Traducido para Rebelión por Caty R.
Si hacía falta una prueba suplementaria del desprecio de Israel hacia la comunidad internacional, nos la acaba de proporcionar con la detención y posterior expulsión de Richard Falk, relator especial de los derechos humanos de las Naciones Unidas en los territorios palestinos ocupados. Falk iba a visitar la Franja de Gaza invitado por la Autoridad Palestina. A su llegada al aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv fue detenido inmediatamente por los funcionarios del departamento de inmigración, separado de los otros dos miembros del personal de las Naciones Unidas y retenido durante 20 horas antes de que lo metieran en otro avión con destino a Los Ángeles.
No se trata en absoluto de ningún error por parte de las autoridades israelíes. Richard Falk no está en los papelitos del gobierno por una buena razón: poco antes de su desplazamiento a Oriente Próximo pidió, a propósito de la situación de Gaza, una acción urgente de las Naciones Unidas para proteger a una población civil «sometida a un castigo colectivo equivalente a un crimen contra la humanidad». También consideró que el Tribunal penal internacional debería investigar sobre esta situación con el fin de determinar si los dirigentes civiles y militares israelíes responsables del asedio a Gaza deberían ser acusados y procesados por violaciones del derecho penal internacional.
Ahora esperamos las reacciones de los defensores de los derechos humanos, tan rápidos para castigar a los palestinos como silenciosos cuando se trata de la ocupación israelí. Israel no puede saltarse eternamente las leyes internacionales. Esta complacencia, esta cobardía y esta complicidad criminal matan palestinos todos los días. No podremos decir que no lo sabíamos.
Original en francés: http://www.humanite.fr/2008-12-22_International_Israel-et-l-impunite-criminelle