La crisis por la que atraviesa el sector eléctrico en la Franja de Gaza, cada vez más deteriorado, revela el fracaso miserable de los responsables de administrar dicho sector; el Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH) exhorta al gobierno de unidad nacional a asumir la plena responsabilidad de la administración del sector eléctrico.

La crisis eléctrica se agrava cada día, con el sufrimiento que eso conlleva para los civiles, como consecuencia de la enorme escasez energética; sin esperanza alguna de mejora en unos servicios que son fundamentales para la vida de la población de Gaza. Además, las dos partes palestinas inmersas en el enfrentamiento político intercambiaron acusaciones en los medios de comunicación y se responsabilizaron mutuamente del deterioro del suministro energético en Gaza, haciendo caso omiso del sufrimiento de los dos millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza y sin tener en cuenta que han muerto 130 personas por haber buscado una fuente alternativa, deficiente, a la electricidad.

Según el seguimiento efectuado por el Centro Palestino para los Derechos Humanos, la población de la Franja de Gaza recibe tan sólo cuatro horas diarias de electricidad, aunque los vecinos de muchas de las barriadas y zonas se quejan de disponer tan sólo de esas cuatro horas cada dos días. El 7 de enero de 2017, la Corporación para la Distribución de la Electricidad en Gaza (CDEG) declaró que la escasez de energía se había agravado porque el segundo generador de la central eléctrica se había estropeado. Según el comunicado de prensa de CDEG, la escasez alcanzaba los 438 megavatios (73%); la Franja de Gaza necesita 600, por lo que sólo disponen de 147 megavatios (el 27%). La CDEG subrayó que su papel se limita a recibir y distribuir los megavatios disponibles. Además, no hay calendario para el proceso de distribución, señalando que la responsabilidad de proporcionar los megavatios es incumbencia del gobierno.

Se ha puesto de manifiesto que las partes que administran el sector de la electricidad en Gaza no tienen soluciones reales para reducir los cortes de energía. Esto revela su fracaso para administrar un sector que es absolutamente vital e importante para alrededor de dos millones de palestinos, que están pagando por la electricidad tres veces más de lo que pagaban antes de la escisión política, a cambio de recibir tan sólo la cuarta parte del suministro necesitado.

La principal preocupación de la población de Gaza es encontrar fuentes energéticas alternativas, lo que está causando muchas víctimas debido al uso de generadores en malas condiciones o de velas para compensar el déficit del suministro eléctrico. Como la crisis es cada vez más grave, más de medio millón de estudiantes de todos los niveles educativos se han visto afectados y su sufrimiento aumenta en la época de los exámenes finales. Además, las personas que viven en edificios de varios pisos sufren también debido a las restricciones de movimientos, unido al conflicto entre los programas que suministran el agua en algunas zonas y los limitados períodos de suministro eléctrico. Por otra parte, los pacientes, ancianos y personas con discapacidades no pueden trasladarse y llegar a tiempo a los servicios sanitarios. La crisis eléctrica está también dificultando el trabajo en las instalaciones industriales que dependen fundamentalmente de esa energía. Los comercios han reducido asimismo sus horas de trabajo, aumentando el deterioro económico que la población de Gaza lleva padeciendo desde hace más de diez años.

El CPDH presentó una iniciativa en la conferencia de clausura de la campaña "Iluminando Gaza", organizada hace más de seis meses. Durante la campaña, el CPDH hizo hincapié en que la crisis eléctrica es sobre todo una crisis política e instó a las partes que administran el sector a encontrar soluciones estratégicas para devolver los servicios eléctricos a todos los residentes en la Franja de Gaza durante las 24 horas del día, sobre la base del derecho de los civiles a disfrutar de servicios básicos, incluida la electricidad, y aliviar el sufrimiento resultante de una interrupción eléctrica casi absoluta.

El CPDH subraya que la crisis eléctrica es política por excelencia debido a la ausencia de reconciliación palestina y a las disputas políticas internas a pesar de la presencia del gobierno de unidad nacional. Por tanto:

1. Exhorta a las partes que administran el sector eléctrico a no implicar a los civiles en sus peleas ni a sacrificar sus derechos en favor de los intereses políticos de ningún partido.

2. Apela al gobierno de unidad palestino, a la autoridad de la energía en Gaza y a la CDEG para que asuman su total responsabilidad en el agravamiento de la crisis eléctrica.

3. Sostiene que los civiles, que pagan sus facturas mensuales, no deberían soportar el fracaso de las partes responsables de la actual crisis; por tanto, esas partes deberían proporcionarles los servicios eléctricos en cualquier situación.

4. Pide a la autoridad de la energía en Gaza que traspase sus poderes en la administración del sector eléctrico al gobierno de unidad palestino para facilitar que la gestión del sector pueda satisfacer las necesidades e intereses de los civiles.

5. Exhorta al gobierno de unidad a asumir la responsabilidad de la administración del sector eléctrico en Gaza, incluyendo la adopción de todos los procedimientos administrativos y financieros que garanticen una gestión justa y transparente del sector que pueda mejorar los suministros eléctricos para los residentes en la dura situación por la que atraviesa la Franja; y

6. Exige el establecimiento de un comité nacional independiente integrado por personalidades profesionales con experiencia en el campo de la electricidad, con la presencia como observadores de representantes de las facciones políticas, los sectores privados, las organizaciones de los derechos humanos y la sociedad civil. El comité supervisará la nueva administración del sector eléctrico en la Franja de Gaza y proporcionará apoyo técnico y logístico si así se le requiriera.