Y después de Argentina ¿qué? (I)

Simón Bolívar, el padre de la Patria, en uno de sus tantos escritos definió la relación tiempo y espacio como una variable vital para el ejercicio y el devenir de los acontecimientos políticos. En carta al coronel Heres, el 20 de abril de 1825 escribió “Tengamos una conducta recta y dejemos al tiempo hacer prodigios”.

Los resultados electorales en la hermana Argentina, ameritan un análisis detallado y minucioso, sobre todo por la repercusión que este fenómeno político tendrá sobre la región y sobre nuestra patria, Venezuela. Por ello, desarrollaré mi análisis en dos partes; un artículo (I) donde describiré desde mi punto de vista, las repercusiones del triunfo de Mauricio Macri sobre Venezuela y un segundo articulo (II), donde plasmaré mi reflexión sobre la política regional y la integración.

En Venezuela debemos leer con atención lo sucedido en Argentina, pues en primer lugar pudiéramos estar presenciando el inicio de lo que en política denominamos “desplazamientos pendulares” o “Ciclos históricos del ejercicio del poder”. A pesar de lo reñida de la elección y de identificar un país dividido en dos bloques o visiones, es indudable que la toma del poder político por la vía electoral la consiguió el candidato de la derecha, Mauricio Macri.

Es normal que un fenómeno de este tipo suceda, tomando en cuenta los desgastes naturales del ejercicio del poder, la necesidad que tienen las sociedades de identificar alternativas políticas diversas a quienes han ejercido el poder en años (esto entre comillas con relación al planteamiento de fondo de Macri, liberalismo puro y seco, pues Macri representa a la extrema derecha, al menemismo, quien ya gobernó a la Argentina), y la alternancia como mecanismo en los sistemas democráticos modernos.

Las fuerzas de izquierda en Venezuela deben asimilar este viraje en la Argentina como el cierre de un ciclo histórico de una parte del peronismo (la era Kirchner) y el inicio de una nueva etapa, con sus características y particularidades. Pero también es importante entender que este fenómeno debe ser leído en su justa dimensión y realidad. Un viraje en Argentina no necesariamente implicaría el mismo fenómeno en Venezuela, pues son sociedades distintas en su psicología social, estructura socio-económica e ideología política. Por ello, la frase de Bolívar es más que oportuna, conducta recta y el tiempo hará prodigios.

Y la conducta recta pasa por la reflexión y acción oportuna, con miras al 6 de diciembre y a la gestión de gobierno a partir de ese fenómeno político-electoral. Es indudable que la oposición política en Venezuela ha ganado un aliado de peso, para la consecución de su proyecto político a corto plazo, que es la toma del poder y la generación de “turbulencias” en la gestión del Presidente Nicolás Maduro. Hoy, una oposición “envalentonada” intentará replicar la experiencia argentina y buscará de manera directa, la intervención del “Macrismo” para consolidar sus objetivos.

Las fuerzas de izquierda en Venezuela y el chavismo en sus diversas corrientes (que hoy existen), deben concentrarse en mostrar el rostro que la oposición oculta y que conlleva los mismos objetivos de la propuesta de gobierno de Mauricio Macri, de fondo son lo mismo, por eso la empatía y el nivel de alianzas, más sin embargo, la oposición en Venezuela lo matiza con un discurso que responsabiliza al gobierno de todos los problemas y a su vez, lo encauza en la misma estrategia de desgaste de una gestión y en la necesidad de un “cambio” en la conducción de los destinos de Venezuela.

Pero de la misma manera, este desplazamiento pendular en la Argentina debe obligarnos al chavismo en pleno y al PSUV como principal partido político de la izquierda nacional, a reflexionar y abrir espacios para la revisión a fondo del ejercicio del poder, de las políticas y cuadros que hoy ejercen responsabilidades en la administración publica y otros espacios del gobierno. Es una reflexión necesaria y oportuna, para poder concentrar fuerzas y lograr el objetivo del 06 de diciembre, que es conseguir un mayor numero de diputados para el periodo legislativo que se avecina.

Se deben tomar decisiones estructurales en materia económica para poder superar una situación perversa que ha afectado al venezolano de a píe, el cual puede ser victima del desgano y de la estrategia opositora, ya vimos el resultado en la Argentina. Al ciudadano común, al pueblo llano, le afecta cuando se meten con el bolsillo y su comida, me decía un adulto mayor hace días en una “cola” y la estrategia opositora ha explotado muy bien esta situación, aseveraba con sus canas a cuesta este intelectual del Pueblo.

La conducción del país y el esfuerzo sobrehumano que hace el Presidente Maduro, que en dos años ha soportado la mayor embestida jamás vista en nuestra historia política reciente, debe estar acompañada por nuevos rostros, medidas eficientes en gestión y gerencia, tal y como lo dice Ernesto Villegas en su campaña a la Asamblea, una nueva etapa de la revolución bolivariana, más eficiente, eficaz, con mayor democracia popular, pues solo así se podrán vencer las fuerzas regionales e internas que hoy intentan desplazar del poder a una esperanza que se tejió en Venezuela y en todo el continente.

Si bien y lo escribo con todo respeto, Argentina no es Venezuela ni su realidad política es similar, debemos leer de manera oportuna lo sucedido y así poder precisar, si Macri ha sido "el cambio de época" hacía la nueva etapa pendular en la región, como dice parafraseando a Correa, o sólo fue un accidente en el camino... “Tengamos una conducta recta y dejemos al tiempo hacer prodigios”.

*Licenciado en Ciencias Políticas, especialidad Relaciones Internacionales UCV. Venezuela.

Magíster en Integración y Comercio. Universidad de Montevideo, República Oriental del Uruguay.

 

lsaucenavarro@gmail.com



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