China: contradicciones en el seno del Comité Central-PCCh, 1921-1932

En todo conjunto humano, más cuando es un conjunto cerrado, se presentan divergencias en lo referente al conocimiento (Panikkar. "…el conocimiento es estimulado por algo que transciende la curiosidad epistemológica…", pág. 26), en la cultura y la educación, divergencias de carácter ideológico, confrontaciones por consecuencias de los sub-conscientes de clase social, por razones de praxis político-revolucionaria (Russel. "…el gobierno y la ley suponen fundamentalmente una restricción a la libertad, el mayor de los bienes políticos…", pág. 135 y Habermass. "…el poder no lo posee nadie en realidad, surge entre los hombres cuando actúan juntos y desaparece cuando se dispersan otra vez…", en Byung-Chul Han), como también se expresan, esas contradicciones, hasta en las estéticas personales, lo cual, aunque es de natura-humana como "ser creado" en sus funciones como "ser social", no solo en lo moral y la ética personal, entra en fuerte contradicción objetiva en lo referente a la teología antropológica, bien se acepten, bien se confronten, esas objetivas realidades (Panikkar. "…los teólogo medievales occidentales que argumentaban contra la usura como un recurso antinatural, contra la idea de que el dinero genera dinero, no estaban equivocados, cuando señalaban no solo el espíritu antievangélico sino también el principio de la explotación del hombre por el hombre inherente a la economía moderna…", pp. 143-144).

Es decir, las contradicciones personales intra-conjunto-cerrado se expresan y se exponen tanto a lo interno como hacia lo externo en formas diferentes y frecuentes en función, según nuestra categorización subjetiva, obviamente, en el ejercicio del Poder (con mayúscula) conjuntamente con los tiempos históricos en situaciones particulares nacionales como bien lo expone en su inmaculado texto el filósofo arriba referido Byung-Chul Han titulado "Sobre el poder" (Herder. Barcelona, 2016, pp. 184).

A título de ejemplo y referencia obligante de la literatura universal, podríamos mencionar esa extraordinaria descripción de la realidad social expuesta por André Malroux, "La Condición Humana" (Edhasa. Barcelona 1988, pp. 295), texto escrito en 1933 sobre aquella dramática realidad social en aquellos dramáticos escenarios en Shanghai cuales, como un sacerdote dominico nos relatara, "…salíamos cada mañana las hermanas-monjas y mi persona en mi ejercicio como Obispo temporalmente designado por El Vaticano a recorrer de las cloacas de aguas negras que corrían libres por las calles para recoger los niños recién nacidos que habían sido tirados (desechados), seguramente, por prostitutas…" (Conversación desarrollada en la ciudad de Barquisimeto, 1997). Es evidente que cuando las contradicciones afloran y el Poder se diluye, la sociedad se caotiza y se confronta consigo misma en asimétricas expresiones de violencia, desesperación, amoralidad e inmoralidad y falta de ética por los liderazgos, políticos y militares.

Dicho lo inmediato anterior, entremos en tema en propuesta en título.

Exponer realidades sobre China es extremadamente complejo, rayando lo imposible, incluso para sinólogos y es por ello que trataremos de objetivar nuestra demostración sobre textos estudiados en décadas, sobre nuestros análisis, reflexiones y conversaciones con académicos, sinólogos, militares y expertos en precisos temas tratados, en diferentes lugares, según temporalidades históricas, para así evitar la común subjetividad escuchada y las comunes opiniones.

¿Por qué China mantuvo relaciones diplomáticas y consulares con el Gobierno del general Augusto Pinochet?

Eran en aquellos tiempos de principios de la década de los años 80 la pregunta obligada entre los más de 70 diplomáticos sinólogos expertos en la Historia del Partido Comunista China (PCCh), en residencia en la ciudad de Beijing, momentos posteriores cuando Deng Xiaoping había impuesto la tesis político-económica de la "reforma y la apertura" en el seno del Comité Central del PCCh en aquel diciembre de 1978.

Lo mencionamos porque no podríamos ni deberíamos olvidar sobre la persecución personal que se desarrolló sobre Deng Xiaoping aquellos que realizaran la "Revolución Cultural", banda denominada como la "Banda de los Cuatros"; cuando lo humillaron colocándole un gorro de cartón sobre su cabeza rememorando a un asno (burro), cuando fue exiliado hacia el sur de China siendo protegido por el Mariscal Ye Jieying en la provincia de Guangdong hasta aquellos momentos históricos cuando el EPL decidió actuar con la finalidad de controlar el "caos y la anarquía" que habían desarrollado la mencionada banda en referencia histórica.

¿Quién era Deng Xiaoping?

En primer lugar, un importante cuadro del PCCh desde casi su misma fundación en aquel verano de 1921, líder procedente de la provincia de Sichuan. Formó parte del grupo de dirigentes del PCCh que serían enviados por el partido comunista chino a Francia junto a Zhou Enlai y el mariscal, Zhu De. Ejercería como comisario político en el frente oriental liderado, según, por Lin Biao y, una vez triunfara la Revolución China, sería designado con el importante cargo de Secretario de la Oficina Central del Gobierno. Curiosamente, Mao Zedong, según decires, lo respetaba por su capacidad de trabajo, obediencia, ser un cuadro revolucionario, estudioso y drástico en sus decisiones políticas.

Pero Deng Xiaoping no participó en aquel verano en mención más arriba en el Primer Congreso como tampoco estarían presentes ni Zhou Enlai ni Zhu De pero si ya formaban parte de aquellos 54 cuadros revolucionarios comunistas. (DengRong. "Deng Xiaoping y la Revolución Cultural. Editorial Popular. Madrid, 2002, pp. 523". Kai-Yu Hsu. "Chou En-lai. La eminencia gris de China". Grijalbo. Barcelona, 1974, pp. 240).

¿Había armonía en aquel cuarto de aquella escuela de niñas en Shanghai en aquel verano de 1921 entre los participantes chinos entre sí y entre esos participantes chinos y los representantes de Moscú y de la Internacional Comunista sobre los temas fundamentales sobre como sería la formación del partido, los objetivos políticos e incluso las visiones ideológicas de cada uno de aquellos líderes nacionales que representaban a un escuálido grupo de seguidores a nivel nacional en número no mayor de 54 adeptos a las tesis leninistas de la revolución permanente?

Nos vamos a permitir referirnos a una corta bibliografía sobre las asimetrías ideológicas que se expresaran durante aquellos primeros años del PCCh. En primer lugar referirnos al seguidor de León Trotsky, Wang Fan-hsi en su texto "Chinese Revolutionary. Memoirs 1919-1949"; al anarquista Zheng Chaolin en "An oppositionist for life" de Gregor Benton. A Ch´en Kung-po en su texto "The Communist Movement in China" donde describe con detalles el desarrollo del Primer Congreso del PCCh junto con el texto único en inglés del Documento aprobado. El texto de Brantly Womack referido a "The foundations of Mao Zedong´s political thoughts, 1917-1935" y, por ultimo, el texto de John E. Rue sobre "Mao Tse-tung in Opposition, 1927-1935". En ese orden de ideas, nos permitimos sugerir las lecturas del texto de Hans J. Van de Ven: "From friend to comrade. The founding of the Chinese Communist Party, 1920-1927" y el extraordinario texto de Philip Short: "Mao". Sus lecturas nos permiten extraer la conclusiones sobre las contradicciones y confrontaciones intra-partido del PCCh en los primeros tiempos de su nacimiento y revolución como partido político bajo condiciones históricos asimétricas a cualquier otro proceso revolucionario incluso en las actuales realidades globales de crisis y caos, militarismo, tráfico de estupefacientes, corrupción y asesinatos.

Es de oficio de historiador tratar de comprender después de estudiar, analizar y concluir, bajo los paradigmas ideológicos de cada responsable, los espacios históricos en estudio con las finalidades de no solo exponer sus propios pensares sino permitirse sugerir a los responsables políticos que ni siquiera Macchiavello logró comprender los avatares del Poder cuando analizamos la vida y obra de Deng Xiaoping, de Zhou Enlai, de Zhu De, de los "estudiantes retornados de Moscú" y, claro, del propio Mao Zedong, desde aquellos comienzos del verano de 1921 hasta la famosa y nombrada "Larga Marcha".

Estaban presentes 14 revolucionarios chinos de diferentes provincias, diferentes mentalidades y experiencias, eran 14 inquietos y aguerridos y agresivos revolucionarios acompañados por dos extranjeros provenientes de Rusia representando la "doctrina internacional revolucionaria y socialista" de un gobierno de obreros, campesinos y soldados pero, curiosamente ni el uno ni el otro eran ni obreros, ni soldados, ni campesinos sino dirigentes leninistas comprometidos con llevar la revolución a una nación semi-colonial como era China.

Ellos representaban al tiempo que lo revolucionario, la permanencia del gobierno de la Rusia Bolchevique, el ejemplo de que "…si se puede…" llevar y realizar un proceso revolucionario. Pero el consciente de los revolucionarios chinos con mayor conocimiento de la propia e íntima realidad china, también tenían sus propios pensares, sus objetivos, conocían a fondo como sufrían los campesinos desplazados, perseguidos que se vendían por "el plato diario de comida" por un trabajo cercano a la esclavitud.

Unos y otros pensaban en su propio concepto de partido y de revolución.

Así nació el PCCh, en polémica continua, permanente, álgida, sin disciplina leninista y con bajo conocimiento teórico más allá de las lecturas de las columnas escritas por Lenin y publicadas por la prensa excepto aquellos pocos que habían tenido contacto con el grupo de Peiping (Peking, Beijing) gracias a las lecturas de Chen Duxiu y Li Dazhao y aquel representante proveniente de la comunidad china en Japón. Eran ambiciosos pero realistas, prácticos, objetivos como lo demostraron cuando la policía francesa irrumpió en la escuela donde se realizaba el aquelarre fundacional del PCCh.

Nació el PCCh en contradicción, confrontación entre los diferentes dirigentes a tal nivel que se aprobaron dos propuestas políticas de las dos tendencias presentes.

Para ningún sinólogo es de desconocimiento que a partir de finales de aquel mes de julio de 1921, el Comité Central del PCCh, nunca, jamás, apartó la polémica ideológica que se confrontaría, en permanente realidad, con sus propias realidades que circundaban los escenarios de guerra de guerrillas que se irían desarrollando a partir de aquel mes de diciembre de 1927 en y desde la provincia de Guangdong.

En nuestro anterior mencionábamos las contradicciones y confrontaciones entre el Comité Central radicado en Shanghai y la base guerrillera en Jiangxi (Jinggangshan) que, en nuestra modesta reflexión, le permitieron a Mao Zedong aceptar las contradicciones, conceptuales y teóricas, sobre las cuales se debían sustentar los procesos etápicos de la revolución china.

Es en ese orden de ideas que nos consideramos que fue en la base guerrillera en mención donde tomara la decisión de diseñar y comenzar la "Larga Marcha" lo que le permitiría no solo recorrer la geografía china, entrar en contacto directo con el campesinado, fortalecer los cuadros tanto políticos como militares, imponer un proceso cultural básico pero necesario y obligante vista la realidad significativa de la cultura tradicional china y obligar a los cuadros políticos a aceptar lo conceptual-teórico del nuevo diseño de revolución para las realidades chinas, aparentemente, alejándose de las influencias de los "estudiantes retornados de Moscú" como de las directrices de Stalin en lo fundamental aún y cuando Moscú reconocía la importancia del sector campesino como masa revolucionaria.

¿Son las contradicciones, confrontaciones inevitables, en sus propios procesos, de la revolución?

Pero también es de obligación inquirirse sí el liderazgo desconoce cómo superar las contradicciones actuando más bien en profundizarlas. Ello significa que un liderazgo ciego, sordo pero no mudo pudiera dañar a los procesos históricos revolucionarios nacionales demostrando las evidentes falacias con las inevitables consecuencias de carácter de políticas destructivas hacia lo interno de las masas revolucionarias más cuando una revolución es un acto socio-militar por lo que se debe conocer como se debe saber superar, en las contradicciones, lo importante de lo urgente en función de consolidar el propio y necesario liderazgo dentro del proceso revolucionario.

Es, en nuestra consideración, que Mao Zedong desde su arribo a la base de la provincia de Shanxi pasando por la provincia de Shaanxi, obligatoriamente, supo consolidarse como líder fundamental sabiéndose rodeado de cuadros militares y líderes revolucionarios disciplinados y comprometidos en conciencia revolucionaria aún en las diferencias.




 



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Miguel Ángel Del Pozo


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