La nueva realidad política internacional

En el marco de lo que el presidente de Rusia, Dimitri Medviedev, denominó la Nueva Realidad Política Internacional, es decir las nuevas condiciones geopolíticas que prevalecen hoy en día en el planeta, a raíz de la victoria de las tropas rusas sobre las de Georgia, cuando esta última intentó invadir y controlar a Osetia del sur, Rusia comienza a hacer acto de presencia en América Latina. Como se sabe, en esta región se está gestando un escenario de confrontación entre los países que, buscan, por una parte, establecer un orden internacional multipolar, y que encabezan Rusia y los miembros del grupo Shangai, y por la otra, los que desean mantener el actual Status Quo; lo que significa forzar la vigencia del actual orden mundial unipolar que aun encabeza Estados Unidos, nación que hoy en día experimenta entre otras cosas, debilidad económica, crisis financiera, división política por cuestiones electorales y el empantanamiento en sus guerras en Afganistán e Irak.

Entre las condiciones que prevalecen hoy en día en el escenario internacional, y de las cuales hizo referencia el mandatario ruso, y las que seguramente serán determinantes para la próxima reconfiguración geopolítica, destacan por ejemplo la independencia que declararon tanto la república de Osetia del Sur como Abjasia de Georgia y la de Kosovo de Serbia; cabe señalar que en los tres casos dicha independencia ya ha sido reconocida por algunos países de la comunidad; asimismo, destacan los planes de la OTAN para instalar 10 equipos antimisiles en territorio polaco y una antena en la República Checa, y las cuales, claro está atentarán contra la seguridad de Rusia y sus aliados en el espacio ex soviético. Finalmente otra de las condiciones es la fuerza político-económica y militar que recientemente ha adquirido el grupo Shangai, el cual ahora es asediado por algunos países que quieren tener una membrecía en dicho club.

De esta manera, si analizamos en su conjunto todos estos eventos y otros mas, podemos asegurar que en esta nueva fase de la confrontación entre Rusia y Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, la ventaja la tiene la nación euroasiática. Esto debido a varios factores que se presentan en ambas naciones.

Por ejemplo, en lo que respecta a Rusia, destacan su fortaleza económica, que en gran medida se debe a su potencial energético, sobre todo de gas natural; sus avances científico-tecnológicos, que le permiten contar hoy con un ejército fuertemente pertrechado con armas modernas; un volumen grande de reservas monetarias internacionales y; finalmente, una diplomacia que, a través de su nueva Doctrina de Política Exterior, proyecta la búsqueda del diálogo y la cooperación y al mismo tiempo, la defensa del territorio nacional.

En lo que se refiere  a Estados Unidos y a la Unión Europea, hoy en día ambos sufren  de un agotamiento natural en su proyecto expansionista, en este caso particular, en la antigua zona de influencia de Rusia. Esta debilidad se refleja por ejemplo en su actual  recesión, la división política que prevalece en el seno de la Unión Europea y finalmente la polarización que actualmente se presenta en la sociedad estadounidense, debido al próximo ejercicio electoral.

Todos estos factores son los que indudablemente forjarán el nuevo escenario geopolítico en el siglo XXI, en la era que el canciller ruso, Sergei Labrov, llamó la de la "Post Pax Americana", es decir la que deberemos vivir los habitantes de este planeta sin el llamado "Proyecto para un nuevo siglo americano", que fue preparado por los Halcones de Washington en 1994, y el cual tuvo una vigencia de apenas un poco más de una década.

De esta manera, en el marco de la actual situación política internacional, que hay que reconocer no fue forjado por Rusia sino más bien por las ambiciones expansionistas   de la OTAN, la Union Europea y Estados Unidos, ahora, el planeta entero, comienza a ser el escenario de una nueva etapa de la confrontación entre Rusia y Estados Unidos. Y en este sentido, hay que señalar que en lo que se refiere a la frontera de Rusia, tanto con el resto de Europa, el Caucaso y el Asia central, ésta seguirá siendo un "Hot Point", es decir un punto donde Occidente seguirá tratando  de mantener encapsulada a Rusia.  

Por esta razón, está claro, que las acciones que actualmente llevan a cabo las fuerzas militares rusas tanto en el Cáucaso como ahora también en Venezuela, han sorprendido a sus enemigos, ya que no esperaban que la recuperación de Rusia en el ámbito militar fuera tan rápida. En su discurso de inauguración en sus labores en la Casa Blanca, Condolesa Rice advirtió que el gobierno del presidente Bush haría hasta lo imposible para impedir el resurgimiento militar de Rusia, lo cual como ya lo sabemos no lo lograron. 

Ahora Rusia, en el nuevo contexto político mundial, y en el cual el Estado comienza a recuperar la posición que tuvo antes de que lo combatiera el neoliberalismo, inicia la labor de tejer redes de amistades que le permitan aumentar su propia seguridad, y al mismo tiempo no atentar contra la de ningún otro país; además bajo esta nueva tónica, Rusia desea posicionarse políticamente fuera de su territorio, no con afanes expansionistas sino para responder a los desafíos que le hacen sus enemigos del exterior; esto lo lleva a cabo a pesar de los enormes gastos que debe realizar para mantener segura su frontera, sobre todo después del arribo al poder, en las naciones adyacentes a Rusia, de gobernantes pro estadounidenses que llegaron al poder gracias a las llamadas revoluciones de colores que financiaron Washington y Bruselas.

Una muestra del nuevo poderío ruso, lo es indudablemente el arribo de dos bombarderos estratégicos rusos Tu-160, que aterrizaron el pasado 10 de septiembre, con el objetivo  de realizar entrenamientos conjuntos con efectivos venezolanos. ElTupoliev 160, conocido como Blackjack en la clasificación de la OTAN y Cisne Blancoen la jerga castrense rusa, es un bombardero pesado supersónico con alas de geometría variable, capaz de volar 12 mil 300 kilómetros sin reabastecimiento.

Cabe recordar que este avión es considerado el más poderoso del mundo; puede llevar hasta 40 mil kilogramos en bombas de caída libre o guiadas por láser y dos sistemas rotatorios de lanzamiento de misiles nucleares (seis de crucero con ojivas nucleares y 3 mil kilómetros de rango y 12 de corto alcance) cada uno. Como se sabe, el patrullaje de aviones estratégicos de Rusia sobre aguas neutrales del Ártico, Atlántico, Pacífico y Mar Negro se reanudó el 17 de agosto de 2007, por decisión el entonces presidente Vladimir Putin.

La presencia de estos dos aviones rusos en territorio venezolano, así como también la de varios barcos que arribarán el próximo mes de noviembre a las costas de la nación, lo que efectivamente es inédito en los anales militares de Sudamérica, ocurre en el marco del derecho internacional y de ninguna manera es violatoria de las normas que rigen las relaciones entre las naciones. En este sentido, hay que reconocer que Rusia lleva a cabo acciones militares en América Latina, algo que otras naciones realizan en esa región y en otras del planeta de manera permanente. Al respecto, militares rusos han señalado que ambos aviones realizarán vuelos de entrenamiento sobre aguas neutrales y que el 15 de septiembre regresarán a su base en Rusia. Esto significa que los vuelos de los aviones rusos se realizaran en estricta observancia de las normas internacionales sin violar fronteras de países extranjeros.

Para algunos analistas, con la actividad marítima y aérea de las tropas rusas en Venezuela, a la que se podría añadir en el futuro, la recuperación de las estructuras militares que en el pasado tuvo Rusia en Cuba, durante la época soviética, y tal vez el establecimiento de bases militares en Venezuela, algo que ofreció hace unos meses el presidente venezolano a su homólogo ruso, tanto Moscú como Caracas, envían un mensaje contundente a Washington, en el sentido de que su recién reactivada IV Flota en el Océano Atlántico, será vigilada de manera permanente, tal y como ocurre en otras regiones del planeta, donde Estados Unidos lleva a cabo también labores de vigilancia y espionaje.

De esta manera, se puede concluir que hoy en día, la comunidad internacional presencia el fortalecimiento de una alianza entre Rusia y Venezuela, con el propósito de demostrar al mundo, pero sobre todo a Estados Unidos, que hoy, efectivamente se comienza a abandonar la unipolaridad, misma que prevaleció durante el retiro de Rusia del escenario internacional y que se están construyendo nuevas estructuras geopolíticas, económicas, energéticas y financieras de carácter multipolar, y en el marco de las cuales se presentará la nueva lucha por el poder mundial; en esta participarán dos puntos de vista muy distintos; uno de ellos, el de los países como Rusia y Venezuela, que promueven la defensa de los valores nacionales, y el otro, el de las naciones que desean un planeta globalizado en todos sus aspectos y con todos sus defectos.

*Dr. Miguel García Reyes, Presidente del Centro de Investigaciones Geopolíticas en Energía y Medio Ambiente de México, A.C



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