(Parte I, de dos)

Panamá 2009: La hegemonía de un Estado capitalista vs la necesidad de una Asamblea Constituyente que refunde revolucionariamente el país

El agua pasa en ti como un cuchillo/y separa el amor en dos mitades/con un frío de dólares metidos/hasta la empuñadura en tus panales;/yo te digo las penas que yo siento/si otros no ven estas calamidades/piensa que estoy perdido o que bebí/demasiadas botellas en tus bares,/pero estas construcciones, estos lagos,/estas aguas azules de dos mares/no deben ser la espada que divide/a los felices de los miserables,/debiera ser la puerta de esta espuma/la gran unión de dos mundos nupciales:/un pequeño camino construido/para hombres y no para caimanes,/para el amor y no para el dinero,/no para el odio, sino para los panes,/y hay que decir que a ti te pertenece/este canal y todos los canales/ que se construyan en tu territorio:/éstos son tus sagrados manantiales./El manantial del mar que te rodea/es tuyo, es una vena de tu sangre/ y los vampiros que te la devoran/deben hacer valijas y marcharse/y sólo tu bandera de navío/debe mover al viento de la tarde:/el viento panameño que pregunta/como un chiquillo que perdió a su madre/dónde está la bandera de su patria./Está esperando, y Panamá lo sabe./ Y lo sabemos los americanos/desde la Patagonia al Río Grande:/una sola bandera en el canal/debe mover su pétalo fragante:/no puede ser bandera de piratas,/sino una rosa más de nuestra sangre/y el puro pabellón de Panamá/presidirá el camino de las naves. (Pablo Neruda). 

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     El 3 de mayo de 2009 se celebra en Panamá elecciones presidenciales, de diputados al Parlamento Centroamericano, de diputados a la Asamblea Nacional, y de alcaldes y representantes de corregimientos. En este pequeño país centroamericano se encuentran todas las contradicciones del capitalismo imperialista. El artículo bosqueja el estado de satisfacción/insatisfacción del sistema de necesidades del pueblo panameño. Apuesta por una refundación socialista revolucionaria del país; por una nueva Asamblea Constituyente que lo refunde en el socialismo. Debido a la aplastante hegemonía capitalista en estas tierras, se reivindica la ayuda internacionalista al pueblo revolucionario panameño para que pueda alcanzar su segunda independencia.

  1. Las necesidades de un ecosistema saludable y bello, un sistema económico socialista, y un sistema político revolucionario
 

     1.1. Necesidad del pueblo panameño de disfrutar de un ecosistema saludable. La superficie total del territorio de la República de Panamá es de 7.551.690 hectáreas. De ellas, el 30% es utilizado en actividades agropecuarias. En 1992 el país contaba con el 44% de su superficie cubierta de bosques, unas 3.358.304 hectáreas. La tasa de deforestación es estimada en una media de 60 mil hectáreas por año. Eso supone que para 2010 quedarán  aproximadamente 2.500.000 hectáreas de bosque. El 27% de los suelos del país está en un estado de degradación casi irreversible, sobre todo en el Arco Seco de Azuero y las tierras altas de Chiriquí.

     En Panamá, el 10% de la población vive sin agua potable, y en la ciudad de Panamá hay más de 50.000 viviendas sin agua potable. Al menos el 60% de las aguas negras se descargan sin tratamiento alguno contaminando ríos, playas y mares. En la práctica, el vertido de sustancias tóxicas al medio ambiente por parte de las industrias apenas tiene control. La Bahía de Panamá es un caso emblemático. Allá van a parar los residuos de los 378 millones de litros diarios de aguas negras procedentes de las más de 800.000 personas, e industrias de la ciudad. Un peligroso, feo y maloliente paisaje para los panameños y para los 1.2 millones de turistas que cada año visitan la ciudad. A los burgueses de Paitilla las aguas negras y la pestilencia del sucio paisaje de la bahía se les cuela por las cañerías de sus jacuzzis cuando sube la marea. El pueblo no puede disfrutar del baño y del ocio en las playas de la bahía. Se ha tenido que prohibir el baño por los riesgos de transmisión de cólera. A pesar de ello es fácil ver a menores y mendigos bañarse en sus aguas. Las obras de saneamiento se iniciaron en 2005 pero aún están sin terminar.

     Según datos de la Universidad de Panamá, la contaminación ambiental en el país supone que las afecciones respiratorias sean la quinta causa de morbilidad en jóvenes y ancianos en Panamá. Los niveles de contaminación del aire en el área Metropolitana y San Miguelito superan en más de un 20% los límites permitidos. Entre las causas principales se encuentra el incumplimiento de la normativa que establece que los carros tienen que circular con catalizador, así como un deficiente e indigno sistema de transporte público. A la contaminación del aire hay que sumar la contaminación biológica, química, radioeléctrica, atómica, etc. 

     La contaminación biológica transgénica es alarmante en Panamá. Su fuente está en la producción transgénica local y la contaminación comercial. Entre los principales productores de transgénicos se encuentra Estados Unidos, Argentina y Canadá. Países de los que Panamá importa muchos de sus productos. Especial incidencia en el aumento de los transgénicos ha tenido el Plan Puebla-Panamá. Entre sus objetivos se encuentra precisamente la introducción de cultivos transgénicos, además de la expropiación de los recursos biológicos del pueblo panameño. Arroz, maíz, patatas, papayas, soja, trigo, tomates, etc., son algunos de los alimentos transgénicos que estamos consumiendo poniendo en riesgo nuestra salud. Un caso especialmente grave es la leche transgénica del libre consumo en Estados Unidos y con la que los pueblos centroamericanos, y panameños, alimentan a sus hijos. La producción industrial de leche en Estados Unidos y Centroamérica utiliza la hormona transgénica de crecimiento bovino llamada rBGH, en circulación en Estados Unidos desde 1993. Esta hormona es propiedad de la multinacional biotecnológica Monsanto, es conocida como somato-tropina bovina o BST (en inglés), que estimula la producción de leche. La hormona transgénica aumenta el nivel de otra hormona llamada IGF-1 (factor de crecimiento insulínico tipo 1). Los niveles elevados de la hormona están asociados al surgimiento de cáncer de seno, próstata y colon. Por esa razón está prohibida en Europa, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Australia. Pero, por el contrario, las presiones de Monsanto consiguieron que se aprobara su uso comercial en México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.  

     1.2. Necesidad de igualdad en la diversidad personal, y de un sistema económico socialista. En relación a la necesidad de reconocimiento personal en la igualdad de la diversidad, la población de Panamá cuenta con 3.200.000 personas. El 58% de la población panameña es urbana. Casi un millón se concentra en la Ciudad de Panamá y en Colón. Según el censo de 2000, el 70% es mestiza criolla, el 6% indígena (kuna, guaymí, ngobe-buglé, emberá-wounaan, chocó), el 10% descendientes de europeos blancos y otro 14% de población mulata, negra y descendientes de asiáticos. Según esos datos, en Panamá, viven aproximadamente unas 200.0002 personas miembros de alguna de las siete etnias locales: la ngöbe, buglé, bri bri y naso, en la región occidental; y la kuna yala, emberá y wounaan, en la parte oriental. Aunque no es tan aguda como en otros países latinoamericanos, existe fuerte discriminación y racismo contra las minorías, principalmente la indígena. La discriminación también se extiende a la población homosexual. El número de homosexuales en Panamá oscila entre 150.000 o 300.000, dependiendo si tomamos el 5% o el 10% de la población. Aunque en el gobierno de Martín Torrijos ha dejado de ser un delito, la discriminación jurídica y social sigue presente. La discriminación con otros sectores de la población como son los niños, las mujeres y los ancianos también es extendida. La mitad de niños panameños vive en condiciones de pobreza. Las mujeres siguen discriminadas principalmente en el acceso a la educación, la inserción y promoción laboral y en la remuneración salarial. El 27% de los adultos de la llamada tercera edad, mayores de 60 años, vive en condiciones de pobreza y un 12% en condiciones de extrema pobreza.  

     Necesidad de un sistema económico socialista. Para que la riqueza medio ambiental y la diversidad expresiva popular panameña puedan florecer necesitan un sistema económico socialista (comunista) que se imponga al hoy hegemónico capitalismo imperialista colonial. Con la llegada de los españoles en 1501 estas tierras entran en el sistema mundo capitalista en su fase de expropiación y acumulación originaria. Tras la independencia del imperio español en 1821 y las sucesivas adhesiones y separaciones de la Gran Colombia de Simón Bolívar, al imperialismo español le sucede el imperialismo capitalista estadounidense que controla colonialmente el país sin ejércitos, pero con intervenciones militares cuando hace falta. El 12 de diciembre de 1846 se firma el tratado Mallarino-Bidlack, entre Nueva Granada (a la que se había unido Panamá) y EE. UU. Un tratado que abre las puestas a la intervención estadounidense en territorio panameño. El 19 de septiembre de 1856 se produce la primera intervención de Estados Unidos en el Istmo con motivo del incidente conocido como la tajada de sandía. Desde la independencia de Colombia en 1903, Panamá ha estado ‘tutelada’ por el imperialismo estadounidense. La última intervención militar fue en 1989 con un saldo de al menos 4.500 personas muertas en los bombardeos del barrio El Chorrillo, que quedó destruido y más de 20.000 personas perdieron sus pertenencias. En los últimos 20 años la expropiación capitalista se ha mantenido y acelerado.

     Con el gobierno de G. Endara (1989-94), el Estado panameño regresó en su soberanía a la situación de 1903. Con los EEUU se firmaron convenios que significaron expropiación de soberanía del pueblo. Por ejemplo, el Tratado de Asistencia Legal Mutua permitía a los estadounidenses investigar personas y cuentas en Panamá; otro acuerdo sobre vigilancia territorial permitía a las naves norteamericanas vigilar el mar territorial panameño. Endara permitió, un año después de la invasión, el 5 de diciembre de 1990, que tropas norteamericanas intervinieran en Panamá sofocando un levantamiento de militares. Los programas de expropiación del pueblo panameño por parte del capitalismo especulativo se intensifican a partir de 1989. Las privatizaciones de las empresas estatales, la flexibilización de la fuerza de trabajo y la desregulación institucional serán las principales estrategias. Estados Unidos impuso en Panamá una política económica de ajuste estructural con la firma del Convenio de ‘Donación', en 1990. En 1991 se aprobó una reforma a la ley de la Caja del Seguro Social (CSS) que aumentó la edad para cobrar la pensión y restringió derechos de los trabajadores.  

     El gobierno de E. Pérez Balladares (1994-1999) debilitó aún más la endeble industria manufacturera, así como la agro-industria, con la eliminación de los aranceles que la protegían; privatizó los servicios telefónicos y de energía; aprobó la ley del Canal de Panamá; se acometió una reforma liberal del Código de Trabajo con la Ley 44 de 12 de agosto de 1995, destinada a abaratar el despido y servir así a los intereses de los empresarios. Esta reforma desencadenó una fuerte protesta social con un saldo de cuatro sindicalistas muertos y decenas de detenidos. Durante su gobierno se privatizó: el Instituto Nacional de Telecomunicaciones (INTEL), vendido a la corporación inglesa Cable & Wireless en 1995; el Hipódromo, en 1997; los Casinos Nacionales, en 1998; el Ferrocarril Transístmico, en 1998; y el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE), en 1998; y se privatizaron los puertos alrededor del Canal interoceánico. El servicio portuario de los puertos de Balboa y Cristóbal se concede a la empresa Hutchinson. El desarrollo de los nuevos centros portuarios del Atlántico se concede a las empresas Evergreen y Petroterminales de Panamá. A partir de 1998 Panamá vendió el derecho a operar las bandas A y B de telefonía celular, ambas por más de 140 millones de dólares. La banda A es explotada por la estadounidense Bell South y la B por la británica Cable & Wireless Móvil. Gracias a la lucha del pueblo no pudo privatizar los servicios de agua potable, ni conseguir establecimiento de bases militares de EEUU para el siglo XXI. Respecto a esto último, el pueblo se opuso a las negociaciones bilaterales con Estados Unidos, iniciadas en 1995, que bajo la coartada del establecimiento de un Centro Multilateral Antidrogas (CMA) autorizaría a los estadounidenses a permanecer en las instalaciones militares de la Zona del Canal (especialmente Howard, Rodman y Galeta) más allá del año 2000, cuando, en cumplimiento de los acuerdos Torrijos-Carter, debían pasar el control del Canal al pueblo panameño.

     El gobierno de Mireya Moscoso (1999-2004), primera mujer presidenta de Panamá, se pondrá al servicio del Plan Puebla-Panamá. En 2000, el imperialismo estadounidense diseño un plan, que sería propuesto por Vicente Fox, el entonces presidente de México, para mantener y profundizar la hegemonía geopolítica capitalista en Centroamérica: El Plan Puebla-Panamá. El plan se extiende a los siguientes ámbitos: energético, de transporte, servicios de telecomunicaciones, turismo, intercambio comercial y aumento de la competitividad, desarrollo humano, desarrollo sostenible y prevención y mitigación de desastres naturales. El Plan Puebla-Panamá, hoy Proyecto Mesoamérica, es el proyecto de expropiación geopolítico actual regional del imperialismo estadounidense de la mano de los tratados de libre comercio (TLCs, ALCA, CAFTA). Originalmente el Plan lo componían, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México (los estados de Campeche, Chiapas, Guerreo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco Veracruz y Yucatán) Nicaragua, Panamá. En 2006 se le uniría Colombia. La expropiación del país se concretó en la práctica en el otorgamiento de concesiones mineras (v.gr Petaquilla, Soná, Cerro Quema, etc.), la venta de costas e islas, en ocasiones a narcotraficantes, la enajenación de las hidroeléctricas y embalses, etc. En los días finales de su mandato, Moscoso indultó a Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampol, en prisión por haber intentado asesinar a Fidel Castro en su visita con motivo de la reunión de la Cumbre Iberoamericana. 

     El gobierno de Martín Torrijos (2004-2009) continuó la agenda al servicio del plan Puebla-Panamá. El gobierno de Martín Torrijos contó con el apoyo de la cúpula obrera del antiguo Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (CONATO), que se alió con el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP). Uno de los grupos organizado más activos en contra de ese proceso privatizador ha sido el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (FRENADESO), integrado por una central de CONATO (la Central Nacional de Unidad Sindical – CONUSI -, que cuenta con el sindicato de los trabajadores de la construcción), los gremios de educadores, los trabajadores de la salud y la simpatía popular. El sindicato único de la construcción, con unos 15 mil miembros, son los que más han resistido organizados al embate privatizador. La flexibilidad laboral ha ido dividiendo a los obreros de las bananeras, de los cañaverales y del sector industrial. Al tiempo, el gobierno distribuye a bombo y platillo algunas migajas entre los más pobres. Ha puesto en marcha un programa de asistencia social en las zonas indígenas: la Red de Oportunidades, que entre otras cosas ofrece 50 dólares mensuales a las 56 mil familias más pobres del país. Sin embargo, el 98,5% por ciento vive en situación de pobreza, y el 89,7% en la extrema pobreza. Sus territorios son cedidos a empresas transnacionales para proyectos hidroeléctricos, mineros o turísticos. Con la coartada del combate a la pobreza, el Banco Mundial (BM) ha ofreció a Panamá unos 465 millones de dólares, para financiar 11 proyectos que serán concretados entre 2008 y 2010. 

     La expropiación de la tierra y los medios de producción del pueblo ha hecho surgir grandes corporaciones que se han apropiado de esos recursos. Corporaciones con dueños estadounidenses, libaneses, israelitas, etc. Significativa es la vinculación de la comunidad judía con Panamá, ya desde los primeros intentos de construcción del Canal por parte de Francia. La primera comunidad judía llega a Panamá a mediado del siglo XIX, procedentes de las islas de Curaçao y Aruba, Europa mediterránea, Siria (Alepo), Marruecos y Turquía. En 1876, fundan en Panamá la Sociedad de Beneficencia y Pompas Fúnebres Kol Shearit Israel. Cuando en Francia se negoció las obra de construcción del Canal, los principales negociante eran de origen judío, y algunos de ellos estuvieron involucrados en el llamado ‘Escándalo del Canal de Panamá’, el escándalo de corrupción mayor del siglo XIX. Ese escándalo dio al traste con la construcción del Canal por parte de Francia y generó antisemitismo en el pueblo francés. La comunidad judía en la actualidad está formada por unos 8.000 miembros. La mayor parte de ellos viven en la ciudad de Panamá y tienen negocios en la Zona Libre de Colón (ZLC). La vinculación de Panamá con Israel es estrecha. Panamá es el único país del mundo, además de Israel, que tuvo dos presidentes judíos durante el siglo XX: Max Shalom Delvalle en 1969, y Eric Delvalle Maduro entre 1987 y 1988. En la actualidad, la compañía Africa Israel Investment, controlada por el magnate de diamantes ruso israelí Lev Leviev, tiene planeado realizar en los próximos años megaproyectos de inversión en Panamá en la construcción de residencias, hoteles, etc., por unos100 millones de dólares. Unos de esos proyectos es Panorama B; un proyecto inmobiliario en la Avenida Balboa, que cuenta con una torre de 66 pisos y 360 unidades de viviendas, área comercial, etc., y que pretende estar terminado para 2010. Además, la compañía tiene otros cuatro proyectos en Punta Chame, Panamá, Boquete y en las cercanías del Aeropuerto Internacional de Tocumen. En Tocumen se quiere crear el residencial Costa del Sol, en una extensión de 860 hectáreas, dotado de hoteles, edificios, escuela, hospitales y centros comerciales. 

     Panamá es un paraíso laboral para el capital. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe de 2008, señala que el empleo informal en Panamá creció desde el 36.8%, en 2004, al 44%, en 2008. Un empleo que carece de seguro de salud y jubilación. Más de 50.000 niños y adolescentes trabajan hoy en Panamá en situación de explotación económica, la mayoría en la agricultura y en instalaciones de servicios. La reforma de 1995 del Código de Trabajo de 1972 introdujo, contra la voluntad mayoritaria de los trabajadores, medidas lesivas para sus intereses. Estas medidas paulatinamente fueron aumentando la transferencia de riqueza de los más pobres a los más ricos hasta hacer de Panamá uno de los países con mayor desigualdad en el mundo. Con datos del año 2007, el 20% de la población más rica de Panamá recibió el 63% del Ingreso Nacional, mientras el 20% más pobre accedió únicamente al 1.5% del mismo. Paradigmáticos son los casos de Colón y Veraguas. Los pobres en Colón son el 42.7% de la población y los extremadamente pobres el 10.3%, sin embargo, en Colón se encuentra la Zona Libre de Colón (ZLC) que factura anualmente más de 8.000 millones de dólares. Los pobres de Veraguas son el 53% de la población, mientras que dos o tres familias acaparan cada vez más la propiedad territorial. En Panamá, el crecimiento económico se lo han apropiado las 100 familias que detentan el poder económico y político. 

     El comercio panameño está controlado por unas cuantas corporaciones y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Éste es un organismo autónomo que administra el Canal. De acuerdo con los datos oficiales, desde que Estados Unidos transfirió el canal a Panamá, el 31 de diciembre de 1999, hasta el año fiscal 2008, la ACP ha recaudado unos 10.800 millones de dólares, de ello ha transferido al Estado panameño aproximadamente unos 3.270 millones. La ACP ha estado envuelta recientemente en supuesto caso de corrupción por causa de una autorización al millonario judío argentino Samuel Liberman, uno de los hombres más ricos de Argentina, para instalar una planta de molienda de clinker (cemento) a orillas del Canal de Panamá, en contra de la ley panameña, y con riesgos para la salud de los residentes de la capital, según el movimiento social que se opuso al proyecto. Entre las corporaciones destacan Motta y Waked International. Los bienes raíces y los establecimientos comerciales de la Avenida central se encuentran en manos judías y el negocio al por menor en manos asiáticas3. Stanley Motta, amigo de Carlos Slim, es hijo, junto a sus hermanos Alberto y Sandra, de Alberto Motta Cardoze, fallecido en 2006 con honras fúnebres en la sinagoga Kol Shearith Israel de Panamá, que ayudó a construir. Stanley Motta es presidente del Grupo Financiero Continental, con más de US$2,500 millones en activos; al cual pertenecen el Banco Continental de Panamá, la aseguradora ASSA; es dueño de Televisora Nacional Canal 2, Motta Internacional, GBM Corporación, Telecarrier, Inversiones Bahía, accionista mayoritario de Copa Airlines, la segunda aerolínea de Centroamérica. En 2005 compró la segunda aerolínea colombiana, AeroRepública, por US$23 millones. Posee inversiones importantes en Manzanillo International (MIT), la terminal portuaria más grande de Centroamérica y en la cual se han invertido más de US$300 millones, Multiplaza Pacific Panamá, que representó una inversión de US$100 millones. Por parte, Waked International es una corporación propiedad del empresario panameño de origen árabe libanés Abdul Waked. Esta corporación opera principalmente en la Zona Libre de Colón. Abdul Waked rivaliza con Stanley Motta. 

     El comercio de diamantes no podía faltar en la orgía del capitalismo en Panamá. En 2011 comenzará a funcionar Panama Diamond Exchange (PDE), delegación de la Federación Mundial de Bolsas de Diamantes (WFDB). Se calcula que el comercio de diamantes podría generar entre 5 y 10 billones de dólares anuales, con niveles de crecimiento semejantes a los de Dubai o Suiza. La decisión de crear una Bolsa de diamantes en Panamá se debe a varias razones: ser un paraíso fiscal, con todo lo que eso significa de facilidad para blanqueo de capitales de oscura procedencia –gran parte de la droga procedente de Colombia pasa por Panamá; la estabilidad del sistema bancario, el dólar como moneda de circulación nacional; un Gobierno al servicio de los intereses capitalistas. Su sede estará terminada en 2011, un edificio de 50 plantas con capacidad para instalar 300 compañías, en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Tocumen.  

     Las monedas de curso nacional llevan la marca de la colonización: el balboa y el dólar. El Sistema bancario en Panamá es fruto del reconocimiento del dólar estadounidense como moneda de curso legal desde 1904. La banca está en manos privadas. El Estado panameño es propietario sólo del Banco Hipotecario, la Caja de Ahorros, y el Banco Nacional (BNP) que funciona como banca central, ya que el país no cuenta con banco central para regular su política monetaria soberana, que no tiene. En 1970 se crea el Centro Bancario Internacional. La Superintendencia de Bancos de Panamá, organismo creado en 2000, es el responsable de “fiscalizar” las operaciones bancarias en el país. La red bancaria de la zona financiera de la Ciudad de Panamá es considerada la mejor de América Latina. El sistema está conformado por más de 80 bancos que guardan los secretos bancarios del paraíso fiscal en que han convertido a Panamá. El sistema bancario en Panamá ofrece un trato tributario especial muy favorable para los depósitos extranjeros. La práctica bancaria acepta la confidencialidad de documentos o registros, lo que permite que tanto empresas multinacionales como personas residentes en países con regímenes tributarios impositivos puedan utilizar dichos mecanismos para transferir fondos y ocultar la información. De esa forma obtienen una ventaja final evidente, al ahorrarse los impuestos que tendrían que haber pagado en sus lugares de origen. A Panamá este sistema le permite capturar fondos. La burguesía panameña ha colaborado también y beneficiado de esta expropiación internacional. Al cierre de 2008 el Centro Bancario Internacional de Panamá alcanzó los 76 mil 250 millones de dólares en activos consolidados. 

     Desde el año 2000, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) colocó a Panamá en una lista de 48 paraísos fiscales que blanqueaban el dinero y no colaboraban con los Estados. Los intereses de empresas de miembros de la OCDE en la ampliación del Canal Panamá (v.gr. constructoras españolas como ACS, Sacyr Vallehermoso, Acciona, Ferrovial, OHL y FCC, etc.) han hecho que la mayor parte de los “países ricos” que antes incluían a Panamá en la lista negra de paraísos fiscales de un día para otro hayan ‘blanqueado’ y ‘lavado’ esa lista. Francia y Rusia dejaron de hacerlo, y Alemania, Reino Unido, EE UU, Japón, China y Suecia ni siquiera consideraban a Panamá como tal paraíso. Está por ver lo que ocurre en la próxima reunión de la OCDE. 

     Panamá, con un PIB de 23. 087 millones dólares en 2008, enfrenta en 2009 el empobrecimiento del país como uno de los efectos directos del sistema capitalista que oprime y explota al pueblo. Una pobreza que se agrava por un ineficiente sistema de salud, e inaccesible para las comunidades más pobres. Según la definición reductiva de pobreza de la CEPAL, en el informe de 2008, un pobre en Panamá es aquel que tiene ingresos mensuales inferiores a los 95 dólares en la ciudad o 64 dólares en el área rural. Un pobre indigente es aquel que tiene ingresos por debajo de los 47.50 dólares al mes en el área urbana y menos de 36 dólares en la rural. Según ese informe, la pobreza se habría reducido un 8% entre 2001 y 2007, pasando del 36.7% a 28%. Con ese modo de medir la pobreza, actualmente 900.000 panameños viven en la pobreza. La indigencia habría descendió de 19.2% en 2001 a 11.7% en 2007, una reducción del 7.5 %. Esto supone que 385.000 panameños viven en la indigencia o pobreza extrema. Ahora bien, la medición de la pobreza de la CEPAL sólo toma en cuenta ciertos parámetros de la distribución social. Omite la CEPAL que la pobreza es también la pérdida del pueblo de su soberanía alimentaria, económica, política, mediática, etc. Pero es que además, con los mismos parámetros de la CEPAL, los 190 dólares de ingreso mensual de una familia de cuatro miembros, resultado de multiplicar por cuatro el ingreso mensual mínimo que delimita la indigencia en la zona urbana, llega para una modesta comida al día de cada uno de sus miembros. Y menos aún en la zona rural, donde contradictoriamente, la comida es más cara. Además, en ese cómputo no se tiene en cuenta el coste de la hipoteca de la vivienda, el transporte, la salud, etc. La CEPAL no tiene en cuenta que según los datos del Ministerio de Economía y Finanzas, el costo real de la Canasta Básica de Alimentos (CBA), en 2008, subió a B/.263.00. Una diferencia de 73 balboas entre el coste de la CBA medido por el MEF de Panamá y el coste de los B/190 en la ciudad o B/115.80 en zona rural, medido por la CEPAL. Para el mismo MIF, en 2007, los pobres extremos en Panamá representaban el 16.2%, frente al 11.7 calculado por CEPAL. Esto es, 508.700 panameños viven en situación de pobreza extrema. Y la pobreza general representa el 32.1%, frente al 28.6% calculado por la CEPAL, es decir, 1.000.000 de personas viven en la pobreza en Panamá. 

     3.2. Necesidad de un sistema político revolucionario. El sistema político panameño es una partidocracia burguesa; charlatanes que embaucan al pueblo con la fetichización de la legitimidad de la alternancia bipartidista. El sistema político panameño es la correa de transmisión de la dictadura del capital. Los dos principales partidos políticos de la burguesía capitalista son el Partido de la Revolución Democrática (PRD), socialdemócrata, y el Partido Panameñista, liberal. A la escena se ha incorporado recientemente el partido Cambio Democrático (CD), del millonario Ricardo Martinelli. La cifra de afiliados a organizaciones políticas con registro oficial en Panamá a finales de 2009 era de 1.296.000 personas. Más de un tercio de la población del país está afiliada a un partido político ¡Cuánta militancia política y cuanta esclavitud política! El PRD cuenta con 663. 249 militantes; El Partido Panameñista, 257. 769; el CD, 131.663. El resto de partidos ha perdido militantes y es posible que desaparezcan de la contienda en siguientes procesos electorales. Muchos de los adherentes se inscriben con la esperanza de repartirse el pastel mediante la compra de firmas, promesas de empleos públicos, etc. La partidocracia, en los últimos 20 años, ha escenificado la alternancia en el poder como pseudolegitimidad democrática. Para las elecciones del 3 de mayo de 2009 concurren el Partido Revolucionario Democrático (PRD), Partido Popular (PP), Movimiento Liberal Republicano Nacional (MOLIRENA), Partido Panameñista, Cambio Democrático (CD), Partido Liberal (PL), Unión Patriótica (UP), Vanguardia Moral de la Patria (VMP). Tres candidatos se presentan a la presidencia: Balbina Herrera, candidata de la coalición del PRD, PP y PL; Ricardo Martinelli, candidato de la coalición del CD, Partido Panameñista, MOLINERA y UP; y Guillermo Endara, candidato de VMP. Los candidatos a la presidencia y los periodistas que les apoyan se atacan con acusaciones de corrupción, narcopolítica (esto es, de estar financiados y servir a los intereses de los grandes narcotraficantes) y narcoperiodismo. Sin embargo, divididos como están en su lucha por el control caciquil de la hacienda panameña, no dudan ni dudarán en hacer causa común para que el punto fijo de su acuerdo de alternancia política no lo altere un Chávez panameño. Ante este espectáculo, las necesidades de vida del pueblo exigen una Asamblea constituyente que refunde revolucionariamente al país en el socialismo. (Continúa en Parte II) 

Abril de 2009.

Antonio Salamanca 

salamancantonio@hotmail.com



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