Es el momento

Santos fue reelecto en condiciones diferentes a las de su primera elección, cuando llegó en hombros de Uribe, quien al no poder reelegirse se vio obligado a respaldarlo, porque su pupilo,  Andrés Felipe Arias,  alias “Uribito”, perdió la consulta interna del Partido Conservador desde el cual aspiraba lanzarlo. Al resultar electo se deslindó de Uribe, cuando asumió  la recomposición de las relaciones con Venezuela y Ecuador y, la negociación con la FARC para ponerle fin al conflicto interno. En esta oportunidad se relegitimó al derrotar el candidato uribista en el contexto de un debate entre la opción de la paz y las buenas relaciones con los países vecinos que ofrecía él y,  la continuidad de la guerra y la confrontación con Venezuela, Ecuador y Nicaragua que anunciaba Zuluaga. Diferencias estas que expresan las contradicciones interburguesas subyacentes en la clase dominante colombiana.

Santos triunfó en la segunda vuelta porque dividió al Partido Conservador, al captar a 40 de sus parlamentarios que le arrimaron 900.000 votos adicionales en la Costa Atlántica. Después de obtener el tercer lugar en la primera vuelta en Bogotá, en la segunda ganó con el respaldo de buena parte del Partido Verde y de la izquierda representada  en el Movimiento Progresista de Petro, en el PDA, en la UP y en  la Marcha Patriótica. Su desafío es sortear los ataques a quemarropa de un Uribe envalentonado, para lo cual deberá mantener un apoyo que combina agentes de la derecha, centro e izquierda para poder gobernar y garantizar la legitimación de los acuerdos de paz e implementar los más polémicos: participación política de los insurgentes, justicia transicional y reforma agraria.

El programa de Santos incluye una ley anti-contrabando y las zonas francas para impulsar una economía fronteriza en recesión por el contrabando procedente de Venezuela. Empero, por la fuerte interdependencia socioeconómica colombo-venezolana en la franja limítrofe, es muy difícil que esos proyectos avancen sin coordinación con Venezuela. Es el momento de impulsar un Plan Integral de Desarrollo Sustentable Binacional enfocado en reducir la economía ilícita, que es el caldo de cultivo de las mafias paramilitares y BACRIM que amenazan la seguridad de la Nación.

 



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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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