Estados Unidos apuesta por ensombrecer y dividir la Cumbre Iberoamericana de Santiago.

El gobierno norteamericano destina 350 mil dólares para una Operación contra Castro y contra Chávez

Todo apunta a una Cumbre caliente y movida. En septiembre tuvo lugar, en Washington, una reunión de funcionarios del Gobierno, incluyendo la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos con representantes de las principales organizaciones anticastristas que reciben fondos federales estadounidenses y dos representantes de la oposición al presidente venezolano Hugo Chávez. El tema: la Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en Santiago de Chile entre los días 8 y 10 de noviembre.
 
“Piensen en grande; hagamos que un Cóndor de Acero “vuele con poder y fuerza incontenibles”, fueron las primeras frases expresadas por un funcionario que dejó inaugurada la reunión; dando a conocer así, a los participantes, un nombre en clave que se había escogido para la “operación política secreta” que llevaría a cabo en ocasión de la XVII Cumbre Iberoamericana de Santiago; para la cual han destinado 350 mil dólares.
 
El lenguaje particularmente fuerte, utilizado desde el comienzo de la reunión para referirse a Chávez y a las reflexiones de Castro, demostró a las claras que el propósito principal que deben lograr los allí confabulados es enfrentar a Chávez y a Cuba en la cumbre de Santiago.
 
El oficial superior a cargo se encargó tempranamente de establecer las reglas del juego. “Todos, dijo, deben estar absolutamente claros que estamos tratando de asuntos de los que no se habla abiertamente” y en tono sarcástico sentenció: “hemos estado durante más de medio siglo construyendo nuestros bienes en todos los sectores de la sociedad chilena, y si es necesario volvemos a enviar a la banda de la marina2; pero no hay que hablar públicamente de eso.
 
Los exiliados cubanos –a diferencia de los venezolanos, que eran minoría en Washington y evidentemente estaban peor preparados—, al parecer llegaron a la reunión conociendo exactamente lo que se iba a tratar en la misma; se mostraron más curtidos y expertos en este tipo de evento, al tiempo que fueron armados de proyectos y propuestas concretas. Fueron precisamente ellos quienes recomendaron mantener en secreto las actividades y desinformar sobre los verdaderos propósitos de las mismas, utilizando lemas y convocatorias que sugieran temas generales y que no mencionen a Cuba o Venezuela, para tratar de evitar las acciones de protesta y las manifestaciones de los grupos de solidaridad con Chávez y Castro.
 
Probablemente, dado el protagonismo mostrado por los anticastristas, el disparo de salida de la Operación, tenga lugar el 10 de Octubre3 en Cuba, cuando se dará a conocer una “Carta de los disidentes cubanos a la XVII Cumbre ”; documento al que, según se dijo, se le daban los toques finales en Miami antes de enviarlo para La Habana.
 
En uno de los recesos, como para refrescar, se proyectó el documental “Lo echaremos con nuestras manos blancas”, de apenas 11 minutos, preparado por la estación de la CIA en Caracas, donde se recogen algunas de las “acciones de resistencia cívica” llevadas a cabo por “organizaciones de estudiantes” contra Chávez.
 
Desestabilizando otra vez a Chile.  
Cabría preguntarse ¿por qué el gobierno de Estados Unidos estaría planificando acciones políticas secretas, sumamente sensitivas y de un carácter hostil, en el territorio de un país que no reconoce como enemigo y en el contexto de un evento internacional organizado por un gobierno supuestamente amigo? Lo cierto es que Estados Unidos se opuso fuertemente a la creación de las Cumbres Iberoamericanas, y más aún que se invitara a las mismas al gobierno cubano. El propio Castro se encargaría de señalar en la cumbre de Guadalajara, México, en 1991, que “era la primera vez que los latinoamericanos se reunían sin ser convocados por Washington”. No es casual que tres años después, los estadounidenses crearan la Cumbre de las Américas.
 
¿De qué acciones políticas secretas se habló en esa reunión en Washington? Informaciones en nuestro poder recogen las acciones propuestas y analizadas por los participantes en la reunión de Washington, y se parafrasean y resumen las principales observaciones o comentarios, emitidos en su discusión.
 
Al analizar esta nueva operación podemos concluir que responde y refleja la convicción permanente que tienen los gobernantes norteamericanos de que Estados Unidos debe y puede modelar la política y la diplomacia de otros países por medios clandestinos, y si es necesario sin escrúpulos y completamente fuera de la legalidad. Es un ejemplo más y una reflexión sombría de cómo el gobierno de George W. Bush concibe y lleva a cabo de manera secreta sus relaciones exteriores; a pesar del aparente papel de policía bueno que han tratado de desarrollar en América Latina, en los últimos tiempos, el señor Shannon y el Departamento de Estado.
 
Hace ya unos cuantos años, cuando todavía no había regresado la democracia a Chile, coincidimos en un evento académico con Roger Morris4, quien exponía sobre las acciones secretas de la CIA contra Salvador Allende. Al final de su brillante exposición se preguntó: ¿cuántos políticos, sindicalizados, estudiantes o periodistas que nos complacieron haciendo caer a Allende estarán ahora sufriendo arrepentidos bajo el gobierno “menos tierno” de la junta chilena?
 
En todo caso, aún cuando el gobierno de Estados Unidos, con esta nueva Operación, estuviera solamente tratando de alcanzar ventajas políticas y dudosos objetivos de política exterior contra dos de sus más enconados enemigos en Iberoamérica; lo cierto es que está mostrando un absoluto desprecio por la soberanía chilena y estaría, no cabe duda, desestabilizando otra vez a Chile5.
 
 
 

1 José Puga y Marisol Crespo son dos periodistas investigativos cubanoamericanos.
2 Para tratar de evitar la llegada al poder de Salvador, en las elecciones de 1970, la CIA ejecutaba una operación política secreta y solicitó 87 visas para militares que viajarían a Santiago en la embajada de Chile en Washington. Cuando alguien de la embajada chilena preguntó al Departamento de Estado sobre esa cantidad de visas para militares en vísperas de las elecciones, el DOS respondió inicialmente que esas personas eran miembros de una banda de la marina.
3 Esta fecha marca el 139 aniversario de las luchas cubanas por la independencia, de España.
4 Roger Morris fue asistente de Henry Kissinger en el personal del Consejo Nacional de Seguridad, es el autor del ensayo “Siguiendo el argumento: reflexiones sobre cinco casos reales que ilustran los métodos y los resultados de la intervención de la CIA ”, publicado en el libro “Los Archivos de la CIA ”, Editorial Diana, México, octubre de 1980.
5 No es la primera vez que la CIA se envuelve en una operación clandestina en gran escala en Chile. Lo hizo en 1964, 1970 y finalmente en 1973 cuando apoyó y financió el golpe fascista contra el gobierno constitucional del socialista Salvador Allende. Ya en las elecciones de 1964, la CIA gastó un estimado de veinte millones de dólares en un esfuerzo exitoso para elegir a Eduardo Frei, el candidato cristianodemócrata sobre Salvador Allende. Ver “Covert Action in Chile 1963- 1973” ( Washington , D.C. U.S. Government Printing Office, 1975. 


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