¿Caerá Latinoamérica en manos de rufianes?

La pregunta que funge de titular de esta reflexión, tiene su origen en los acontecimientos ocurridos en los últimos cinco meses, con los países cuyos gobiernos de una forma u otra están ligados a los postulados del líder de la revolución bolivariana, el venezolano, Comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Los hechos acaecidos en estas repúblicas, nos envían una señal inequívoca, la estabilidad de la Unión Suramericana y del Caribe está en peligro, como lo están el ALBA, UNASUR, Petrocaribe, Banco del Sur , Mercosur y demás proyectos solidarios y liberadores para los pueblos del continente.

Pareciera, que desperdiciamos la fuerza cuasi hegemónica que tuvimos en los primeros quince años, que nos obnubiló y engolosinó ese espejismo y nos olvidamos de avanzar hacia las sendas para consolidar y blindar el proceso revolucionario que nos deparó esa fuerza que no supimos aprovechar para empujar el tren que debió arrollar el sistema burgués y echar las bases para el socialismo con una nueva ingeniería; pero preferimos cohabitar con las oligarquías y en nombre de la paz y la gobernanza, mantener el andamiaje capitalista sobre el cual ilusamente pretendimos edificar el socialismo.

Hemos mantenido intacto el monopolio comunicacional en manos de facinerosos, consorciados para vender la patria y arremeter contra las conquistas que con sudor y sangre han alcanzado los pueblos, a lo largo de mas de dos siglos, ofrendando sus activos y hasta sus vidas por la libertad y la lucha antiimperialista. Igualmente hemos dejado intacto el sistema electoral pequeño burgués, que permite llevar a los parlamentos, ladrones explotadores de la clase obrera, ladrones de cuello blanco y terroristas, que se amparan para encubrir sus crímenes del pasado y continuar delinquiendo en el presente en la llamada inmunidad parlamentaria. Todas estas normas tienen que ser revisadas o la revolución se la traga el tremedal.

Mientras en la República Bolivariana de Venezuela en medio de un golpe de estado blando, conmemoramos los 206 años de la rebelión patriota contra la tiranía española, en la hermana república federativa de Brasil, un grupo de conjurados muchos de ellos reos de la justicia y otros procesados por corrupción y por lavado de capitales, provenientes sabe nadie cual es su procedencia, amparados por la mano de Estados Unidos y apoyados por la canalla mediática, liderada por el grupo Globo, adelantan un golpe parlamentario, para echar del gobierno a Dilma Rousseff, presidenta constitucional electa por 54 millones y medio de brasileros que sufragaron por ella. Lo indígnate, es que de la comisión de 38 diputados que aprobó pasarla al congreso para el "juicio político", acusándola de corrupta, 36 son prácticamente reos de la justicia, entre ellos el presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quien presumiblemente no está tras las rejas por la inmunidad parlamentaria. Salvar su pellejo, es la razón por la cual negoció la vergonzosa arremetida cargada de traición y misoginia contra la mandataria, que puede darse el lujo de decirle a su pueblo, que el único registro que tiene en los órganos judiciales del Estado, es la ficha del secuestro y torturas de que fue víctima durante la dictadura militar, por su posición de lucha al lado de los pobres. No pueden decir lo mismo los truhanes cómplices de la dictadura, que pretenden defenestrarla con un juicio amañado. Vale decir, que casi todos por no decir todos, el argumento valedero para votar en contra del gobierno popular fue: "Por mi esposa, por mis hijos, por los militares que dieron el golpe y por Dios, voto Si". No hubo uno solo que valientemente dijera que condena a Dilma Rousseff, por cumplir con ese mandamiento bíblico: "Dad de comer al hambriento", que fue lo que hizo esta emblemática mujer Latinoamericana y del mundo, con las bolsas de familia.

Otro tanto ocurre en Argentina, donde uno de los "chispoteados" por los Panamá Papers, está maniobrando para con sus cómplices, acusar y encarcelar a otro ícono de la identidad femenina latinoamericana y caribeña, como lo es Cristina Fernández de Kirschner, que al igual que Dilma, gobernó de la mano con los más pobres. El supuesto crimen que le imputan a Cristina, lo cometió el argentino más relevante de los Panamá Papers, el señor Mauricio Macri, que con la atroz devaluación del peso, favoreció a sus empresas y a sus amigos y ocasionó perdidas por 40 millones de pesos a la república, con una operación que había dejado ganancias al país durante el gobierno progresista.

El presidente Rafael Correa, también está siendo asediado por una derecha fascista y mercenaria, que incluso está tratando de utilizar la catástrofe natural, que sufre ese hermano pueblo, para manchar la imagen del mandatario. Otro tanto ocurre con Evo Morales, cuya imagen personal, ha sido bestialmente agredida por los mandaderos del imperio. Evo ha respondido profundizando el proceso revolucionario, como tiene que ser.

Del gobierno revolucionario bolivariano de Venezuela, encabezado por el presidente Nicolás Maduro Moros, ni hablar. Desde la partida física del Comandante Chávez, los demonios imperiales se desataron contra la República Bolivariana de Venezuela y sus instituciones, entrenados, aupados y financiados por el Departamento de Estado.
Aquí con la presión de la guerra económica y la canalla mediática el pueblo fue manipulado y premió a sus verdugos con una mayoría en la Asamblea Nacional, desde la cual ahora auspician un golpe de estado contra el presidente Maduro. La guerra económica ha sido y sigue siendo financiada con los dólares de la nación, a través de la sangría contra la patria ejecutada por el sector SANGUIJUELA, autodenominado sector productivo, encabezado por empresas POLAR, que está al frente de la guerra contra el pueblo.

Al igual que en Brasil, en Venezuela, quienes aúpan el golpe de estado, contra el gobierno bolivariano, son sujetos que llegaron al parlamento para escapar de la justicia, porque lejos de tener currículum, lo que tienen es prontuario, unos por los crímenes contra el pueblo cometidos durante la IV República, cuando estuvieron en funciones de gobierno y otros, por los crímenes de lesa humanidad y contra la patria cometidos desde 1999 a la fecha en sus intentos por derrocar mediante la violencia el régimen democrático de la revolución bolivariana. La alternativa es profundizar la revolución para desmontar el estado burgués o conformarnos con preguntarnos: ¿Caerá Latinoamérica en manos de rufianes?


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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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