Un ejécito de esclavos. Mal ejemplo de Wal-Mart en México y Venezuela

En la ciudad de México hay unos 9 mil menores de edad que trabajan como empacadores en tiendas de autoservicio. De ellos, dos terceras partes lo hacen en establecimientos de la cadena norteamericana Wal-Mart. La mayoría proviene de familias pobres y contribuye al ingreso del hogar. Carecen de salario, contrato y prestaciones, sólo reciben propinas de los clientes. La mayoría estudia y el trabajo afecta su desempeño escolar. Aunque autoridades y empresas se desentienden de su situación, la Organización Internacional del Trabajo la considera un ejemplo de explotación infantil. (Diario La Jornada México).

Emblema de la economía globalizada, Wal-Mart es una de las corporaciones trasnacionales más grandes del mundo y con mayor número de empleados (1.14 millones). Es la economía 19 del planeta, con ingresos anuales por 300 mil millones de dólares. Además, es la mayor empresa de ventas directas al consumidor en Estados Unidos, Canadá y México. La mala práctica de estas grandes multimillonarios corporaciones norteamericanas, se copia fácilmente en nuestros países, con la obligación para los gobiernos de nuestras naciones de ponerle freno a lo que, inclusive, en la propia legislación norteamericana está proscrito.

Desgraciadamente para el mundo, las trasnacionales, incontables veces, se han convertido en exportadores no solo de desperdicios materiales, sino también sociales, cuando se instalan en muchos de nuestros países, con la idea no solo de vender productos desechados o prohibidos en los propios, sino de contratar la mano de obra local en condiciones groseramente barata o lo que es peor, como el caso de los niños y adultos jóvenes empacadores, que no reciben ningún tipo de contraprestación, ya que estos solo dependen de las propinas que, nosotros los clientes en países como Venezuela, entregamos bajo nuestra absoluta discreción, a quienes nos embalan los productos en los supermercados nacionales.

La asociación norteamericana de “Organic Consumers Association” entidad que promueve productos sanos, agricultura orgánica, comercio justo y sostenible, anunciaba en su página de internet que los “cerrillos”, como se denominan a los niños empacadores de supermercados en México, le ahorran a Wal-Mart 785 millones de pesos anuales, según estimación hecha por Enrique Bonilla , dirigente del denominado Frente Nacional contra Wal-Mart .

En Venezuela las grandes cadenas de supermercados y hasta los modestos establecimientos comerciales de este tipo, han copiado esta forma de explotación del hombre por el hombre y han hecho suya el estilo Wal –Mart y a miles de niños y jóvenes adultos embaladores se le violentan su derechos laborales, al someterlos al trabajo sin pago de contraprestación alguna. Esta práctica de degradado capitalismo tiene que detenerse sin más demoras. No vale el chantaje de que si se les obliga a pagarles entonces dejaran sin empleo a estos muchachos y niños empacadores. En un Estado Social y de Derecho como propugna nuestra Constitución este ejército de esclavos, requiere atención por parte de las autoridades laborales de nuestro país. No me vengan con el cuento que ahora soy izquierdista, el asunto es que siempre he sido humanista.

Para que no caigamos en el engaño de los explotadores de siempre, basta revisar la posición del Ministerio del Trabajo de Chile , el país del mas duradero crecimiento económico en esta región, en su dictamen Nº 5.845/365 y denominado “Contrato de trabajo Existencia Empaquetadores supermercados” sentenció que si se comprueba el hecho relativo a que un supermercado está recibiendo los beneficios de la prestación de servicios de un menor de edad que empaca los productos que vende el primero; y, en segundo término, se comprueba que, además, el supermercado acepta dicha prestación ejerciendo potestad de mando respecto del menor, no cabe sino concluir presuntivamente que, en dichos casos, mediaría una relación jurídico laboral entre los menores empacadores y los supermercados que así operan.

La lucha judicial es contra quienes se benefician de este ejército de jóvenes esclavos en nuestro país. ¿Quien se suma al combate?


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Braulio Jatar


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