Desde el 2005 el interés por África aumenta en Venezuela. El tema de la afrodescendencia ha cobrado mayor contenido con el dinamismo que ha impuesto la política exterior de Venezuela con las naciones africanas. A partir de los vínculos históricos culturales, se ha diseñado una agenda, cuyas estrategias llevan a un desarrollo concreto de la cooperación sur - sur.
Pero ¿Por qué la vieja política exterior de Venezuela abandonó las relaciones con África?
Cuba, con su activa, coherente y solidaria presencia alcanzó una fructífera cooperación mutua; mientras en los sesenta América Latina aislaba a Cuba, los africanos daban a los cubanos su apoyo incondicional. El Brasil de Lula incrementa su dinamismo con África; el propio Presidente Lula ha visitado en cinco oportunidades a ese continente, abriendo embajadas y atrayendo misiones africanas a Brasilia. China comunista ha dado grandes pasos en sus intercambios con África. Para estos países África es política de Estado.
Las potencias europeas y EEUU, conocedoras de las riquezas afinaron una diplomacia de penetración en el continente madre. Sus transnacionales se desplegaron por los 30 millones de Km2 para extraer al más bajo costo posible, las mayores ganancias de la explotación de los recursos naturales, dejando apenas míseras regalías. Como mascarada a su nuevo saqueo, ampliaron la cooperación no reembolsable. Retazos de ayuda que lejos de ser el apoyo para el despegue las economías y sociedades africanas, en muchos casos se convirtieron en elementos de discordia y chantaje. Si las naciones ejercieran su derecho inalienable a administrar y hacer uso racional de sus recursos naturales, los países del África al sur del Sahara no necesitarían las limosnas de esa cooperación, dada con condiciones que por lo general pretenden vulnerar la soberanía y el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Parte de la estrategia transnacional ha sido ocultar África al resto del mundo. Sólo han difundido la tragedia, la pobreza, las enfermedades, a la que han combatido poco o nada, mientras que continúan saciando sus apetencias económicas con la tierra de nuestros ancestros.
Por ignorancia y desinformación en Venezuela, se hizo caso omiso a la existencia de África; se cerraron embajadas; se tenía frías relaciones apenas con 24 países de los 54 africanos; no se nombraban embajadores en las escasas 4 misiones existentes al Sur del Sahara; se pagaban bajo sueldos a los diplomáticos destinados a África; sólo había 2 ó 3 funcionarios en el servicio interno para 54 países africanos (no los motivaba, siquiera, las posibles alianzas políticas en el seno de la ONU y la OMC ) Y, por supuesto, los africanos aplicaron la reciprocidad, que se manifiesta en el bajo número de misiones africanas en Venezuela (7) y el de embajadores no residentes que había hasta el año pasado (17)
Ahora, la Venezuela Bolivariana realiza exitosos esfuerzos por revertir la situación. El panorama es más alentador. Cuando, necesariamente, el Presidente Hugo Chávez, inicie sus periplos por África, estarán cimentadas las bases de una nueva relación de hermandad con el continente que hoy vuelve a ser el eje de las relaciones económicas mundiales.
La madre África, es el Sur.