Ucrania se roba la película en Milán, no hubo avances

La décima Reunión Cumbre Asia-Europa, (ASEM sigla en inglés) se llevó a cabo en la ciudad de Milán entre el 16 y 17 de los corrientes. La cuestión de la relación entre Europa y la activamente pujante Asia palideció en comparación con los eventos de Ucrania. Las agitadas reuniones de los jefes de gobiernos y los altos dirigentes de la Unión Europea, con la participación de los presidentes Putin y Poroshenko en reuniones colaterales de la ASEM se robaron la película y alcanzaron las primeras páginas de los medios. Los europeos estuvieron particularmente preocupados en torno a la estabilidad del suministro de gas ruso a través del territorio de Ucrania.

El 15 del corriente, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, señaló que en la próxima reunión en Milán con el presidente Vladimir Putin en Milán, había sido planteada a través de conferencias telefónicas con los líderes europeos.

"El lado europeo solicitó una conferencia telefónica como parte de las preparaciones en anticipación a la muy importante reunión de mañana en Milán, donde los líderes de la Unión Europea se reunirían para establecer conversaciones sumamente importantes con la dirección política de la Federación de Rusia, centrándose en el extremadamente importante tema de la paz en Ucrania, el acuerdo de paz, el proceso político y la reducción de la escalada en el oriente del país", dijo Poroshenko, agregando "que el mundo cifraba grandes esperanzas para mañana."

En gran medida, el presidente norteamericano, Barack Obama, el presidente de Francia, François Hollande, el Primer Ministro de Italia, Matteo Renzi, el Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron y la Canciller alemana, Angela Merkel, dijeron aproximadamente lo mismo.

Las conversaciones entre el 16 y 17 de los corrientes demostraron ser extremadamente difíciles y no despertaron muchas esperanzas de resultados rápidos y satisfactorios. La brecha es demasiado grande. Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso, comentó que los líderes discutieron el tema de Ucrania por más de dos horas y media, manteniéndose las diferencias en torno a las cuestiones centrales. "Desgraciadamente, algunos participantes en la reunión desayuno de Milán se mostraron totalmente reacios a comprender la realidad del sud oriente de Ucrania", dijo Peskov. Según el vocero ruso, algunos de los participantes no estaban dispuestos a reconocer el verdadero estado de las cosas en el este de Ucrania. "Desgraciadamente algunos participantes de la reunión mañanera se mostraron completamente reacios a comprender la verdadera situación en el sud-este de Ucrania", indicó a los corresponsales.

A pesar de eso, los participantes estuvieron interesados en encontrar soluciones mutuamente aceptables. La reunión-desayuno contó con la presencia de los presidentes Vladimir Putin y Petro Poroshenko y otros dirigentes europeos, comenzó en Milán el 17 de los corrientes. El evento fue organizado por el Primer Ministro de Italia, Matteo Renzi como parte de la Décima Reunión Cumbre Asia-Europa, ASEM. A la reunión también asistieron el Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, la Canciller alemana, Angela Merkel, el Presidente de Francia, François Hollande, el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso y el Presidente del Consejo de Europa, Herman Van Rompuy. Después del almuerzo, las conversaciones se prolongaron en el "formato Normandía". La reunión de Putin y Poroshenko se llevó a cabo más tarde.

Los principales puntos en discordia fueron un acuerdo incluyente para el conflicto ucraniano, sobre la base del Memorándum de Minsk. Las partes estuvieron de acuerdo en que hubo poco avance en esto. El Primer Ministro italiano, Matteo Renzi, catalogó las conversaciones como "constructivas", aunque reconoció que existen "obvias diferencias" entre los países y que la solución de la crisis "no será rápida ni inmediata y que necesita tiempo." Se hizo evidente que las soluciones en el formato Kiev, Bruselas y Washington (la presencia de Estados Unidos fue invisible pero se sintió) no eran factibles. Según el presidente Petro Poroshenko, las conversaciones confirmaron la validez del Memorándum de Minsk (los 12 puntos incluidos). "La primera decisión fue que todos las partes firmemente se adherirán al Memorándum de Minsk y concentrarán sus esfuerzos en la implementación de todos los 12 puntos que contiene el documento", señaló. Otra decisión consideró la realización de elecciones legales en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. "Las elecciones locales que se celebren en Donetsk deben descansar sobre una base legal, la cual yo firmé" (refiriéndose a la ley ucraniana sobre el status especial del Donbass del 16 de septiembre de 2014).

No hay nada nuevo en torno a la efectividad del Memorándum de Minsk, de otra manera no habría sido firmado. El acuerdo en torno a las futuras elecciones es más bien turbio. La República Popular de Donetsk, RPD realizará sus propias elecciones el día 2 de noviembre venidero a pesar que el presidente intenta firmar una ley sobre sobre la autonomía especial para las regiones orientales de Ucrania. El Primer Ministro de la República Popular de Donetsk, Alexander Zajarchenko, señaló el 17 de octubre recién pasado, "nosotros ignoraremos esa ley."

Esa ley no nos concierne ya que ha sido firmada por el presidente de otro país. Nosotros nos estamos preparando para las elecciones del 2 de noviembre próximo. Nos hemos decidido por la independencia. Creemos que nuestro territorio ha sido ilegalmente ocupado," reafirmó. Además, ninguna de las repúblicas estuvo representada en las conversaciones de Minsk.

Numerosos aspectos continúan sin aclararse en torno al acuerdo gasífero.

Según Petro Poroshenko, en este aspecto se ha avanzado un poco. "Hemos logrado un cierto avance limitado sobre la cuestión del gas. Nos hemos puesto de acuerdo sobre los principales parámetros del contrato y hemos reanudado las conversaciones sobre los recursos para cubrir el déficit en los fondos necesarios para financiar los contratos." Resulta difícil comprender lo que realmente el presidente quiere decir. El Gerente General de Gazprom, Alexei Miller, dijo que el acuerdo para el tránsito del gas no fue discutido y no formó parte de la agenda.

Occidente es reacio a llegar a fondo de lo que está sucediendo en Ucrania y sigue adoptando un enfoque más bien especulativo. Las conversaciones de Milán no han producido ningún avance. Existe la percepción persistente que tan pronto como Estados Unidos se involucra con un lado u otro en las negociaciones tripartitas entre la Unión Europea, Ucrania y Rusia, el avance en la cuestión ucraniana de inmediato choca con impedimentos y se estanca. Tal vez Washington piensa que la prolongación de la crisis le permitiría matar dos pájaros de un solo tiro, es decir, haría que Ucrania asuma la doble carga de sumir al país en un caos controlado y debilitar a Europa y a Rusia mientras se enfrascan en una guerra de sanciones y anti-sanciones.

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona



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