Ucrania: crisis de la estatidad

El 2 del corriente se llevaron a cabo las elecciones presidenciales y parlamentarias en dos de las repúblicas de Nueva Rusia – Donetz y Lugansk. El solo hecho que las elecciones se llevaran a efecto a pesar de la oposición de Kiev, es fundamental para comprender la situación de Ucrania y su entorno.

Como nota histórica podemos decir que el término que refiere el territorio que devino en parte del Imperio Ruso a consecuencia de las guerras ruso-turcas durante la segunda mitad del siglo XVIII. Con posterioridad a la Revolución de 1917 y la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS el territorio que estaba extensamente poblado y desarrollado por rusos étnicos pasó a ser parte de la República Soviética de Ucrania, la cual junto a la República Soviética de Rusia y otras, conformaron parte de un estado soviético único. Hoy en día, el término Nueva Rusia mayormente se refiere a la unión confederada de las auto proclamadas repúblicas de Donetz y Lugansk, las cuales no han sido reconocidas por el régimen establecido en Kiev a consecuencia del alzamiento del mes de febrero pasado.

Las elecciones de la República Popular de Donetz, RPD y en la República Popular de Lugansk, RPL produjeron una alta asistencia de electorado; alrededor del 85 por ciento en la RPD y alrededor de 68,7 por ciento en la RPL. En comparación, cuando se realizaron las elecciones parlamentarias en Ucrania, el 26 de octubre pasado, el flujo de votantes, factorizando todas las distorsiones y falsificaciones a penas pasó del 50 por ciento.

Durante las elecciones en la RPD y en la RPL los observadores no detectaron ninguna manipulación sospechosa en los registros de las urnas. El conteo de votos se realizó sin dilaciones y a tiempo y los jefes de las comisiones electorales no desaparecieron con la documentación como ocurrió en Ucrania.

Las elecciones en Nueva Rusia fueron minuciosamente monitoreadas por observadores internacionales.

El miembro de un grupo de observadores, el francés MEP Jean-Luc Schaffhauser que supervisó las elecciones en la RPD dijo que "no vio infracciones. De hecho, las autoridades se auto legitimaron. Tal como en Ucrania después de la rebelión. Desgraciadamente el Parlamento Europeo está dominado por un solo punto de vista. Pero yo como alguna vez fui teólogo, yo escucho todos los puntos de vista."

Otro observador y representante de la Agencia para la Seguridad y Cooperación en Europa (ASCE sigla en inglés) Ewald Stadler, dijo: "He sido observador electoral durante mucho tiempo y nunca había visto tanta cola en los lugares de votación. La gente hacía cola durante más de una hora… yo creo que los resultados electorales en la RPD reflejan la voluntad del pueblo. Yo insto a la Unión Europea a reconocer esta expresión de voluntad."

Las elecciones del 26 de octubre pasado en Ucrania y las elecciones en las dos repúblicas de Nueva Rusia del 2 del corriente, al tiempo que Rusia respeta la declaración de la voluntad el pueblo de Ucrania del Sureste, han devenido en un paso más hacia el surgimiento de una nueva realidad geopolítica en Europa Oriental.

Este proceso se inició con la rebelión en Kiev el 22 de febrero de este año, el cual fue llevado a cabo por nacionalistas con el apoyo de elementos neo fascistas. El rechazo de la población de habla rusa en el suroriente de Ucrania (región histórica y cultural de Nueva Rusia) y principalmente en la región del Donbass, para no reconocer el alzamiento, en los referéndums del 11 de mayo en los cuales la mayoría de la población de Donetz y Lugansk votó a favor de un estado de independencia en las auto proclamadas repúblicas de Donetz y Lugansk, las elecciones presidenciales de Ucrania realizadas el 25 de mayo donde la región de Donbass fue excluida y la lucha de los insurgentes de la RPD y de la RPL por liberarse del régimen inconstitucional de Kiev, todo esto ha reforzado el diseño de esta nueva realidad. Las elecciones llevadas a cabo en dos partes separadas de Ucrania, han dividido por completo política y legalmente a las poblaciones de Nueva Rusia y el estado de Ucrania.

Luego de la victoria en la lucha armada por la soberanía de facto y llevar a cabo elecciones independientes, Nueva Rusia ha comenzado a poner esta soberanía en práctica. La voluntad de los pueblos de Donetsk y Lugansk ha sido abiertamente declarada y los intentos por ignorarla serán totalmente infructuosos.

El experto en derecho internacional y Vicesecretario General de la ONU, Sergei Ordzhonikidze, señala que desde el punto de vista del derecho internacional, un gobierno que efectivamente administra su territorio es legítimo, al margen del status que se le atribuya desde el exterior. "Actualmente, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk son repúblicas independientes de facto en las cuales la legislación de Ucrania no aplica. Los resultados del referéndum de fecha 11 de mayo en estas repúblicas, en el cual la población votó a favor de la independencia, constituyen el basamento para esta independencia.

Es por eso que las elecciones del 2 de noviembre pasado son la continuación lógica de la legal construcción de estas dos auto denominadas repúblicas."

El establecimiento de la soberanía de las repúblicas de Nueva Rusia es al mismo tiempo poner punto final a la existencia del estado de Ucrania en las fronteras que ha tenido desde el colapso de la Unión Soviética en diciembre del 1991 cuando la República Soviética de Ucrania devino en estado independiente.

La responsabilidad por la auto destrucción de Ucrania, que, para todos los efectos y propósitos ya está en camino, radica por completo en el régimen de Kiev y sus patrocinadores occidentales. La gente que representa al actual régimen de Kiev en un principio violó los acuerdos internacionales el día 21 de febrero mediante un paquete de medidas para resolver la crisis política (una de las cláusulas de estos acuerdos fue la de realizar elecciones presidenciales en Ucrania en el mes de diciembre del año 2014) habiendo organizado el derrocamiento del legítimo presidente. Luego de negarse a abrir un nuevo diálogo con activistas comunitarios y de la sociedad civil del Donbass, ellos prácticamente expulsaron a las repúblicas de Nueva Rusia fuera de Ucrania. Todo esto en medio de una histeria nacional acerca del retorno al Donbass y a la "lucha contra los terroristas."

La lógica de tales medidas es comprensible en el contexto de los intentos del régimen por fortalecer la organización militar del estado de Ucrania y militarizar la economía del país, la cual experimenta una grave caída.

El régimen aun tiene la esperanza de encontrar una vía para salir de la crisis de la estatidad ucraniana empleando la fuerza. Esto también lo señala el presidente Poroshenko cuando decidió derogar la ley "Sobre el ordenamiento especial de las regiones autónomas y separadas de Donetsk y Lugansk Oblast" , en otras palabras, regiones controladas por insurgentes. En la práctica, este retiro de los acuerdos de Minsk debería lógicamente ser seguido por la reanudación de las operaciones militares de Kiev contra la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lungansk.

Markiyan Lubkivsky, asesor del jefe del Servicio Estadal de Seguridad de Ucrania, dice "podemos ganar esta guerra si nos atenemos al escenario de Croacia."

Lubvkivsky se refiere a la "Operación Tormenta" llevada a cabo por el ejército de Croacia en el mes de agosto de 1995. La operación destruyó en cuestión de días a la auto proclamada República Serbia de Krayina, cuya existencia se prolongó por cuatro años con el apoyo de Belgrado. Recordaremos que los croatas efectuaron una limpieza étnica en gran escala contra los ucranianos serbios. El "Kiev-Europeizado" contempla deshacerse por completo de la población local de habla rusa como una natural "solución final" total del problema del Donbass.

Poroshenko y su entorno todavía no logra entender que ellos no tienen ninguna posibilidad de obtener una victoria militar sobre Nueva Rusia. Más bien, si se reanudan las operaciones militares, los insurgentes tendrán la oportunidad de recuperar el territorio que controlaron hacia fines del mes de junio y quizás también conquistar las regiones industriales vecinas y alzarse en una revuelta contra el régimen.

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona



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