La doble jugada de las FARC

La estrategia de los mandos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y Ejercito del Pueblo, dejó en ridículo a Juan Manuel Santos y lo obligó a sentarse en la mesa de unas negociaciones, que para el espectro mediático, le interesan, pero que para sus compromisos con la oligarquía a la cual pertenece no son viables y deben ser torpedeadas pero dejando a las FARC -EP, como los responsables de la ruptura.

De otra manera no se explica la payasada montada con el General Rubén Dario  Alzate Mora, que fue a provocar a la guerrilla en su territorio. Este oficial, comandante de la un idad antiguerrillera, “Fuerza de Tarea Conjunta Titan”,  con 33 años de servicio, tiempo suficiente para el retiro, es el más cuestionado por sus incursiones en las cuales presuntamente ha violado todos los derechos fundamentales de combatientes y civiles, mediante los ya conocidos métodos de la tortura y los falsos positivos, política de estado, durante la presidencia de Alvaro Uribe Velez y del propio Juan Manuel Santos, como Ministro de la Defensa.

Evidentemente que la “inocente” presencia de Alzate, en El Chocó, en “Misión Humanitaria”, no tenía otra lectura que poner a la guerrilla en tres y dos. Si lo dejaba pasearse por ese territorio rebelde, como el guapo de barrio, que no le teme a nadie, evidentemente que sería una muestra de debilidad, que dejaría al “Bloque  Iván Ríos” muy mal parado y tendría repercusión en la moral de quienes están al frente del dialogo en la Habana, negociación que se lleva a cabo de una manera muy singular, pues el presidente Santos no ha querido el armisticio, ni el cese unilateral de las acciones militares, lo que permite a las fuerzas en pugna, mantenerse en batalla, mientras sus representantes negocian. 

La otra alternativa era hacer valer la autoridad rebelde y apresar al insolente intruso, que le desafiaba en su propio territorio, a riesgo de que el gobierno esgrimiera la acción como argumento para romper las conversaciones de paz. En este escenario el gobierno de Juan Manuel Satos, quedaría en el ámbito internacional, como el pacifista y las FARC-EP, como los “terroristas”, que se empeñan en mantener a Colombia hundida en la violencia.

Pero la doble jugada maestra de los rebeldes, les permitió salir airosos del embarazoso asunto. Hicieron respetar su territorio y al mismo tiempo le arrebataron el as de la manga al presidente Santos. Porque inmediatamente como gesto de buena voluntad comenzaron a liberar prisioneros y a pedir condiciones de seguridad y la intervención de factores internacionales, para liberar al militar prisionero y a sus acompañantes,  abogada Gloria Urrego y el cabo  Jorge Rodríguez, como efectivamente ocurrió en El Chocó, donde fueron entregados a la Cruz Roja Internacional y a los representantes de los gobiernos garantes de la operación.

Ante este inesperado desenlace, Alzate ha tratado de justificar su acción y supuestamente para pagar su error, solicitó la baja de la fuerza. En el show mediático aprovechó para encender el ventilador en contra de los rebeldes, a quienes acusó de terrorista y de haberles secuestrado en condiciones de indefensión, con lo cual a su juicio se violaron flagrantemente los Derechos Humanos y el Derecho Internacional.

El inmoral doble racero para definir escenarios: Cuando las fuerzas del gobierno, asesinan, hieren y apresan a combatientes rebeldes, mataron y capturaron a bandoleros y terroristas. Cuando las FARC, toma prisioneros a militares en acciones bélicas, los secuestran y les violan sus derechos, aun cuando los traten como a delicadas damas.

Alzate, dice que les violaron sus derechos a él y sus acompañantes, tomados prisioneros por las fuerzas rebeldes, el 16 de noviembre en  El Chocó, pero, cuando los militares aplican los “falsos positivos”  a campesinos, están defendiendo la patria y sus instituciones

Los militares y los oligarcas, tienen derechos humanos, pero: Neil Garay, José Armando Cadena, Jhon Jairo Garzón y Sergio Luis Santos, que se cocieron la boca para llamar la atención del mundo, porque junto a otros 180 reclusos de la Cárcel Eron Picota de Bogotá, buena parte de ellos heridos y con enfermedades terminales, los están dejando morir de menguas, negándoles asistencia médica, esos no tienen derechos humanos.

Bajo la consigna de “Unidos todos por la paz”, “La dignidad y la vida dentro de los muros de la infamia”, estos patriotas se mantienen en huelga de hambre, para desenmascarar la doble moral del gobierno del presidente Santos, a quien los estrategas de la guerrilla le estropearon  la fiesta con esa magistral doble jugada de las FARC -EP.



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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