La OEA solo sirve a los intereses del imperio, éste tiene absoluto control sobre ella y no tiene intención de cambiar. Creer lo contrario es una quimera. Lo que no se entiende es como tantos paises Latinoamericanos se dejan someter tan dócilmente.
Nos creen tontos, que pueden engañarnos fácilmente, y parece que muchos de nosotros, cándidos, con nuestros actos, les damos la razón. Nos han engañado siempre, y aun hay quienes creen en las mentiras del imperio. ¿Es que somos estupidos?
Hay una expresión muy graciosa en inglés para definir la palabra “insanity”. Y dice así: “Insanity: to do something over, and over, and over, again, and again expecting different results”.
El término inglés “insanity” no tiene una acepción española exacta, puesto que su traducción literal sería “insanidad”.
Lo que quiere decir la expresión es: hacer la misma cosa, de la misma manera, varias veces, y esperar resultados diferentes; eso es locura, o insensatez, o estupidez, o muchas otras cosas contrarias a la sindéresis y a la cordura.
Esperar cambios de parte del imperio, después de tantos engaños, es eso precisamente: “insanity”.
No hay cambios, ni habrá cambios en la política imperial. Solo la desaparición del imperio traerá los tan deseados cambios que el mundo necesita desesperadamente. Los cambios son contrarios a la naturaleza depredadora del imperio; son la antitesis de su esencia. El imperio no puede sostenerse sino mediante la explotación y el saqueo por la fuerza de los recursos y riquezas de otros pueblos.
El golpe de estado militar en Honduras, JAMÁS hubiera sido posible sin el apoyo y/o la participación del imperio. Los militares cipayos hondureños son fieles y sumisos al imperio, entrenados por éste y solo obedecen órdenes de sus jefes Norteamericanos.
La OEA ha sido siempre el instrumento mediante el cual el imperio ha “legalizado” sus famosos “hechos cumplidos” en latinoamerica. Ahora, ante el hecho cumplido del golpe en Honduras, la OEA, mediante su servil secretario general, pasa a jugar el papel que siempre le ha correspondido desde su fundación.
El Sr. Insulza, antes de partir para Honduras le “telegrafió” a los golpistas, durante las declaraciones que hizo a la prensa, que mantuvieran su línea dura, que no cedieran ni ápice puesto que contaban con el respaldo todopoderoso del imperio; dijo: "será muy difícil cambiar las cosas en un par de días", y agregó que será “muy duro” negociar con los golpistas.
Ni en un par de dias, ni en ninguno. El mensaje estaba muy claro. De antemano, Insulza les hizo saber a los golpistas a lo que el iba a Honduras, el mensaje que el les llevaba y el propósito de su misión, por lo que no tenían por que preocuparse.
Los resultados están a la vista.
Cuando el golpe ya empezaba a derrumbarse, y hay señales inequívocas de ello, Insulza fue a darle oxigeno a los golpistas a pedido del imperio. Las tristemente célebres 72 horas fueron una táctica dilatoria muy utilizada por el imperio para ganar tiempo y poder consolidar su posición.
Y como la consolidaron… les dio tiempo para idear la manera de salirse con la suya y evitarle problemas al gobierno de facto hondureño y dolores de cabeza al imperio; la solución: renunciar a la OEA. ¡Brillante! Asi la OEA ya no tiene nada que buscar en Honduras.
Al finalizar la misión de la OEA en Honduras, su secretario general declara lo que ya sabía antes de iniciar su periplo: "la ruptura al orden constitucional persiste y no tienen intención de revertir esa situación", dijo. Mas claro no puede ser. La OEA le da su bendición al golpe y de paso bendice todos los golpes que de ahora en adelante, sin dudas, vendrán...
Insisto: Hay que salir de la OEA, tirar ese adefesio al basurero y conformar la Organización de Estados Latinoamericanos y del Caribe.