socialismo del siglo XXI estamos trabajando para cambiar esa realidad.

@moisespsuvccs

ideologiaypraxis@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3076 veces.



Moisés Rodríguez Castellano


Visite el perfil de Moises Rodríguez Castellano para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Moises Rodríguez Castellano

Moises Rodríguez Castellano

Más artículos de este autor