Resurgimiento del neoliberalismo en Latinoamérica

Existe una gran preocupación sobre la situación que vive Latinoamérica, particularmente, aquellos gobiernos progresistas que alimentaron y pusieron en el orden del día la opción transformadora de las estructuras caducas del sistema capitalista y la posibilidad de la construcción socialista.

Que ha pasado, que se ha dejado de hacer, donde se ha fallado, que es lo que está sucediendo en América latina con los gobiernos progresistas que en los últimos años se ha evidenciado, situaciones de crises en sus sistemas político-social y económico que han permitido y facilitado la insurgencia de la derecha recalcitrante en el escenario político.

Necesario es, que analicemos esta realidad en función de aportar elementos que sirvan para detectar las fallas y omisiones que se han presentado en las políticas gubernamentales de los países progresistas.

En el caso de Venezuela, en el cual nos detendremos mas en el análisis por cuanto nuestro país no escapa de esta situación, consideramos varios factores que han venido influenciando la realidad política.

Veamos.

Una de las grandes debilidades que ha tenido el gobierno es su política económica. Desde hace más de 17 años el gobierno no ha implementado una política económica que diera pie a la sustitución de importaciones y al desarrollo de las fuerzas productivas.

Nos limitamos a tener un ingreso petrolero alto y con eso lográbamos resolver las distintas políticas sociales que estaban planificadas, pero al mismo tiempo se derrochaban millones y millones de dólares que fueron entregados a las empresas del país para la importación y se la llevaron al extranjero, enriqueciendo mucho más a esas transnacionales.

La ausencia de una política económica planificada hacia el desarrollo de las fuerzas productivas de nuestro país, pero además, que pusiera el acento a lo socio-productivo, sustentable y sostenible tal como lo plantea el plan de la patria, dio pie al surgimiento de una crisis económica que se agudizo en la medida que el imperialismo, decidió implementar, a través de sus transnacionales y su aliados nacionales, una guerra para derrotar al gobierno

del presidente Maduro, mediante la escases y acaparamiento de productos, acompañada por una mega inflación, que raya en la especulación y la usura.

De la misma manera incide en la crisis, la corrupción gubernamental, que se ha venido extendiendo en todas las esfera de la administración pública convirtiéndose en insumo para la inmoralidad, los antivalores, el individualismo, el enriquecimiento individual en desmedro del erario público, entre otras.

Otro aspecto a valorar en la actual crisis presente, es una política social asistencialista, donde la población beneficiada, poco ha sido tocada en su formación política y en la generación de una conciencia social, por lo tanto la crisis política-económica que vivimos es poca comprendida y la población tienda a darle la espalda al gobierno. La ausencia de una política de formación de una conciencia social hacia que el proceso social que se vive, incide negativamente en la valoración que tiene la población sobre el gobierno.

Habría que agregar también, la continuidad de las relaciones hegemónicas capitalistas. Mientras el gobierno no se plantee avanzar hacia nuevas formas de hacer política, hacia la transformación de las estructuras de poder, de la destrucción de los métodos tradicionales de hacer política, jamás comenzaremos a transitar el camino hacia el socialismo.

De igual manera hay que agregar, la concepción electoralista que se ha creado en relación al proceso revolucionario. Este se ha venido sustentando en los procesos electorales representativos de la cuarta república. Tanto el partido como el gobierno, se han dedicado a tratar de ganar elecciones y no a transformar el sistema electoral, a realizar trabajo organizativo ni concienciar a la población en función de transformar la sociedad. El actual sistema electoral se sustenta en el concepto capitalista de mercancía, donde el candidato es la mercancía y los partidos políticos la fábrica que los produce, promociona y trata de venderlo en la población.

De otro lado, tenemos una izquierda temerosa, que se dedicó a subsistir a la sombra de los grupos reformistas que hacen vida en el partido y el gobierno, no hacen esfuerzo por la unidad de los revolucionarios, dejando toda iniciativa en manos de los reformadores, conformándose con las cuotas de poder y pocos beneficios sociales que hasta los momentos se le ha dado al pueblo.

De allí que ha sido relativamente fácil para la derecha, crear una sensación de ingobernabilidad, incapacidad para resolver los problemas del pueblo y por consiguiente, este percibe que el gobierno se ha estancado, que no avanza, que ya no es capaz de resolver los problemas básicos, cosechando rechazo de un gran sector de la población.

La crisis que atraviesan los gobiernos progresistas de Latinoamérica, ha sido por las propias limitaciones que se han impuestos para no avanzar en las

transformaciones urgentes que han debido realizar, y por la formación de entramados burocráticos y corruptelas que han surgido en esos gobiernos. No podemos, transformar la sociedad con las mismas estructuras burocratizadas de la cuarta república, es necesario revolucionar la sociedad con nuevas formas de hacer gobierno.

COLECTIVO COMBATIENTES SOCALISTAS ABRIL 2016



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