Venezuela no es Argentina...pero podemos parecernos...

Tremenda lección le dio el Kirchnerismo y las supuestas fuerzas progresistas del país sureño, a los pueblos de América con los resultados de ayer, en las elecciones presidenciales en esa nación. Una muestra patética de como una dirigencia malbarata el apoyo popular por una serie de errores imperdonables.

Y es que dichos resultados no es más que el resultado del gravísimo desgaste que acogota a las dirigencias de los países que han tenido alguna posición antagónica frente a los mezquinos intereses de los EEUU, desgaste que ha sido exacerbado no solo por una poderosa ofensiva del imperialismo a través de sus filiales políticas en Latinoamérica, y alentado por una serie de medidas tomadas por quienes ejercen la vanguardia en estos países, especialmente en el terreno económico.

La derrota de Scioli, (un candidato que a decir verdad, no se diferenciaba mucho de Macri, no tanto en su estilo, sino en sus auténticas preferencias políticas), sirve para tomar nota de lo que puede suceder en Bolivia, Ecuador, Brasil, Nicaragua y por supuesto Venezuela, donde los asalariados al servicio de la casa Blanca que desgraciadamente tenemos como oposición, tomen como bandera la victoria del Capriles argentino como una bandera propia en un intento por demostrar que “sí se puede”…….

Lo que le pasó al Kirchnerismo en la Argentina es similar a lo que le sucede aquí a los hijos de chávez que están a cargo del gobierno, no se puede mantener un discurso de antagonismo en contra de la burguesía y la política norteamericana, y a la vez darse besitos con ella. En el caso argentino, los poco más de 12 años en el poder no cambió un ápice de la estructura económica argentina, todo lo contrario, contribuyó a afianzar el poder de la oligarquía sobre el aparato económico argentino, aunque también buscó y en cierta medida logró, una distribución más equitativa de la riqueza en ese país, amén de contribuir a elevar el nivel de vida de un importante número de argentinos, especialmente los de clase media, que paradójicamente (aunque natural en ese sector social), fueron los que se volcaron a votar desesperadamente por quien será su verdugo en los próximos años.

Sin embargo, una serie de medidas desacertadas en el campo económico, bajo un clima de presión internacional por tratar de revertir los procesos de cambios en el continente, así la timidez con que la dirigencia argentina pretendió hacerle frente a las clases poderosas de ese país, amén de una guerra psicológica feroz a través de los medios de comunicación, es en resumen, el cuadro que terminó de asegurar el fracaso del actual gobierno en esas elecciones.

Este triunfo de la derecha argentina representa un grave retroceso en el proceso de integración latinoamericana, y como se asomó anteriormente, servirá de paraguas publicitario a la derecha apátrida “venezolana” para demostrarle a los incautos que creen en ella que “el cambio es posible”.

Por otro lado, aquí en nuestro país, si la dirigencia que dice llamarse “bolivariana”, pretende hacer a un lado su vista, cada vez que desde algún sector se le señalan, no solo la espantosa corrupción que carcome la revolución desde dentro, sino la ineficiencia, la soberbia y hasta el descaro que exhiben (hasta con orgullo) algunos “hijos de Chávez” en el manejo de la administración pública, pues no duden que el 6 de Diciembre, tendremos un montón de Macris celebrando su victoria en buena parte de los circuitos electorales del país.

Mientras el presidente Maduro siga llamando pelucón cobarde a Lorenzo Mendoza, para después verlos a los dos sentaditos pelándose el dinero mutuamente y saboreando un cafecito Venezuela (cortesía del ministro de alimentación Osorio, que no debe tener ni idea del milagro que representa tener en casa tal producto para un mortal, mientras él hace negocios con Uruguay por 300 millones de verdes….), perderemos la poca credibilidad no en esta dirigencia que la ha malbaratado a niveles alarmantes, sino en el proyecto político que creo que es lo único que nos mantienen al lado de un gobierno que se muestra corrupto, genuflexo, timorato, farsante y frente a su base popular, soberbio.

Mientras que sigan cayendo presos por corrupción solo los pendejos y no hayan ministros, viceministros, directores, GENERALES, tras las rejas, mientras la sundde siga cayéndonos a mojones por VTV, de operativos que dejan como resultado el carton de huevos a 1400 bolos o un paquete de galletas club social en 530 (como lo vi en Turmero el Sábado), pues tendremos a una clase media, con el “comemierdismo in extremis” esperando el 6D para votar por los macris que tenemos en la oposición.

Mientras se siga haciendo demagogia con la entrega de viviendas, de canaimas, de tablas para estudiantes, de becas y pensiones, solo porque es una prebenda electoral chavista y no exista un partido que eduque, que forme ideológicamente a nuestro pueblo, que sea el primero en denunciar a los iseas, los barrosos, los andrades, los garcia plazas, los temires porras que sobran en la administración pública y manejan a su antojo la asignación de esos beneficios, pues solo debemos sentarnos a esperar como la revolución se diluye en la absurda lógica electoral en la que sus propios dirigentes la han llevado.

Afortunadamente y a diferencia de la Argentina, me atrevo a asegurar que nuestro pueblo tiene un ápice de conciencia superior al que permitió a muchos argentinos votar por la derecha, sin embargo, mientras el cuadro político, económico y social de Venezuela siga estando caracterizado por las características antes mencionadas (y muchas otras que no alcancé a colocar), corremos el riesgo de que Venezuela se parezca a Argentina…..



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Neftalí Reyes


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