El belicismo de EEUU: una nación estructurada sobre el fanatismo religioso de una élite económica

En 1846 los yankees invadieron México y se anexaron la mitad del territorio mexicano ahora los Estados de Texas, California, Nevada, Utah, Arizona, Nueva México, parte de Colorado y Wyoming. En 1898 declaran la guerra a España y se apoderan de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guan. A lo largo del siglo XX el gobierno estadounidense realizó numerosos actos de intromisión en los asuntos internos de todos los países latinoamericanos, conjuntamente con 11 acciones de invasión con miles de muertos entre la población civil, para controlar política y económicamente el resto del continente americano.

En 1917, tres años después de haber comenzado la guerra de Europa de 1914, Estados Unidos se incorporaron a ella y la convierte en la Primera Guerra Mundial. En 1941 se incorpora a la 2ª Guerra mundial iniciada en 1939. Harry S. Truman ordenó el lanzamiento de bombas atómicas, en 1945 a finales de la Guerra sobre la ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, causando la muerte a cientos de miles de mujeres, niños y ancianos, hecho calificado como innecesario porque Japón daba signos de estar entregado. En el año 2003 George Bush ordenó la invasión militar de Irak porque supuestamente Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva, lo cual se demostró era mentira. Como consecuencia fue reducido a ruinas un próspero país con miles de niños, mujeres y ancianos muertos.

En 2011 Barak Obama ordenó la destrucción de Libia dizque para imponer un régimen democrático, con el resultado de miles de mujeres, niños y ancianos muertos y la destrucción del país más próspero de África. Estos actos bélicos de la más grande potencia militar del planeta no pueden calificarse de otro modo que de genocidios conscientes. Lo particular de estos hechos es que los autores no hayan dado demostraciones de sentir el menor remordimiento por tan criminales acciones.

Se dice que cuando una persona que nunca ha matado a nadie mata a otro, vomita y el recuerdo del hecho lo atormenta. Pero los presidentes de los Estados Unidos y los generales del Estado Mayor del ejército parecen que el recuerdo de los genocidios cometidos por ellos los deleitaran.

Los reyes en el pasado comandaban ejércitos que invadían y destruían ciudades porque ellos creían ser descendientes de los primeros reyes que bajaron del cielo, según los más antiguos registros “históricos”, para poner orden en la tierra de acuerdo a su saber y entender. Con la caída del Imperio romano apareció el dominio político de la Iglesia católica gobernando junto con reyes trayendo el oscurantismo y la pobreza de la Edad Media en Europa.

Esos reyes eran incultos e ignorantes, pero a todos incluyendo a Carlomagno, el emperador del Sacro Imperio Romano, que era analfabeta, los movía la creencia de que eran elegidos por Dios para gobernar en la tierra. Una suerte de semi- dioses, por lo tanto infalibles en sus decisiones.

La división de la Iglesia católica por Martín Lutero da lugar a las corrientes protestantes en el norte de Europa y la aparición en Suiza de Juan Calvino quien crea un nuevo paradigma de los elegidos de Dios para representarlo en la tierra. Según Calvino, Dios ha destinado, antes de la creación, a unos hombres a la vida eterna y ha sentenciado a otros a la eterna muerte. A los elegidos Dios les otorga toda clase de premios y de bienes, capacidad para optar por lo bueno y la capacidad de comprender la palabra de Dios. Los elegidos imitarán a Dios en el trabajo perfecto e incansable que él realizó. A los demás mortales (los condenados) Dios los olvida, les retira los dones naturales; entre los bienes que les quita figuran la inteligencia, el afán de trabajo, la organización y los entrega a sus propio placeres, a las tentaciones del mundo y al poder de las tinieblas.

Como no se sabía quién era elegido o condenado, los protestantes intentaban demostrarse a sí mismos y a los demás que eran elegidos, desarrollando habilidades para hablar y escribir, mostrando afán por el trabajo, un comportamiento voluntarioso y haciendo gala de una vida sobria y sin lujos ni ostentaciones. Simplificando, si a alguien le iba bien en los negocios, era austero en la vida y se hacía rico, era una demostración de que ser uno de los escogidos por Dios para gozar de la vida eterna.

La Revolución Industrial impulsada por los protestantes hizo surgir entre ellos la creencia ya no individualmente sino como colectividad humana, de que habían sido escogidos por Dios para salvar a la humanidad. En otras palabras la burguesía había sido escogida por Dios para salvar al mundo conduciéndolo por el camino del capitalismo.

Dos corrientes calvinistas perseguidas en Europa por extremistas y por razones económicas y políticas, llegaron a lo que hoy conocemos como Estados Unidos. Los "pilgrims" que llegaron en el velero May Flower en 1620 y los puritanos ortodoxos que arribaron mucho después, inmersos en ideas retrógradas para la época. Los primeros se asentaron en el norte y se desarrollaron industrialmente. Los otros crearon el sistema agrícola de explotación esclavista en el sur.

Según Calvino, la principal virtud del hombre es el trabajo, que conduce al ahorro y la inversión, conductas que permitieron el incremento de las riquezas de los colonos en Norteamérica. En lo social, la supuesta existencia y condena de las razas sin alma estimuló la extinción de los indígenas y la expansión territorial. Posteriormente, también el tratamiento deshumanizado hacia los negros.

En esas dos corrientes teológicas está en germen, el pensamiento político de los partidos demócrata y republicano, uno más flexible y participativo. El otro, más agresivo e intolerante. Pero ambos conservan el concepto calvinista de superioridad y de que están en este mundo para administrar sus riquezas naturales. Lo que convertido en hábitos mercantiles pasa a ser factores epigenéticos de transmisión hereditaria a las sucesivas generaciones, lo que permitió la estructuración de un Estado sobre la base del fanatismo religioso.

Las creencias religiosas señalando grupos humanos escogidos por Dios son el punto de partida de las exclusiones sociales y el racismo. Esas ideas son luego apuntaladas por los planteamientos supuestamente científicos de Charles Darwin y Thomas Malthus. Si a eso sumamos el fanatismo tenemos la ecuación completa que nos explica la conducta guerrerista y destructiva de la elite estadounidense.

Psicológicamente el fanático manifiesta una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y/o monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado. Algunas veces discriminatorio y violento. El fanático evita el debate y la búsqueda común de la verdad. El fanático se comporta como si poseyera la verdad de manera tajante. El fanático generalmente es ignorante e ingenuo a la vez. No acepta consejos ni modificaciones, por lo tanto no cambia su manera de pensar. El fanático actúa como fiscal o juez de la verdad.

Las características de la personalidad del fanático coinciden con las del sociópata, que es una persona que en su infancia careció de afecto y por eso no aprendió a amar. El 4% de la población mundial está constituida por sociópatas. La elite mundial que controla las finanzas y la política es sociópata y afinca su conducta guerrerista en creencias religiosas y en los postulados de Charles Darwin y de Thomas Malthus.

Charles Darwin en su libro “El origen de las especies” dice “Todo ser que durante el tiempo natural de su vida produce varios huevos o semillas, necesita sufrir destrucción durante algún período de su vida y durante alguna estación o en alguno que otro año, porque de otro modo, por el principio del aumento geométrico llegaría pronto su número a ser tan desordenadamente grande, que no habría territorio capaz de soportarlo”.

Malthus en su Ensayo sobre el principio de la población, explicó su famosa "teoría poblacional", estableciendo que el número de personas en el mundo aumenta en progresión logarítmica mientras que los alimentos apenas lo hacen en progresión aritmética. Concluyendo que llegará un momento en que los alimentos no alcancen para todos.

“Los elegidos de Dios” en la práctica demuestran que creen ciegamente en los planteamientos de Darwin y Malthus y por ello se dedican al exterminio de los condenados por Dios: todos los que se opongan al designio de los elegidos.

Para ejemplificar la conducta guerrerista y destructiva de los Estados Unidos utilizaremos a George Bush hijo, un fanático religioso. Durante su mandato usar traje negro y corbata era obligatorio. También rezar antes de cada reunión de gabinete. Y en la Casa Blanca, el estudio de la Biblia era también obligatorio. Así lo cuenta el ideólogo conservador David Frum (el hombre que redactaba los discursos del presidente George Bush) . El puritanismo religioso y el pensamiento político han sido a lo largo de la historia norteamericana, un todo indivisible. El único presidente católico fue John F. Kennedy y lo asesinaron porque pretendía quitar la Reserva Federal a los poderosos banqueros y nacionalizarla. Bush actúo conduciendo el proyecto convencido de cumplir una misión divina.

Comprender esto es fundamental para entender la agresividad de la política exterior norteamericana. El factor amalgamante de las ideas religiosas con las políticas, que delineó el pensamiento social del estadounidense llegó en 1846, cuando el periodista James O. Sullivan, en el periódico “Good morning America” acuñó el concepto de "destino manifiesto" y aseguró que Dios no eligió un grupo de hombres y mujeres, sino a un pueblo en su conjunto —EE.UU. — para llevar a cabo su proyecto divino en este mundo. Por supuesto los fanáticos religiosos se lo creyeron.

Ahora bien, si los ricos estadounidenses son elegidos de Dios, los judíos ricos son también elegidos de Dios porque además, a ellos Dios les prometió las tierras de Israel. Este razonamiento explica los históricos vasos comunicantes de la elite gobernante en EE:UU con los judíos ricos y la creación del Estado de Israel.

¿Qué le puede importar a un presidente de la nación elegida para llevar a cabo el proyecto de Dios, la opinión de gente condenada por el mismo Dios a la muerte eterna, si tiene un poder sostenido en creencias religiosas irracionales, con una capacidad militar devastadora sin igual y con controles institucionales (Congreso) dominados por el fanatismo religioso?
Ante la crisis del capitalismo en el mundo, se dieron los pasos que han llevado a los Estados Unidos a imponer un "nuevo orden internacional" regido por la coacción, el atropello y la fuerza bruta. Por ello son sordos a las resoluciones de la ONU en relación a Cuba e Israel. Así mismo, a las de cualquier organismo internacional que ose tomar decisiones que se opongan a la política imperialista encabezada por la elite económica que gobierna el país y más allá, y controla la economía mundial.

rengifoa@gmail.com


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