El rey de los caramelos visita Washington

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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El viaje del presidente ucraniano, Petro Poroshenko a Washington DC sigue al de aquellos numerosos dirigentes extranjeros, desvergonzados y manipuladores que alargan sus manos hacia el financiamiento, la asistencia militar y el apoyo propagandístico norteamericano. Parecido a la fiesta del Halloween del mes que viene –dulce o truco—donde los niños van de puerta en puerta pidiendo caramelos. El magnate del chocolate le pedirá a los líderes políticos de Washington cientos de millones de dólares en más asistencia sin siquiera ofrecer una barra de chocolate a cambio.

Poroshenko está seguro que va a ser recibido como "héroe" por los elementos intervencionistas y neo conservadores en el gobierno de Obama, en el Congreso norteamericano y en los medios, como también por su contraparte neo conservadora en Canadá. En realidad, Poroshenko fue invitado a pronunciar un discurso ante una sesión conjunta de ambas cámaras del Congreso, honor conferido solo a los más consentidos de los aliados de Estados Unidos, como Benjamín Netanyahu, quien lo ha hecho dos veces ante sesiones conjuntas.

Netanyahu solo viene a Washington cuando él está seguro de regresar a Jerusalén con la garantía de grandes financiamientos, paquetes de asistencia militar y otras espléndidas gentilezas de parte de los contribuyentes norteamericanos.

Poroshenko y otros líderes conocen muy bien esto y tratan de emular la influencia del grupo de presión de Israel, el cual asegura enormes paquetes de asistencia para sus clientes.

El discurso de Poroshenko ante la sesión conjunta lo colocará al mismo nivel de otros actuales y pasados aliados de Estados Unidos, incluyendo al presidente de Corea del Sur, Park Geun-hye, al presidente francés, Nicolás Sarkozy, al Primer Ministro de Italia, Silvio Berlusconi, al Primer Ministro británico, Tony Blair, al Presidente de la República Checa, Vaclav Havel y al Shah de Irán.

En todo caso, el discurso de Poroshenko será olvidado en cuanto este lo pronuncie. Hoy en día, pocos, si es que los hay, miembros más viejos del Congreso recordarán discursos parecidos pronunciados por aliados de la OTAN tales como el Primer Ministro de Italia, Giulio Andreotti, Beatriz, la reina de Holanda o el Gobernador General canadiense, Vincent Massey. Todos esos discursos se convirtieron –como se convertirá el de Poroshenko—en insignificantes notas al pie de página de la historia.

El vocero del Congreso norteamericano, John Boehner, empleando la típica fraseología washingtoniana, elaborada para captar la preferencia de los electores de origen ucraniano en Cleveland y Toledo en el estado de Ohio, declaró que "habiendo el presidente Poroshenko pronunciado su discurso ante el Congreso, constituye otra señal de nuestro firme compromiso con las aspiraciones de su pueblo." Las declaraciones de prensa de Boehner y de otros representantes elegidos, están estandarizadas para tales ocasiones y reflejan las adulantes declaraciones hechas por miembros del Congreso el año 2005 cuando el presidente de Ucrania, Viktor Yushenko, padrino de los hijos de Poroshenko, se dirigió a una sesión conjunta del Congreso.

Poroshenko también será invitado por el presidente Barack Obama a una reunión en la Casa Blanca. Obama elogiará a Poroshenko por haber firmado recientemente el "Acuerdo de Asociación" con la Unión Europea y elogiar los ejercicios militares "Tridente Rápido 2014" realizados en Ucrania por fuerzas ucranianas y de la OTAN y recientemente culminados por la marina norteamericana en el Mar Negro.

El Ministro de la Defensa de Ucrania, Valery Heletey, anunció que los países miembros de la OTAN están enviando armamento a Ucrania para ser empleado contra la población de habla rusa de Ucrania Oriental. El armamento proveniente de la OTAN en Kiev llega cuando el parlamento ucraniano (Rada) aprobó una ley que garantiza una autonomía limitada a la Ucrania Oriental para mantener su propia policía, desarrollar sus propias relaciones con Rusia y garantizar los derechos del idioma ruso. Nada garantiza que el armamento de la OTAN no termine en las manos de las guerrillas neo nazis que exhiben cascos con la svástica y que han ingresado al oriente de Ucrania con el genocidio grabado en sus mentes en primer lugar.

Obama va a utilizar la reunión en la Casa Blanca para amenazar con nuevas sanciones contra Rusia a pesar que el inestable cese del fuego, elaborado a través de negociaciones en Minsk, Bielorrusia lucha por sobrevivir la retórica que lanza el desvergonzadamente pro norteamericano y supuesto cientólogo, Primer Ministro de Ucrania, Arseniy Yatsenyuk, referido como "Yats" por su jefe y mentor de gobierno, Barack Obama, por la Vice Secretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Victoria Nuland esposa del archi neo conservador y experto en política pro israelí, Robert Kagan, que estará seguro de poder alinear al grupo de presión Pro Israel en el Congreso y en los medios de prensa, para ensalzar a Poroshenko como el "salvador de Ucrania", al mismo tiempo que trata con desdén a Rusia.

La misma tanda de eventos se llevará a efecto en Ottawa, donde Poroshenko pronunciará un discurso frente a una sesión conjunta del Parlamento en medio del apoyo del Primer Ministro conservador, Stephen Harper y su gabinete de ministros rusófobos, particularmente su Ministro de Relaciones Exteriores, John "Rusty" Baird de quien se informa que se siente más a gusto en compañía de muchachos de 18 años que con fogueados políticos del Parliament Hill o dignatarios extranjeros.

Como líder político de uno de los estados aspirantes a miembro de la OTAN, Poroshenko descubrirá en Washington que los líderes de la OTAN no tienen más influencia sobre el aparato militar, diplomático, económico, financiero y de inteligencia de Washington, que la que tenía un gobernador inglés de bajo rango en alguna remota colonia del Imperio Británico en la Oficina de Colonias de Londres. Los líderes políticos de los estados miembros de la OTAN vienen y se van de Washington. Luego el presidente Poroshenko y su señora esposa serán invitados a algunas exquisiteces diplomáticas, incluyendo la infaltable ronda de compras por las más caras boutiques y tiendas por departamentos de Washington para la Primera Dama de Ucrania, mientras su esposo se enfrasca en conversaciones con funcionarios de gobierno. En suma, Poroshenko comprometerá a su país a interminables dictados provenientes del cuartel general de la OTAN en Bruselas, del Pentágono, del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de los eurócratas en Bruselas. El acuerdo Faustiano para todo nuevo y aspirante miembro de la OTAN es que será forzado a integrar sus fuerzas militares con las de la OTAN, lo cual significa ingentes ganancias para la Lockheed-Martin, Northrop Gruman, Boeing y otros contratistas militares ansiosos de reemplazar sus plataformas de armamento antiguo, incluyendo sus aviones por equipamiento "estandarizado" de la OTAN.

Poroshenko también será agasajado por cierto número de organizaciones de norteamericanos y canadienses de ascendencia ucraniana que históricamente han apoyado a los elementos más reaccionarios y alineados con el fascismo en Ucrania. En Estados Unidos, estas comunidades derechistas de la diáspora ucraniana se concentran en Nueva York, Pensilvania, Ohio, Nueva Jersey, norte de Illinois y California. Estas agrupaciones de origen ucraniano donde se incluye el Comité de Asistencia Ucraniano-Norteamericano y la Fundación Estados Unidos-Ucrania, han donado chalecos antibalas, anteojos de visión nocturna, cascos y botas para los militares ucranianos y para las fuerzas de la guardia nacional y las milicias sin ninguna interferencia de parte de las autoridades norteamericanas a cargo de la exportación de equipo militar.

Poroshenko dejará Norte América rumbo a Ucrania luego de haber comprometido al país a convertirse en un cliente militar y económico de la OTAN y de Estados Unidos. Europa está repleta de países que han ingresado a la OTAN y a la Unión Europea solo para encontrarse constantemente presionados para que aumenten sus gastos de defensa, para involucrarse en el insensato ruido de sables representado por la "nueva defensa antimisilística" y otros sistemas de armas que apuntan a países como Rusia e Irán, como también a someter sus economías a draconianas medidas de austeridad exigidas por los banqueros globales en Frankfurt, Londres y Nueva York.

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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