“No me educaron en el sionismo, pero al igual que los demás israelíes yo daba por descontado que los judíos eran un pueblo que había vivido en Judea y que fue expulsado al exilio por los romanos el año 70 d.C.
”Pero una vez que empecé a buscar pruebas, descubrí que los reinos de David y Salomón eran puras leyendas.
”Lo mismo pasó con el exilio. De hecho, la judeidad no puede explicarse sin el exilio. Pero cuando empecé a buscar libros de historia que me describiesen los pormenores de dicho exilio, no pude encontrar ninguno. Ni uno solo.
”La razón es que los romanos no exiliaron a nadie. De hecho, los judíos en Palestina eran mayoritariamente campesinos y todos los indicios sugieren que se quedaron en sus tierras.”
La magnitud de la manipulación mediática impide al receptor la cabal comprensión de los sucesos, razón de ser de la función periodística, so pretexto -implícito, es de imaginar- de no fomentar el antisemitismo, remanido latiguillo a falta de argumentos. Poco importa que la comunidad internacional, léase Naciones Unidas, haya declarado reiterdamente la ilegalidad del asedio.
La omisión de toda mención de la nueva placa frente al museo de Auschwitz probablemente obedezca a lo mismo. Ninguna desgracia humana fue tan usada. La historicidad es impiadosa, no sabe de concesiones, excepto en el caso del estado de Israel. Mejor no meterse. A todo momento aparecen, impunemente, "rastros" del antiguo pueblo elegido. Oportunas ruinas, sospechosas monedas salomónicas... Nadie duda.
No hay que pedir permiso si la "investigación" requiere remover la vivienda de un palestino en busca de vestigios de la leyenda bíblica. Una hora de plazo para abandonarla. Acto seguido, el bulldozer "libera" la zona, con o sin gente adentro, poco importa. El fin justifica los medios.
Llama la atención que la censura autoimpuesta sea mayor fuera que dentro de la propia Israel.** El profesor Sand, si bien amenazado y maldecido en muchas lenguas, especialmente en inglés -el gran pais del norte concentra una comunidad de judíos mayor que en la propia Israel, influyentes "israelíes-norteamericanos" (¿?)- sigue dictando cátedra en Tel Aviv y, hasta donde se sabe, no fue objeto de daños físicos, ni sus familiares, al menos hasta ahora.
El resultado no es inocuo. La anomia de la comunidad internacional facilita el genocidio. Hay un conflicto, y en todo conflicto, análogo al que proclamaba la búsqueda de armas de destrucción masiva -probablemente debajo del petróleo- en, caramba, que coincidencia, otro enemigo de Israel, es de esperar que haya muertos. Un israelí murió por un cohete casero: El arañazo de la mujer violada por la patota. Los palestinos muertos a misilazos, en la región más densamente poblada del planeta, que es lo que la ocupación produjo en la Franja de Gaza, superaban los 200, con 700 heridos de distinto grado.
Hay que releer los grandes diarios argentinos de los años de plomo para sentir vergüenza ajena e indignación propia. No harán falta otros 30 años para que las principales crónicas del "conflicto de medio oriente" produzcan lo mismo. Triste consuelo.
* THE NATIONAL, Jonathan Cook, http://www.thenational.ae/article/20081006/FOREIGN/279853798 - traducción al castellano: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=74282