Dos distritos emblemáticos le dieron la espalda al presidente Néstor Kirchner el 24 de junio, en elecciones de segunda vuelta para gobernadores. Una nube de pesimismo –injustificada, dicho sea por adelantado– oscureció el panorama político nacional.
En
Estos resultados golpean de lleno al Presidente y dan pie a una implacable ofensiva mediática. Kirchner asumió como propia la campaña en
¿Giro a derecha?
Pese a las apariencias, el alegado giro del electorado porteño hacia la derecha no se corresponde con la realidad. El primer y más crudo dato para contrarrestar esa impresión es el nivel de abstención, que llegó al 35%, cifra elevadísima para las pautas locales, donde el sufragio es obligatorio. De los votos emitidos, hubo un 3% blancos y otro 2,8% nulos. Sumados, quienes no votaron o no lo hicieron de manera positiva equivalen al 39,09% del padrón. Así, sobre el total de electores, Macri obtuvo el 35,8% y su contrincante el 25,03%.
Pero hay dos factores de mayor relevancia aún: camuflada de democrática, la derecha no se presentó con discurso propio; enfrente, muy pocos identificaron al candidato oficial con la izquierda. Estos resultados –como los registrados en los últimos años– indican despolitización, ausencia de certezas, plasticidad moral del ciudadano medio. Es sobre la argamasa creada por esos factores por donde avanza el fascismo. Pero no cabe confundir potencia con acto.
Otros resultados
En un cuadro de acelerada descomposición y desagregación de todos los partidos, la distancia entre el peso personal de Kirchner y la capacidad electoral de la estructura que lo acompaña es notoria. Aunque resulte paradojal, la misma causa que sustenta su neta preponderancia frente a cualquier rival, es la base de su debilidad. En cuatro años, la organización política creada por el Presidente para los comicios de 2003, el Frente para
Sigue un calendario complicado: el 26 de agosto Kirchner obtendrá una victoria en Tucumán. Luego, el 2 de septiembre la suerte se juega en dos provincias clave: Santa Fe y Córdoba. En la primera los pronósticos anuncian la derrota oficialista frente a una alianza del Partido Socialista y
Después de octubre
Si Kirchner recupera la iniciativa, es improbable que la oposición ultraconservadora, disgregada y sin base de sustentación popular, logre pasar a una segunda vuelta, instancia en la cual podría aspirar a unirse contra Cristina Fernández de Kirchner, hasta ahora candidata presidencial. El problema será gobernar después de octubre. Aunque de manera distorsionada, las advertencias del electorado reflejan cuestiones de fondo irresueltas, que se agudizarán de ahora en adelante. Estados Unidos asecha, presiona y chantajea para sacar a Argentina de la convergencia suramericana. Antiguos y nuevos cuadros políticos respaldados por los grandes medios de difusión ven ahora la oportunidad de dar el zarpazo. Muchos de ellos están aliados al Presidente. En sentido inverso, no menos elocuente es la explosiva reaparición de Sergio Acevedo, figura clave en el primer período del actual gobierno, que con motivo de la prórroga de concesiones petroleras a empresas extranjeras en Santa Cruz y Chubut, sostuvo que “se está profundizando la matriz económica menemista” y anunció su decisión de “dejar de pertenecer al espacio kirchnerista”.
Este oleaje se agigantará en el próximo período, al margen de los resultados electorales. En medio de esa tormenta Argentina deberá resolver qué destino elige.