Urge establecer una alianza estratégica de carácter militar con Rusia

Como ya señalaba en un artículo anterior(1) publicado a finales del mes de marzo, el formato más probable según el cual habrá de ser intentada la inexorable invasión de nuestra patria prevista por el imperio para satisfacer su doble objetivo de impedir la propagación continental del ideal bolivariano y apropiarse y/o controlar las ingentes reservas de hidrocarburos y de toda clase de minerales de carácter estratégico que yacen bajo nuestro suelo, es similar al aplicado exitosamente en Libia y al eficazmente neutralizado hasta ahora por las fuerzas patriotas que acompañan al presidente Bashar Al Assad en la hermana República Arabe Siria.

 

Para afirmar esto nos basábamos en el rol protagónico asumido en el desarrollo de las acciones terroristas de lo que se llamó la  “Salida” por una muy variopinta “fauna paramilitar” que sólo tiene como denominadores comunes: el odio a nuestra revolución por razones diversas, el haber sido formada en técnicas de insurgencia gringas de comprobada naturaleza terrorista y el ser generosamente financiada por agencias de los Estados Unidos, en divisas fuertes y drogas para su consumo, que si bien no logró  generar el tan anhelado “espacio geográfico liberado” ni el caos social total, necesario para “justificar” la penetración de las fuerzas militares gringas en nuestro territorio, produjo más de una cuarentena de muertes, un poco más de 600 heridos y daños materiales mayores, por una suma estimada en 20.000 millones de dólares, en alrededor de 12 semanas, hechos éstos que han dado pie al inefable departamento de estado gringo para generar un alerta roja a sus nacionales que piensen viajar a Venezuela, desprestigiándonos intencionadamente a los ojos de la comunidad internacional y preparando el terreno para ir justificando una eventual operación de rescate utilizando sus fuerzas armadas(2).

 

Que en todo caso será un formato que habrá de tener como ingrediente principal la participación de fuerzas paramilitares mercenarias extranjeras o “contratistas de defensa” extranjeros, como prefieren denominarlos eufemísticamente los voceros gringos es algo que queda demostrado por el hecho de que al terminar la primera fase de la conspiración, durante la primera semana del mes de mayo, se encontraban detenidos según declaraciones del Ministro de Relaciones Interiores(3) 58 extranjeros de diferentes nacionalidades (colombianos, estadounidenses, árabes, chinos y trinitarios), la casi totalidad de ellos portando armas de fuego e implementos de guerra al momento de su captura, algunos de los cuales, de nacionalidad colombiana, manifestaron en los interrogatorios que las unidades paramilitares colombianas contaban con oficiales retirados y reservistas de esa misma nacionalidad los cuales entrenaban personal venezolano en los estados Táchira y Zulia(4).

Queda también demostrado por el hecho de que ahora que se pretende iniciar la segunda fase de la conspiración a pesar del decisivo rechazo popular y la evidente desaprobación de una inmensa porción de la misma oposición que tuvo la primera, según se desprende de actuaciones de los organismos de inteligencia del estado reseñadas por diferentes voceros de la revolución entre los cuales se encuentra el propio Presidente Maduro, han sido capturados en la noche del pasado 15 de julio, seis paramilitares pertenecientes al grupo de Los Urabeños en la frontera colombo venezolana, específicamente entre los municipios García de Hevia y Ayacucho, según declaraciones del Gobernador del Estado Táchira, quién precisó que la captura fue realizada gracias a las labores de inteligencia y rastreo efectuadas por el ejército venezolano a partir de la información aportada por la comunidad, añadiendo que durante la operación fueron decomisados armamento y municiones(5). Se pone en evidencia con esta captura la efectividad de la acción conjunta de nuestro pueblo y la FANB para adelantar las labores de inteligencia que permitan la detección temprana de enclaves paramilitares antes de que puedan enquistarse en nuestros barrios y urbanizaciones, tal como lo sugeríamos en el mismo artículo citado al comienzo de estas notas.

 

Pero como ocurre que ya hay “paracos” nacionales, entrenados por acción directa o indirecta del imperio, dentro y fuera de nuestras fronteras y también ocurre que no todos los mercenarios extranjeros podrán ser detenidos al intentar pasar nuestras fronteras, tanto la occidental como la sur-oriental, a través del Estado Bolívar, se hace necesario neutralizarlos de manera rápida y efectiva tan pronto intenten entrar en acción, por medio de los grupos especialmente conformados para ello, integrados por efectivos de seguridad civiles y militares apropiadamente armados. Es absolutamente necesario que más nunca se repita la lamentable escena de efectivos de nuestras policías y de la GNB, enfrentando a terroristas fuertemente armados y respaldados por francotiradores, equipados sólo con armas anti-motines, de naturaleza no letal.

 

Aun teniendo plena confianza en el arrojo y el apresto operacional de todos los componentes de nuestra FANB así como de nuestras milicias obreras, que hace poco han comenzado a organizarse por unidades de producción con el propósito de poder defender de manera eficaz la soberanía y de atender a la seguridad integral del país, según declarase Wills Rangel, presidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores(6), en su magna tarea de repeler exitosamente la invasión imperial, consideramos que es inaplazable, más con propósitos disuasivos que ofensivos, el establecer una alianza estratégica de carácter militar con la Federación Rusa, así como con cualquiera de los países que comparten nuestros puntos de vista en relación con el riesgo que para la soberanía de nuestros países y en general para la paz mundial, representan los Estados Unidos y sus socios de la OTAN, tales como China, que al igual que Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Irán, Vietnam y desde luego cualquier hermano país de la Patria Grande que ya estuviese fuera del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), cuya membresía le haría imposible suscribir este tipo de alianza.

 

Privilegiamos la alianza con la Federación Rusa, fundamentalmente por las siguientes razones:

 

  • Nuestro Comandante Eterno ya la había planteado en un discurso pronunciado en el año 2.008 en una de sus visitas a ese país amigo, en el cual señalaba lo siguiente: "Rusia tiene suficiente potencial como para garantizar su presencia en diferentes partes del mundo. Si las Fuerzas Armadas rusas quieren estar en Venezuela, serán recibidas calurosamente"(7). Desde luego que el Comandante no estaba planteando en este caso el establecimiento de bases militares rusas en el país, como aulló histéricamente la canalla mediática, pues nadie mejor que él para estar en conocimiento de que nuestra Constitución de 1.999 no lo permite a tenor de lo planteado de manera expresa en su artículo 13.

 

  • La Federación de Rusia y la República Bolivariana de Venezuela ratificaron en el año 2.009 un Acuerdo de Cooperación Técnico-Militar, en el marco del cual se han realizado ya algunas maniobras conjuntas en el área del Caribe. Adicionalmente, se trata de que Moscú es nuestro mayor suplidor actual de armamentos y efectos militares.

 

  • Existe toda una comunidad de intereses de nuestro país con esa lejana nación, expresada a mi juicio por señalamientos de su Presidente Vladimir Putin, como el que transcribo a continuación, formulado en su reciente visita a Brasil: “La cooperación con los países de América Latina es uno de los vectores clave y muy prometedores en la política exterior de Rusia. Nos une la adhesión a los principios del multilateralismo en asuntos globales, el respeto al derecho internacional, la necesidad de potenciar el protagonismo de la ONU y el deseo de garantizar un desarrollo sostenible. Todo ello nos convierte en socios naturales en materia internacional y permite fomentar la cooperación en los más diversos ámbitos”(8).
  • Rusia ha ratificado su disposición a realizar este tipo de alianzas, como lo recogen unas recientes declaraciones del Viceministro de Defensa, Anatoli Antónov, difundidas por la agencia de noticias rusa RIA Novosti, según las cuales su país estaría negociando con varios países de América Latina (Venezuela, Cuba y Nicaragua, entre ellos), la creación de centros de mantenimiento para los buques de la Armada Rusa, esto es, apostaderos navales en los cuales se pudiesen realizar también tareas de mantenimiento mediano y menor de dichos buques. También se pretende el aprovisionamiento de combustible de sus aviones cisterna para reabastecer en pleno vuelo a sus aviones operativos en la zona del Caribe (9).

 

  • Considero que la posición de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, expresada en su veto a la solicitud de invasión hecha por los países de la OTAN, la presencia de una Base Militar Rusa en su territorio y el fiel cumplimiento de los contratos para suministro de armamento y municiones, ha sido determinante para que la República Arabe Siria haya podido mantener a raya a las fuerzas imperiales en la pretensión de invadir su territorio, desde hace ya más de dos años.

 

Como dice el título de estas notas, considero que es perentorio establecer la alianza con Rusia en unos términos lo más parecidos posibles a los de su alianza militar con Siria, para lo cual estimo necesario desatender eventuales reclamos de la UNASUR y su inefable Consejo de Defensa, que mientras parece ver en ella una amenaza a la paz hemisférica, tuvo el tupé de aceptar sin exigencias de ningún tipo, el establecimiento de 9 bases militares de la OTAN en territorio colombiano, las mismas que a la postre han resultado ser ilegales a la luz de un pronunciamiento de la máxima autoridad judicial colombiana, hasta tanto no sean aprobadas por el parlamento de ese país, cosa que al parecer el inefable J. M. Santos no parece tener intenciones de solicitar, tal como le corresponde.

 

No quisiera concluir estas notas sin antes reiterar el planteamiento formulado en artículos anteriores sobre la conveniencia suscribir un tratado de defensa con todas las naciones del ALBA-TCP, que explícitamente consagre que un ataque armado por cualquier estado contra alguno de los estados miembros, será considerado como un ataque contra todos ellos, y que en consecuencia, cada una de las partes contratantes se comprometa a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y que podría entrar en vigencia desde ya con la membresía de Bolivia, Cuba, Ecuador, Venezuela y Nicaragua, en primera instancia, mientras otras naciones que pudiesen estar interesadas lograsen el cese de sus compromisos con el TIAR. Tratado en el cual la Federación Rusa podría surgir como el gran articulador a partir de las negociaciones que en materia militar viene adelantando unilateralmente con Venezuela, Cuba y Nicaragua.

 

¡No queremos combatir contra los Estados Unidos ni contra ningún país del mundo pero, si insisten en venir contra nosotros les propinaremos su segunda derrota militar en América!

 

¡Hasta la Victoria, Siempre!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

 

(1)    http://ensartaos.com.ve/2014/03/28/articulo/38824

(2)    http://elimpulso.com/articulo/eeuu-emite-una-alerta-de-viaje-a-sus-ciudadanos-para-que-eviten-visitar-venezuela#

(3)    http://panorama.com.ve/portal/app/push/noticia110498.php

(4)    http://www.aporrea.org/actualidad/n248560.html

(5)    http://ensartaos.com.ve/2014/07/17/noticia/39997

(6)    http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/milicias-obreras-se-organizan-para-defensa-soberania/

(7)    http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/02/140226_ultnot_rusia_bases_msd.shtml

(8)    http://sp.ria.ru/international/20140711/160756214.html

(9)    http://www.infodefensa.com/latam/2014/04/01/noticia-rusia-creara-centros-mantenimiento-naval-latinoamerica.html

 

clippor@yahoo.com



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