Notas sobre un mes de gobierno de Syriza

  1. Ha pasado solo un mes del gran triunfo que conmovió Europa y llevo a Syriza bajo el comando de Tsipras al gobierno.  En este mes ha tenido que enfrentar las negociaciones con el más poderoso enemigo de Grecia y los pueblos de Europa: a la llamada troika que no es otra cosa que las instituciones europeas y  todos los gobiernos del eurogrupo, que terminan curvándose ante la Merkel.

Hay sectores de la izquierda que en base a los acuerdos alcanzados ya dicen que Syriza capituló y que el proceso se terminó. Que la realidad les dio la razón. Esta no es nuestra opinión. Compartimos críticas a las negociaciones que se hicieron pero sería un grave error llevar estas críticas para sepultar al proceso encabezado por Syriza y a su gobierno.  La lucha sigue abierta y el proceso no está perdido, por el contrario la lucha recién comienza.

Se abren momentos difíciles para el gobierno de Syriza y el pueblo griego y tenemos que apostar con nuestra acción para que siga siendo un puntal en la larga y dificultosa lucha por derrotar la troika y la globalización neoliberal.

  1. Todos los acuerdos hechos hasta ahora por los países deudores consistieron,  hablando simple, en una reestructuración económica que ha significado dar el dinero de quien trabaja a la banca, sea mediante la baja de los salarios, las pensiones, la precarización o el desempleo para la juventud, los recortes a la asistencia pública, la salud y la educación. Los acuerdos firmados por los anteriores gobiernos griegos han sido de los más leoninos, los que más daño hicieron a un país. Europa, como en su momento lo dijo Eduardo Galeano para América Latina, también  ha abierto sus venas para que su trabajo y riqueza (sobre todo de los países del sur), vaya a parar a grandes corporaciones y los grandes banqueros que dominan la eurozona. Las imposiciones, (mejor dicho que acuerdos) de la troika con los gobiernos de turno, han significado  también la liquidación de los mecanismos democráticos de decisión del pueblo, ha convertido a los partidos en agentes al servició del grandes capitalistas, lo que ha deformado y vaciado los regímenes democráticos burgueses.
  1. Syriza subió al  poder levantando  un programa anti austeridad que se confronta con los planes de la troika. El entusiasmo que causó este triunfo es compartido no solo por los que lo votaron en Grecia sino por millones en toda Europa y el mundo. El programa electoral que presentó presuponía quedar dentro de la zona del euro con la política de posponer y condicionar el pago de la deuda al crecimiento del país, y al mismo tiempo,  quedando  con las manos libres para aplicar las medidas anti austeridad. La contradicción lógica que existía y sigue existiendo es que ese programa de combate a la austeridad significaba una negociación con la maldita troika de los planes de austeridad. 

La impresión que dejaba esta política del sector mayoritario de Syriza bajo la dirección de Tsipras, es que se especulaba en que habría ciertas fisuras dentro de la burguesía europea entre el ala dura encabezada por la Merkel,  con la socialdemocracia francesa, y el mismo Dragui, lo que permitiría obtener concesiones importantes para ganar tiempo y aplicar la política mínima anti austeridad.  

Pero no ocurrió de esta manera. Todos cerraron filas en defensa de la banca alemana y su gobierno, en primer lugar los países más afectados de Portugal, Italia e Irlanda ante el temor que sus cabezas rodasen ya mismo si se hacia un acuerdo diferente. De ahí que Syriza tuvo que confrontar directamente con la implacable troika.

  1. Las negociaciones terminaron el 24 de Febrero con las últimas propuestas presentadas por Syriza y aceptadas por el eurogrupo.  El acuerdo mereció críticas fuertes del ala izquierda de Syriza. De miembros del Comité  Central como  Kovelaskys al igual que Manolis Glezos, el viejo luchador antifascista que hoy es diputado a los 92 años.

Es verdad que en las negociaciones del viernes Syriza hizo grandes concesiones, entre ellas la supervisión de las medidas que tome por parte de las instituciones europeas, el reconocimiento de la deuda total, el tiempo de este acuerdo que  vale para cuatro y no seis meses cuando Grecia tendrá que pagar 6 millones de euros al FMI, entre otras.

En las propuestas que hizo el martes (rápidamente aceptadas por el eurogrupo), las cosas quedaron más ambiguas, entre ellas no está registrado el superávit presupuestario.  Quedó la impresión que las cosas están más abiertas y que hay interpretaciones diferentes sobre varios temas importantes y que Syriza conseguirá implumemente en estos tres meses medidas de emergencia para combatir la pobreza extrema por parte del gobierno. Parecería que luego de la negociación del viernes, en las cuales  Syriza cedió mucho,  el nuevo texto deja varias cuestiones en forma ambigua (por ejemplo privatizaciones donde dice las dos cosas diferentes una que va a haber privatizaciones y en otra que puede no haber las que están en marcha)

Según el columnista Krugman del NYT “la cuestión era saber si Grecia sería forzada  a imponer más austeridad”.(…) El gobierno griego anterior había concordado en triplicar el superávit primario en los próximos años. (…) Eso no sucedió, y la verdad es que Grecia ganó nueva flexibilidad para este año y que el lenguaje sobre los excedentes futuros está oscuro. Eso puede significar cualquier cosa o nada”.

Según Francisco  Louça del Bloque de Esquerda,  Syriza fue a las negociaciones sin un plan B, es decir sin un plan de mantenerse firme en todas sus propuestas (inaceptables por la Merkel), o sea que no fue el as de espada en la mano lo que hubiera terminado con la expulsión de la zona del euro y las imprevisibles connotaciones que esto abriría. Sabiendo el costo que pagaría por la salida del euro es que la Merkel hizo a su vez ciertas concesiones.

De todas maneras la cuestión decisiva es cuál será la actitud del gobierno en las negociaciones de Junio. Si la estrategia es ganar tiempo sirve este pequeño prolongamiento para encarar la emergencia social y así fortalecerse ante las masas, pero en Junio la discusión ya será otra.

  1. Es decir que la historia no acabo con estos acuerdos. Coincidimos con que Syriza hizo concesiones pero que también ganó tiempo. Y dejo muchas ambigüedades planteadas.  Por eso la lucha recién comenzó. Una amplia mayoría del pueblo griego 80%  está apoyando a los pasos que dio Tsipras y esto no puede ser una casualidad, de alguna manera ve que las cosas están en un punto diferente a la de los otros gobiernos y hay expectativas. Estas expectativas pueden desaparecer según actué el gobierno en estos meses y particularmente en Junio donde se decidirá más claramente el curso que tome la situación.

Por otra parte, existe una izquierda en Syriza, que marcando sus posiciones no está actuando irresponsablemente. Por ejemplo es el caso de Kouvelakys quien hace las críticas sin dejar por ello de sostener al gobierno de Syriza, hizo una correcta  alerta: “si queremos evitar una segunda, y esta vez decisiva, la derrota - lo que pondría fin al experimento izquierdista griego,(….) tenemos que mirar la realidad de enfrentar y hablar el lenguaje de la honestidad. El debate sobre la estrategia debe finalmente recomenzar…..”

Esquemáticamente, mirando el proceso desde lejos,  podemos presentarnos dos hipótesis. Una de ellas es que el gobierno apueste a seguir con este programa mínimo reformista sin comprometerse con el superávit prespuestario e intente pasarlo en un nuevo acuerdo. En medio de la actual correlación de fuerzas que hay nos parece que esta sería la variante más utópica y como dice Kouvelskys no armaría al pueblo sobre lo que va a venir. El gobierno se vería obligado a adaptarse a nuevas exigencias para terminar aplicando medidas de austeridad, así sea con menor rigidez que los anteriores. (Habría que saber si en Grecia hay algún sector burgués soberanista apoyando al gobierno).

La otra variante, y que en nuestra opinión es la más probable y para la que se tiene que preparar Syriza, es que el gobierno sin apoyo en Europa y en la burguesía local prepare a las masas para una negociación dura en la que termine con su expulsión de la zona del euro. Esto  obligaría al gobierno a tomar urgentes medidas anticapitalistas nacionalización de la banca, control de todos los capitales etc.

Un elemento fundamental y por el cual no podemos dar el proceso cerrado es que el terremoto que se inició en Grecia (y que no se va a parar en poco tiempo), se propague más rápido de lo esperado a España, Irlanda y porque no a Portugal u otros países. No podemos adivinar lo que va a pasar, pero la profunda crisis europea continúa y las condiciones han cambiado después del triunfo de Syriza. 

  1. Nos tenemos que guiar con cautela para comprender las nuevas situaciones que se viven en este siglo XXI en la que Grecia es muy importante.  Se trata de no perder herramientas políticas y metodológicas. Desde el punto de vista metodológico tomar la realidad en su totalidad y no una parte de ellas como acostumbran a hacer los movimientos ultras o sectarios:  yá la parte habló (los acuerdos) y esto determinó el todo, (la capitulación definitiva y el fin de Syriza)

 Y por otra parte no confundir los momentos del proceso progresivo ( y/o revolucionario, si se quiere definir de esta forma), que pasa en Grecia como si ya se tratase de una revolución de los trabajadores y el pueblo con sus organismos de poder listos. Syriza subió al poder por elecciones. Detrás de las mismas hubo un poderoso movimiento de movilización. Pero tenemos que distinguir entre un triunfo electoral y una revolución. Tenemos que tomar a Syriza como lo que es para juzgarla, lo que no significa marcar críticas y errores como parece estar haciéndolo su ala izquierda.  El terremoto que provoco el gobierno de Syriza en Europa no es porque  sea revolucionario o reformista sino simplemente porque propuso una política alternativa a la de la austeridad.

 Apostamos a la continuación de esa política,  de un proceso que puede también tener sus idas y venidas. Los revolucionarios latinoamericanos  tenemos nuestro propio acumulo de experiencia gracias a los procesos anti neoliberales que se abrieron vía elecciones después de las grandes movilizaciones que ocurrieron en los inicios de la década en nuestro continente, sus años de ascenso y ahora su declive. Pero fueron años de ascenso en las que las corrientes sectarias quedaron marcadas por las masas para quedar totalmente por fuera sin ninguna incidencia en esos años ni actualmente.

Los grupos de izquierda críticos que existen en Grecia por fuera de Syriza, pueden acumular militantes diferenciándose y haciendo blanco al gobierno de Syriza de todos los problemas. De nuestra parte sin dejar de señalar críticas afirmamos que es el momento de frente único y de acción desde dentro del proceso, desde Syriza, de movilización concreta alrededor de llevar adelante el programa mínimo anti austeridad  y no de pretender ya poner a Syriza como enemigo de los trabajadores. Esta política solo confundiría a los trabajadores y al pueblo griego y ayudaría a la derecha griega, a la troika y mismo a los sectores neofascistas. Es el momento que la principal tarea es actuar y apostar para que el proceso avance y muy especialmente que contagie a más países. 



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Pedro Fuentes

Dirigente del MES (Movimento Esquerda Socialista). //// Pedro Fuentes é dirigente do MES (Movimento da Esquerda Socialista) - PSOL. /// Pedro Fuentes is a leader of MES-PSOL.


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