El vaquero loco y su guión guerrerista

La paulatina y, al parecer, inexorable pérdida de su hegemonía a nivel mundial -disputada en algunos campos por Rusia y China a quienes considera sin ambages sus rivales-, ha hecho que Estados Unidos esté acelerando la puesta en escena de un plan laboriosamente elaborado desde hace unas cuantas décadas por el Pentágono y sus asesores en seguridad nacional y que contempla, sencillamente, el dominio absoluto estadounidense sobre todo aquello que le sea indispensable para sostener su estilo de vida mediante un control indiscutible de recursos y territorios estratégicos. En atención a ello, cada inquilino de la Casa Blanca -desde el ex actor Ronald Reagan hasta el falaz premio Nobel de la Paz Barack Obama- ha contribuido con este guión guerrerista, haciendo ver a su país como un vaquero loco por la irracionalidad y prepotencia con que actúa frente al resto del mundo e imponer sus criterios imperialistas.

Así, las invasiones a varias naciones de Oriente Medio tienen como primordial misión la de apoderarse de los yacimientos de hidrocarburos que éstas poseen más que el combate al terrorismo internacional y el respeto de los derechos humanos, como ya se ha puesto en evidencia tras cada incursión armada de Estados Unidos y de sus aliados de la OTAN, aumentando la inestabilidad y la violencia política propiciadas, precisamente, por estas potencias occidentales. Ahora, sin eufemismos con qué encubrir su estrategia expansionista y neocolonial, la elite gobernante yanqui protagoniza un juego de tensiones diplomáticas y militares con Rusia, lo que ha hecho concluir a muchos analistas que se está en los umbrales de una nueva y más catastrófica conflagración mundial, con unas consecuencias nefastas para toda la humanidad. En tal sentido, Estados Unidos ha recurrido, una vez más, a sus grandes centros industriales de manipulación informativa, distorsionando a su favor todo lo que está ocurriendo con Rusia a propósito de la situación interna de Ucrania. Es un forcejeo entre colosos del que espera Estados Unidos aspira salir airoso, apuntando también a China e Irán.

Como se podrá inferir, el guión guerrerista de este vaquero loco no se limita a lo que sería su confrontación con alguna de estas potencias que, incluso, se han atrevido a tener presencia activa en nuestra América, considerada su patio trasero, sino a todo aquello que represente la posibilidad de implantar un mundo pluripolar, sin centros de poder hegemónico que menosprecien y sometan a su antojo la soberanía de los demás países, ya que todo eso iría en contra de lo que se diseñó en Washington como el nuevo siglo estadounidense, por lo cual todos estaríamos involucrados.-


Maestro ambulante
¡¡¡Rebelde y Revolucionario itinerante!!!
¡¡¡Hasta la Victoria siempre!!!
¡¡¡Luchar hasta vencer!!!


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Homar Garcés


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