El lanzamiento de la candidatura presidencial de Donald Trump, en el certamen del Partido Republicano, para escoger a su abanderado a las elecciones del 2016; del empresario inmobiliario y organizador del mayor Concurso de Belleza del planeta: el Miss Universo. Su discurso de presentación referido a los latinos, causó irritación y condena al acusar a los mexicanos que emigran a Estados Unidos como lacras portadores de todo tipo de vicios. Opiniones de un fuerte contenido racista y coquetear con el conservatismo y la derecha fundamentalista de la Norteamérica blanca.
Tomando como modelo a la organización terrorista del medio oriente: E.I, siglas del autodenominado Estado Islámico de Irak y Siria y el Levante, que con sus prácticas medievales y ultra ortodoxas siembra el terror en Occidente. El rico magnate inmobiliario amenaza con llevarlas a la práctica en caso de ganar, contra los migrantes que vienen de los pueblos que están más allá del Rio Grande, atravesando la frontera sur en busca del sueño americano.
Para el empresario de los Certámenes de Belleza, la tarea es crear un paraíso blanco, incontaminado. Existiendo el peligro que una raza integrada por gente pobre y morena, vengan a aguar la fiesta de los opulentos. Quienes por mandato divino, heredaron la tierra de promisión; donde no deberían existir las penurias, el sufrimiento y la pobreza.
El plutócrata demagogo se erige como representante de una raza escogida, como los arios alemanes de Hitler; culpando a los emigrantes de origen mexicano, de todos los males que se ensañan contra los caucásicos que se adueñaron del territorio norteamericano, empleando desde la esclavitud, el exterminio y la segregación. Como si fuera poco el nuevo mesías ofrece continuar la construcción del muro, pero mejor dotado de artilugios para asesinar niños y mujeres, los cuales vienen huyendo de la pobreza y la violencia, generada por los carteles de la droga, los caciques del PRI y el PAN; por lo que se embarcan en el carrusel de la muerte, atravesando la frontera, en procura de un sueño remoto.
Donald Trump viene a sumarse al crecido número de aspirantes republicanos, que creen que pueden vencer a la Dinastía Clinton y Bush. Juran que es una papita, un juego de niños. Manejando este discurso primitivo de racismo, en una nación caracterizada por su inclinación tanática; solo buscan debilitar las oportunidades de rivales de origen latino como Ted Cruz y Marcos Rubio, y especialmente a Jeb Bush: católico y casado con mexicana, y quien lanzó su mensaje de postulación empleando jingles en español, hablado por el y sus hijos de manera fluida y sin disonancias.
El voto hispano va a ser decisivo en la carrera a la Casa Blanca, para los rivales: la demócrata Hillary Clinton y el republicano Jeb Bush, el que tiene más opción entre los dieciséis aspirantes del Partido del Elefante. La señora Clinton sacara partido de la política instrumentada por Obama hacia los latino. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, y la prorroga a los más de doce millones de inmigrantes, para que no sean deportados, mientras se aprueba la Ley que les daría la ciudadanía a millones de latinos.
Cavernícolas como Donald Trump, aparecen cada cierto tiempo, basados en sus éxitos económicos y su visión banal de los grandes desafíos mundiales. Estos ignorantes se cuelan en coyunturas, como la próxima Elección de un Presidente norteamericano, para salir a rebuznar, despilfarrando parte de su gran fortuna, desperdicio que en una sociedad tan fútil y ridícula, no sorprende a nadie.
El peligroso racismo que ya ha dado réditos electorales en la vieja Europa; tomemos por caso la culta Francia donde Marine Le Pen; será explotado para amarrar votos, por lo más atrasado del establesment norteamericano; para ganar Primarias y Delegados a los Colegios Electorales de los 53 Estados de la Unión. Para la ley de Inmigración que sueñan los latinos para lograr su ciudadanía, le darán largas, mientras tanto los millones de hispanos, temen ser deportados en cualquier momento.
Junio de 2016
juan1951querales@gmail.com