Más de un año ha pasado desde el homicidio perpetrado contra el Comandante Colombiano Raúl Reyes y un grupo de 25 combatientes de su columna guerrillera en tierras Ecuatorianas, incluso la muerte no aclarada aún de varios estudiantes Mexicanos y otros de ellos dejados heridos en el sitio de la emboscada.
Mientras estén de Vicepresidente y de Ministro de la Defensa los señores oligarcas de la familia Santos la posibilidad de una agresión bélica de proporciones más grandes que la perpetrada contra la República del Ecuador, son cada vez, más inminentes contra Venezuela.
Tal aseveración lo indican las firmes embestidas y coacciones contra nuestra nación por parte de estos macabros personajes, más aun, cuando se reflejan clara y antagónicamente las diferencias hacia el primer mandatario de su país; Álvaro Uribe. Con más fuerza es desmentido y poco atendidos son sus reclamos.
Inmediatamente, las agresiones contra Venezuela se intensificaron después del rescate de los secuestrados, pongo como ejemplo uno de los ataques ordenado directamente desde la familia Santos, se aumentó el poder de transmisión de la radio del Ministerio de la Defensa hacia nuestro territorio, ahora se escucha en la más alta frecuencia llamados directos hacia venezolanos conminándolos a denunciar a guerrilleros, como que si esto fuese nuestro problema, la cobertura es amplia en Amazonas, Apure, Táchira y Zulia.
La familia de la guerra, Juan Manuel Santos Calderón de 58 años de edad, y Francisco Santos Calderón, desarrollan desde La Casa de Nariño estrategias que enrarezcan cada día las frágiles relaciones con el gobierno del Comandante Hugo Chávez. Desde ahora estos, gángster y vice-pillo agazapados, se creen presidentes, entonces tienden lo enseñado en Kansas y Harvard, no ocultan el odio hacia sus adversarios y el horror de sus apellidos.
La estrategia es radical y agresiva, primero ejecutaron el plan para asesinar a Raúl Reyes, segundo idear junto con la CIA y el MOSSAT una campaña internacional de corte bélico hacia Venezuela con el cuento de la computadora. Lo único que les falto fue decir que Raúl Reyes en sus tiempos de ocio navegaba en la Web visitando play boy o compraba con tarjetas de crédito en Amazon lo último en perfumes y celulares.
Sus desangelados discursos de guerra los llevó a fracasar la respuesta más inmediata que tenía Colombia para plantear mesas de diálogo con los grupos insurgentes, pues antes de que esto sucediera tenían que matar a su principal propuesta: Raúl Reyes.
Raúl Reyes era la más cercana invitación a una mesa de diálogo donde se integrara masivamente una salida política y negociada a la grave crisis de tipo político que padece esta nación.
La muerte de este Comandante de las FARC asesinó la posibilidad de un diálogo que abriera las puertas a una tercera fuerza política, esa es la verdadera formula que necesita Colombia para la gobernabilidad, debe apartarse el estrago liberal-conservador como única salida a la grave crisis que enfrenta toda esta sociedad.
Paralelamente, el Presidente Álvaro Uribe proponía una mesa de dialogo al máximo líder paramilitar, Salvatore Mancuso, quien, una vez aceptados los términos de negociación empezó a narrarle al mundo los crímenes y complicidad de militares y el financiamiento a mas de cien representantes al Congreso de la República, empezaron a caer los primeros hombres de confianza del Presidente, el primero su hermano de segundo su primo y así se desarrollo el mayor escándalo político de este siglo en Colombia: la Parapolítica, entonces, ordenaron su deportación hacia los EEUU. junto a otro grueso grupo de paramilitares, cuarenta en total fueron entregados al FBI. Siendo, entre otras, una de las más importantes declaraciones judiciales, cuando se afirmó, que junto al líder paramilitar Carlos Castaño, Manuel Santos, el santo de la guerra, planificó dar un golpe de estado contra Ernesto Samper con el apoyo del gobierno estadounidense.
Luego de la muerte de Raúl Reyes han salido al descubierto los Falsos Positivos, fue el asesinato de más de 1500 inocentes a manos del ejército que hasta dinero recibían por cada muerto señalado como guerrillero. En Colombia los guerrilleros valen millones de pesos por eso invitan a asesinarles.
Con el crimen contra Raúl Reyes hicieron fiesta y fueron miles de millones de pesos los repartidos a los embriagados ejecutores de esta vulgar acción. Con Raúl Reyes se asesinó la posibilidad de acuerdos que allanaran caminos hacia la paz. Otro interlocutor tan válido y alto no tendrá Colombia en mucho tiempo.
(*) DOCTORANDO
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