Una mortaja de fuego sobre el cadáver de Gaza

Los cuerpos aprisionados por los cascotes de concreto y metralla son extraídos por las equipos de rescate. Suenan nuevamente las sirenas anunciando una nueva oleada de castigo. Las brigadas Ezedin Al Kasem responden lanzando cohetes Kazam hacia le territorio israelí. Apuntan quizás a Beer Sheva, Ashdod, Ashkelom, Sderot, Tel Aviv o Jerusalén aunque tiene que confiar en la baraka de Alah para dar en el blanco. La novedad es que Irán ha logrado transferirles misiles de medio alcance Fjar-5 que les han conferido un mayor plus de peligrosidad.

Gaza fusilada en el paredón lanza un alarido de espanto. En las mezquitas se repiten las plegarias en memoria de los mártires amortajados con la bandera blanca y verde de Hamas donde se resalta la inscripción de la Shahada. Los muertos se exhiben como testimonio al mundo entero de los crímenes cometidos por el ejército judío. La mayor parte de las víctimas son niños, mujeres o ancianos, escombros humanos, « daños colaterales » tan comunes en las guerras modernas. Gaza lleva 60 años sitiada por las fuerzas de ocupación, cercada con muros, alambradas y campos de minas, bloqueada por tierra, mar y aire. Un pueblo condenado a sobrevivir gracias a la ayuda humanitaria prestada por las Ongs, la ONU y demás organismos internacionales.

No se saben de dónde aparecen los helicópteros y aviones de combate F16 que sin piedad disparan sus misiles de alta precisión. De repente, se escucha un rechinante silbido y enseguida explota su carga mortífera dibujando una bocanada de fuego en el cielo. Parece que los matarifes sionitas disfrutan infligiendo dolor a la población civil. Juegan al tiro al blanco apuntando con alevosía sobre los niños tiernos, las madres encinta o los candorosos adolescentes.

Gaza es una ciudad que se resiste a claudicar como tantas otras en las historia. Pienso en Guernika, Madrid, en Sarajevo, en Hiroshima o en Nagasaki. Los sicarios hebreros han conseguido ocupar la práctica totalidad de Palestina y no contentos con su « gloriosa misión » ahora han decidido terminar con el sucio trabajo. Su objetivo es exterminar a los legítimos propietarios de esta tierra, borrar sus huellas y proclamarse sus auténticos herederos. No hay quien calme la sed del Dios supremo Jehová Adonai que exige una alta cuota de sangre. Aquí sólo vale el lenguaje de las armas, la palabra no tiene ningún sentido y es casi imposible abrir vías de entendimiento. Me temo que tendrán que pasar cien mil generaciones para limar las asperezas ¿Quién puede perdonar este atroz genocidio? La ley del Talión « Ojo por ojo diente por diente » es el código que rige la existencia. Genéticamente marcados con el fierro candente del odio y la venganza

La ofensiva sobre Gaza no se detiene, al contrario, se alistan tropas y tanques de combate para iniciar la invasión terrestre. Todo está perfectamente planeado en los despachos desde hace meses o tal vez años. Los espías y colaboracionistas han señalado los objetivos a batir y sólo hay que colocar las coordenadas en la pantalla del computador y apretar el botón. Los drones surcan el cielo espiando cada calle, cada avenida, nada ni nadie puede eludir la sentencia. Se trata de un método higiénico, quirúrgico y práctico. Los asesinatos selectivos, las ejecuciones extrajudiciales-según los verdugos- se justifican porque « hay que eliminar esos fanáticos terroristas que ponen en peligro la seguridad del mundo civilizado y los valores sagrados de la paz y la libertad » « El islamismo es el principal enemigo de la humanidad e Israel cumple a cabalidad su papel de muro de contención neutralizando su accionar »

A Gaza no le queda otra opción enfrentar en desigual batalla a un enemigo superior que cuenta con una máquina de guerra infernal. Ya sea con comandos suicidas o cohetes artesanales venderá cara su piel. Y aunque se firme una tregua entre las dos partes en litigio, al cabo de un tiempo se volverá a repetir la misma historia. Mañana, aparentemente, reinará la calma, esa tensa paz del gueto jaula a la que se han acostumbrado los presidiarios.

Los sepultureros no dan abasto, tienen que laborar horas extras pues los cadáveres se hacinan en la morgue. Aunque aquí no queda espacio ni para los vivos menos para enterrar a los muertos. La densidad de población en Gaza -un millón y medio de habitantes en apenas 360 kilómetros cuadrados- es una de las más altas del mundo. Esta brutal agresión es una afrenta a toda la humanidad. ¡No hay derecho! Israel con todo su armamento de última generación y la tecnología punta que posee cobardemente masacra a un pueblo que no tiene capacidad para defenderse. En vivo y en directo se transmite por televisión las imágenes del exterminio de un pueblo. Desde luego un buen filón a explotar por los mass media porque el morbo genera millones de dólares de beneficios. El espectáculo debe continuar: construir, destruir, reconstruir y vuelta nuevamente a destruir son los desquiciados ciclos que señala el miserable destino.

El cadáver escuálido de Gaza yace tirado a orillas del mar Mediterráneo. En su cuerpo desangrado se marca un rictus mortis que envilece el alma. Demasiado sufrimiento, demasiado dolor. Porque no acabar ya de una vez con esta agonía, porque no pasan con las excavadoras y aplanadoras por encima y los entierran vivos como ya lo hicieran en tantos otros lugares donde han levantado sus colonias y asentamientos.

Podremos seguir así años y años quejándonos, rasgándonos las vestiduras, descargar a diestra y siniestra nuestra impotencia e indignación. Es la típica pataleta contra un audaz enemigo que ha ganado la partida gracias a la complicidad de las potencias mundiales. La Unión Europea exige « contención » y le envía a los deudos preciosos ramos de flores y poéticas esquelas de pésame. Estados Unidos, mientras tanto, los respalda y sostienen que Israel tiene todo el derecho a defenderse. Ellos son los agredidos, por supuesto.

Si Israel lo quisiera ya hubiera iniciado una ofensiva terrestre contra Gaza, no le temblaría la mano pues está ansioso por exterminar a Hamas, la Yihad Islámica o lo que se atraviese en su camino. La limpieza étnica es su método preferido y posee la capacidad militar para realizarlo y acabar completamente con su enemigo. Lo que ocurre es que a partir de las intifadas árabes ha surgido un nuevo orden. Egipto se ha comprometido a salvaguardar a Gaza y al gobierno de Ismail Haniya, Turquía también le da la mano, Irán tampoco se queda atrás y mueve sus fichas. La posición geoestratégica de Israel ha quedado sensiblemente debilitada y si quiere sobrevivir a largo plazo va a tener que adaptarse a unas circunstancias muy desfavorables. El islamismo resurge con vigor en todo el Oriente Medio y su principal objetivo es liberar a Palestina del « xaitán sionista » y ese cometido lo cumplirán aunque pasen un millón de años.

2012

Mar Muerto.




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