El triunfo de Ahmadineyad no es
un dato menor: Irán es un jugador clave en el tablero de la guerra (por ahora
fría) por el control geopolítico militar de los recursos energéticos del
denominado "triángulo petrolero" Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente. E
Informe especial
IAR
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Todas las esperanzas de la trilogía sionista EEUU-UE-Israel, de que en Irán gobierne la clase media "reformista" (embebida en la ideología "progresista" occidental) se desmoronó ante el masivo apoyo popular recibido a los halcones de Teherán.
La Comisión Electoral iraní confirmó
que el actual presidente, Mahmud Ahmadineyad, fue reelecto en primera vuelta
por más del 60% de los votos para permanecer otros cuatro años al frente de
la república islámica.
Según el Ministerio del Interior iraní, Ahmadineyad obtuvo el doble de votos que
su principal contrincante electoral, al superar el 63% de los sufragios, frente
al 30% conseguido por el reformista Mir Hossein Mousavi, en unas elecciones que
contaron con una participación popular "sin precedentes".
Los otros dos candidatos, el reformista Mehdi Karubi y el conservador Mohsen Rezai, obtuvieron menos de 2% cada uno, según los resultados preliminares.
De acuerdo con el cómputo oficial, el actual presidente habría obtenido al menos 18,8 millones de votos, mientras su rival se ubicaría a una considerable distancia, con un poco más de 9 millones.
En los últimos días, la prensa internacional manipuló acción psicológica cruzada para minimizar la chance reelectiva de Ahmadineyad y reforzar la expectativa del "cambio progresista" sostenido por el principal rival de Ahmadineyad, Mir Hossein Mousavi, que propone políticas de acercamiento con Israel y EEUU.
Ahmadineyad lo duplicó en votos y zanjó la discusión a favor de la línea dura que sostiene contra viento y marea la conversión de Irán en potencia nuclear.
El triunfo de Ahmadineyad no es un dato menor: Irán es un jugador clave en el tablero de la guerra (por ahora fría) por el control geopolítico militar de los recursos energéticos del denominado "triángulo petrolero" Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente.
E
El factor "Irán nuclear"
En ese escenario, el triunfo arrasador de Ahmadineyad implica la línea de continuidad de la política de confrontación con Israel y EEUU, sobre todo el tema del programa nuclear iraní.
Tras la victoria de Ahmadineyad, el gobierno israelí consideró en un comunicado que la reelección de Mahmud Ahmadineyad al frente de la Presidencia supone un "aumento de la amenaza iraní".
"Si había alguna sombra de esperanza de cambio en Irán, he aquí la reelección de Ahmadineyad, que significa ante todo el aumento de la amenaza iraní", apuntó el viceministro de Asuntos Exteriores, Danny Ayalón, en un comunicado.
Un informe del OIEA advirtiendo la semana pasada que Irán posee el uranio altamente enriquecido necesario para fabricar una bomba nuclear disparó nuevas tensiones y preocupación en EEUU e Israel que han retomado una escalada de advertencias al régimen de Teherán sobre los riesgos a los que se enfrenta si continúa con su programa atómico.
Por su parte, la secretaria de
Estado norteamericana, Hillary Clinton, no descartó la posibilidad de un ataque preventivo
contra Teherán, afirmando que los EEUU no quieren otra carrera de armamentos
desencadenada por un Irán con armas nucleares.
En los últimos días, Israel pidió a la "comunidad internacional" que
obligue a Teherán a "detener de inmediato" su programa nuclear, que el
Estado judío percibe como la principal amenaza a su existencia.
Por su parte, el ministro de Cooperación Regional, Silvan Shalom, del derechista
Likud, afirma que los resultados "explotan en la cara de quienes pensaron que
Irán estaba hecho para el diálogo verdadero con el mundo libre, incluyendo el
cese de su programa nuclear".
"La victoria de Ahmadineyad es un mensaje claro al mundo de que su política
tiene el apoyo mayoritario de su pueblo y, por tanto, la mantendrá", agregó
Shalom.
Pero en el tablero estratégico del Medio Oriente Irán representa algo más que una "amenaza nuclear" a Israel.
Por las líneas geopolíticas iraníes se trasmiten y retrasmiten los teatros de conflicto que atraviesan la escala comprendida entre Eurasia y Medio Oriente, cuyos desenlaces impactan directamente en las fronteras de Irán, ubicadas entre el Mar Caspio y el Golfo Pérsico, las llaves estratégicas del petróleo y la energía mundial.
Es decir que (y por lógica de osmosis) Irán ya forma parte esencial del conflicto del Cáucaso que se puede proyectar por sus fronteras al Golfo Pérsico, a Irak y al Medio Oriente.
La mayor potencia del mundo islámico es una llave estratégica para el dominio y control militar de la región del Golfo Pérsico y del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar Caspio-Golfo Pérsico), donde se encuentran más del 70% de las reservas petroleras y gasíferas mundiales, un elemento clave para la supervivencia futura de las potencias capitalistas del eje USA-UE.
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