No todos los latinos andan felices en EEUU y prueba de ello es la indignación de muchos hacia las dos principales opciones presidenciales.
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Para ser Presidente de Estados Unidos, Donald Trump necesita que su discurso provocador encienda la llama del resentimiento social en la clase trabajadora blanca de ese país para que vote por su oferta racista y ultranacionalista. Trump necesita un alto porcentaje de votación (casi un milagro).
Su frase "Make America great again" (hagamos a EEUU grande de nuevo) algo así como "especulamos pero damos empleo" simboliza el deseo de revancha de los trabajadores blancos que se sienten desatendidos por Obama y que ven en Hillary Clinton más de lo mismo.
Por su parte, la victoria de la señora Clinton radica en la probable abstención del 50% del electorado en general y que voten los mismos de siempre con porcentajes tradicionales porque logrando una votación respetable entre los trabajadores blancos y acaparando las minorías raciales (hecho seguro), su triunfo será inevitable.
Como observador de la política de EEUU, país donde conservo muchos amigos de izquierda, veo en Donald el representante de una burguesía emergente que tiene poder económico y busca ahora el poder político, mientras que Hillary es una pieza clave de la burocracia imperialista durante los últimos 8 años.
En pocas palabras si Donald es un poder burgués, Hillary es el gran poder burgués y en ello radica su ventaja electoral aunque no es invencible.
