Gaza: El espejo

No puede creerse tanta barbarie. Sin embargo existe, no es una ficción producida por Hollywood. El Estado de Israel está mostrando un adelanto. Ese es el futuro de este mundo, si sigue gobernado así, por esta “gente”. La sensación en el estómago es de vacío. La cabeza da vueltas y el piso se mueve bajo los pies, da vértigo y dolor y angustia. Las fotografías y los videos pierden impacto por lo repetido. Los rostros de esos niños transmiten un algo que no se puede describir. Están asesinando también las palabras.

Por eso es que los argumentos tampoco alcanzan, suenan huecos. Genocidio, nazismo, brutalidad, barbarie. Es todo eso y más. Nada puede ponerle nombre a tanta inhumanidad. Lo que despierta es más parecido a la desesperanza absoluta o al espanto frio de un territorio de espectros.

Por eso, la primera respuesta que nace desde el fondo de las vísceras es un odio cargado de violencia. Claro. Responder con un odio justo porque todo parece perdido. Y cuando las preguntas más elementales no tienen respuestas lo que aparece es la violencia justiciera de la venganza. Así será y es el derecho de ese pueblo agredido.

Los sionistas están buscando que todos tengamos miedo. Que el despiadado asesinato de nuestros hermanos palestinos nos horrorice tanto que bajemos los brazos. Y todo en nombre de un Dios que justifica una usurpación brutal. Pero en esa Franja arrinconada contra el mar pareciera que han muerto todos los dioses. Que los hombres y mujeres, los niños y ancianos han quedado solos bajo un cielo de fuego que más parece el lugar geográfico donde se ubica el infierno. Un infierno provocado por ellos, los sionistas.

Hay que despertar, nosotros aquí, en el Planeta Tierra, tenemos que despertar y no seguir aceptando tanto horror. Por el pueblo palestino, pero también por nosotros. Hay que despertar en defensa propia. En defensa de la humanidad toda. Si queremos seguir existiendo como especie. Porque esto que hoy sucede en Gaza es el adelanto de lo que viene si los dejamos. Si no nos ocupamos de frenarlo. Gaza es el espejo que devuelve la imagen de espanto del rostro del sionismo o lo que es lo mismo: del capital financiero internacional.

Y entonces sí, cuando despertemos y nos pongamos en movimiento. Y extendamos de verdad los brazos para cubrir a nuestros hermanos. Ese será el momento de la primavera. Reverdecerán los olivos de esas tierras. El sol calentará amorosamente esos cuerpos. El mar que hoy es barrera que encierra a los torturados, restaurará sus heridas. Y nuestros hermanos y sus descendientes volverán a sus casas, y podremos contar nuevamente la historia. Y podremos decir que allí donde una vez hubo un Estado nazi, desde que lo destruimos volvió a renacer la esperanza.


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Carlos Carcione

Coordinador del Equipo de Investigación de Marea Socialista

 @carloscarcione

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