El gobierno de facto y la gran prensa hondureña insisten en negar el golpe de Estado y aseguran que al aceptar la mediación del presidente costarricense Oscar Arias, comunicaron que excluían conversar sobre el retorno de Manuel Zelaya a la presidencia. Al mismo tiempo sostienen ser la punta de lanza de una “guerra” contra “la dictadura de Hugo Chávez”.
Los diario Heraldo, Tribuna, La Prensa, encabezan la defensa del golpe de Estado y repiten, casi con las mismas palabras, las acusaciones contra el presidente venezolano por su supuesta ingerencia. También promueven el retiro de Honduras de los acuerdos del ALBA, ya que sostienen, “sólo ha beneficiado a izquierdistas”.
Los titulares de esos diarios, y las declaraciones de los actuales dirigentes del Estado, son una copia del manual anticomunista de las campañas de prensa en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado.
Con rebuscados argumentos los medios de comunicación hondureños impulsan una campaña acusando al presidente venezolano Hugo Chávez de intervenir en el país y provocar los enfrentamientos del pasado domingo en los alrededores del aeropuerto internacional de Tegucigalpa, cuando unas 200 mil personas esperaban el retorno del presidente constitucional.
En extensión, sostienen que la ONU y la OEA son manipuladas por Chávez, y que los presidentes de Argentina, Cristina Fernández, de Paraguay, Fernando Lugo, de Ecuador, Rafael Correa, de Nicaragua, Daniel Ortega, y el propio presidente hondureño, Manuel Zelaya, también obedecen a los mandatos del venezolano.
Hasta la máxima jerarquía de la iglesia católica se sumó a la campaña.
Los oligarcas hondureños siguen ignorando el reclamo del pueblo para retornar a la institucionalidad y permitir a Zelaya a concluir su mandato. “Nosotros nos comunicamos con el presidente Arias para decirle que estamos listos para cualquier diálogo, siempre y cuando no fuese para el retorno del presidente Zelaya, sino es para entregarse a los tribunales de justicia”, dijo Roberto Michelletti, presidente de facto. Insistió: “no vamos a negociar nada, vamos a dialogar”, y añadió, “estamos claros que todo lo se que hizo a aquí fue enmarcado dentro de la ley y de la Constitución de la República, aquí lo que hubo fue una sustitución constitucional”, concluyó el dictador.
Al mismo tiempo, el presidente de facto siguió nombrando nuevas autoridades en el gabinete y sustituyendo gobernadores y alcaldes.
Por su parte, el legislador Mauricio Reconco, del Partido Liberal, defendió la legalidad del derrocamiento de Zelaya, “sabemos que lo que se hizo fue lo mejor, sino estuviéramos en una situación peor” dijo. Enseguida atacó a Chávez. “En este momento estamos viendo internacionalmente que Honduras es señalada como un país que se le atravesó en el camino a Hugo Chávez. La guerra ya no es contra el ex presidente Zelaya, sino que contra Hugo Chávez”.
“Es lamentable que en esos organismos de la ONU y la OEA Hugo Chávez siga teniendo fuerza y poder; tiene piezas –como esos presidentes Correa, Lugo, Kirchner, Mel Zelaya y Daniel Ortega—a quienes él maneja a su antojo” concluyó.
El Cardenal Oscar Andrés Rodríguez, a la vez que defendió el golpe de Estado y criticó las movilizaciones por el retorno del presidente constitucional, atacó al presidente venezolano. “Nosotros rechazamos totalmente la injerencia del presidente de Venezuela, somos un país pequeño, pero soberano, desde que vino a insultarnos en el mes de agosto, ese señor ha estado tratando de meter aquí sus manos, que nos deje en paz, que se dedique a gobernar su país”.
Al mismo tiempo, el movimiento derechista Generación por Cambio, sigue realizando manifestaciones de apoyo al golpe, como antes hiciera contra el presidente Zelaya y repite los mismos argumentos que sus viejos gobernantes. Luis Colindres, uno de los jóvenes dirigentes dijo durante un acto el martes que en Venezuela existía un sistema dictatorial, y que “si vuelve Zelaya Rosales lo mismo puede ocurrir en nuestro país”.
Junto a los “jóvenes” de Generación por el Cambio se manifestó también la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Armadas. A la vez que defendieron lo que consideran una sustitución presidencial legal, criticaron a la OEA que consideran se parcializó a favor de Zelaya y a través de un comunicado condenaron la intervención en asuntos internos por parte de ese organismo.
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